Si se está esperando la llegada de un bebé y ya hay un perro en la familia, no hay por qué preocuparse. Canes y niños pueden llegar a convertirse en los mejores amigos. Pero para conseguirlo, como en tantas otras ocasiones, es importante cuidar las presentaciones y los preliminares. En este artículo se adelantan seis trucos para preparar al perro a la llegada del recién nacido: comenzar durante el embarazo, adelantarle las nuevas normas en la habitación del bebé con premios, enseñar al perro a pasear sin tirones con el carrito, familiarizarle con los olores y sonidos infantiles y acostumbrarle al contacto con su nuevo pequeño amigo humano.
1. Perros y nuevo bebé en casa: preparar durante el embarazo
El trabajo para cuajar una estrecha relación entre canes y niños comienza en el embarazo, antes del nacimiento del bebé: «La gestación es un buen momento para preparar a nuestro perro para todos los cambios que ocurrirán en casa tras la llegada del niño«, concluye un estudio veterinario sobre bebés y canes realizado por la Universidad de Ohio (EE.UU.).
El nacimiento de un niño no solo transformará el entorno doméstico, sino que también variará las rutinas del hogar. Por eso es importante aprovechar el embarazo «para establecer las nuevas rutinas en la relación con nuestro perro, de forma que nos aseguremos de que podremos reservar un tiempo cada día para dedicárselo a él«, añaden estos expertos.
2. Perro y bebé: espacios reservados, con premios
La llegada de un recién nacido a casa cambiará el espacio doméstico. Su habitación es un espacio donde es probable que no se quiera que el can entre siempre. Así que si se limitará el acceso del peludo amigo a ciertas estancias, al menos durante determinados momentos del día, es mejor comenzar a enseñarle estas nuevas pautas antes del nacimiento del niño.
«Nuestro perro debe poder explorar la habitación del bebé con tranquilidad y a su ritmo antes de la llegada del pequeño y antes de que el espacio quede restringido a su entrada», señala, por su parte, una investigación realizada por la Universidad Cornell (EE.UU.).
Igual de importante es crear una asociación positiva con las nuevas restricciones para el can. Si se cerrará la puerta del dormitorio, hay que asegurarse de que el peludo amigo reciba una recompensa: ofrecerle galletas para perros, un paseo justo después y dedicarle tiempo de juego canino. De este modo, la mascota no se sentirá castigada, desplazada ni excluida tras la llegada del bebé.
3. Paseos del perro con el bebé felices y sin tirones
El nacimiento de un niño a casa suele transformar una de las rutinas más importantes para los perros: la hora de su paseo. No es extraño querer compatibilizar las salidas al parque del can con los paseos del bebé, pero esto implica algo de entrenamiento previo, que es importante practicar antes de la llegada del recién nacido.
Un perro tranquilo y feliz podrá pasear junto al carrito del bebé. Pero antes necesitará aprender a pasear sin tirones. En el artículo de EROSKI CONSUMER ‘Cinco trucos para que el perro no tire de la correa‘ se dan algunas claves.
4. Perros y nuevo bebé: acostumbrarse a los olores y sonidos
Los accesorios del niño, sus juguetes, además de otros muebles infantiles, deben ser conocidos por el can antes de la llegada del recién nacido, con el fin de que pueda acostumbrarse a ellos con tiempo y sin generarle estrés.
¿Se utilizará un portabebés? Pues se puede usar ahora, con un muñeco dentro, para reducir el interés por la mochila infantil una vez que el pequeño esté en el hogar.
Un truco que funciona es que el dueño comience a emplear las cremas y productos de higiene infantil que utilizará el bebé. De este modo, el can aprenderá a sentirlos como olores familiares.
Pero no solo conocer los nuevos olores es importante para el animal. También se le ayudará si tiene cerca ruidos y vídeos con sonidos infantiles, lloros y balbuceos que contribuirán a que el perro se familiarice con el pequeño, incluso antes de que este llegue.
6. Acostumbrar al perro al contacto con el bebé
Los bebés se relacionan con los canes a través del tacto. Por eso, es importante acostumbrarle a su nuevo pequeño amigo que está por llegar: el amo puede acercarse a su cara, incrementar las caricias en las zonas de las orejas, mirarle con mayor frecuencia de forma directa a los ojos, etc.
La clave es, de nuevo, que el perro se familiarice con estos contactos y acompañarle con premios comestibles, caricias cariñosas y juegos, para que entienda que son positivos.
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