Las averías en la cisterna se detectan, en su mayoría, por dos motivos. En primer lugar, cuando falla el mecanismo de carga, el agua entra de manera constante en la cisterna, se escapa por el rebosadero y se aprecia cómo desciende por las paredes del inodoro. Por su parte, cuando la avería se localiza en el mecanismo de descarga, además de caer agua al interior del inodoro, el sonido de la cisterna se escucha continuamente, ya que no termina de llenarse.
Localizar la avería
Las cisternas pueden ser de tanque alto o tanque bajo, las más frecuentes en sistemas fluxor o empotrados -que exigen picar la pared para acceder al tanque-. En su interior, se localizan los mecanismos de carga y descarga de agua, que en función de su antigüedad tienen un diseño u otro.
La caída de agua por las paredes del inodoro revela la existencia de una fuga de agua
Respecto al mecanismo de carga, los diseños más antiguos disponen de un flotador que, a medida que sube el nivel del agua en el interior del tanque, se eleva hasta cerrar por completo la entrada de líquido. Esto se consigue porque el flotador regula el movimiento de un tornillo que, a la vez que el flotador sube, desciende y oprime la goma encargada de cerrar la entrada de agua. Debido a esta presión, es frecuente que la goma se desgaste y se produzcan averías en el mecanismo de carga.
Para solucionar estas averías, hay que cambiar la goma de cierre (con forma de sombrero) y asegurarse de que el tornillo que la oprime no está totalmente enroscado. Por el contrario, los diseños más modernos de sistemas de carga carecen de flotador y, en caso de avería, por lo general requieren cambiar el mecanismo completo.
Cuando el fallo se encuentra en el mecanismo de descarga, el agua se escapa por la parte inferior del tanque. Este sistema dispone de un flotador en su interior que, al activar la cisterna, se eleva y el agua escapa. Asimismo, una vez que el tanque se ha vaciado, este flotador desciende y empuja una válvula de cierre que ajusta una goma en la salida del tanque, lo que corta el paso de líquido.
En este sentido, las averías más frecuentes en el mecanismo de descarga se solucionan al cambiar esta goma, pero también puede ocurrir que el fallo esté en la conexión del pulsador con el mecanismo. Ambos están unidos por una varilla que cierra el rebosadero (en la parte superior del mecanismo de descarga), siempre que quede en posición vertical. Para ello, a ambos lados del sistema de descarga se colocan unos tirantes que mantienen recta la varilla. Si estos tirantes faltan o están fracturados, es posible que la varilla quede inclinada y el agua se cuele por el rebosadero.
Antes de realizar cualquier reparación de fontanería es necesario cerrar la llave de paso del agua. Hay dos posibilidades: cerrar la llave general, que suministra agua a toda la vivienda, o cerrar la llave de corte de inodoro. Esta última opción es la más práctica, ya que permite mantener el suministro en el resto de la red.
A continuación, hay que abrir el tanque. En este caso, existen también dos opciones. Si la cisterna se activa mediante tirador, hay que desenroscar éste con cuidado, ya que está unido a la varilla que cierra el rebosadero, y tirar de la tapa del tanque hacia arriba. Si en lugar de recurrir a un tirador la cisterna se acciona con un pulsador, habrá que girar la anilla que se asienta sobre la tapa del tanque, tirar de ésta y abrir la tapa.