Paño del embarazo es el nombre coloquial con que se conoce al melasma o cloasma: la aparición de manchas en la cara de la mujer embarazada. Sus máximos responsables son los cambios hormonales y la exposición al sol, y el gran problema es que luego permanecen durante mucho tiempo y exigen largos tratamientos para su eliminación. Este artículo brinda detalles acerca de este trastorno, sus causas, qué medidas de prevención se pueden tomar y qué hacer cuando las manchas han aparecido.
Manchas en la cara, benignas pero antiestéticas
Entre los posibles efectos que el embarazo ejerce sobre el cuerpo de la mujer, uno de los más temidos es el llamado «paño del embarazo», cuyos nombres técnicos son melasma o cloasma. Se trata de la formación de manchas irregulares en la cara: en la frente, los pómulos y sobre el labio superior. Tales manchas, de un color marronáceo de mayor o menor intensidad, pueden aparecer también en el cuello y los antebrazos.
El melasma es un trastorno benigno, es decir, no acarrea ningún problema a la salud. Pero, al formarse en lugares muy visibles, las manchas resultan antiestéticas, y por lo tanto pueden afectar la autoestima de las personas que las padecen. Afecta a hasta el 70% de las mujeres embarazadas, y su presencia es mayor en mujeres de tez más oscura.
Causas del melasma
Si bien la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) afirma que «su causa a día de hoy no está clara», señala que el melasma está relacionado con el embarazo o la toma de anticonceptivos. Es decir, con los cambios hormonales en el cuerpo de la mujer. Y, en este sentido, la genética de cada persona también determina si ha de sufrir más o menos de esta situación.
Al aumentar la producción de melanina, el pigmento del que depende la coloración de la piel, el pelo y los ojos, en 9 de cada 10 embarazos se produce una hiperpigmentación, cuyo efecto más común es el oscurecimiento de areolas, pezones, zonas genitales, pecas y cicatrices. Con algo menos de frecuencia aparecen la línea negra en el abdomen y las manchas en la cara.
El efecto del sol en la piel de la embarazada y su prevención
Las hormonas y la genética, sin embargo, no son las únicas responsables. Los especialistas aseguran que también la exposición al sol tiene influencia sobre su surgimiento. «El paño de la embarazada es una mezcla de hormonas y sol», asegura Ramón Grimalt, experto en dermatología de la Universitat Internacional de Catalunya. Y enfatiza que, ya que contra las hormonas no se puede hacer nada, sí se puede evitar exponerse al sol. La protección solar no elimina la posibilidad de sufrir melasma, pero sí reduce las probabilidades de padecerlo.
Un artículo publicado por la Federación de Asociaciones de Matronas de España detalla que la protección solar durante la gestación «debe ser diaria, no solo cuando se vaya a tomar el sol, sino siempre que se vaya a estar sometido a la radiación solar en la vida cotidiana, incluso en otoño o en invierno, durante todo el embarazo y sobre todo a partir del cuarto mes».
El principal problema con el paño del embarazo, explica Miguel Sánchez Viera, miembro de la AEDV y director del Instituto de Dermatología Integral de Madrid, es que «una vez que se desencadena, muchas veces las manchas persisten para siempre«. No siempre es así, pero, en el mejor de los casos, no se van en unos días: duran años. Y su pigmentación se incrementa durante los meses de verano, a causa de la mayor intensidad y exposición al sol.
Qué hacer cuando las manchas ya han aparecido
Sánchez Viera explica que existen en la actualidad tratamientos contra el melasma, que permiten eliminar o al menos atenuar la tonalidad de las manchas. «No es que sea una tarea fácil, exige atención y tiempo, pero la tecnología láser y las cremas permiten tratamientos que, combinados, son muy eficaces», apunta el especialista.
En una entrevista publicada por EROSKI CONSUMER, la dermatóloga Carmen Carranza, también miembro de la AEDV, coincidió en que «hay pacientes muy recalcitrantes en los que no llega a aclararse la pigmentación». Enfatizó la importancia de «ser muy constante», y aclaró que, incluso en los casos más difíciles, «aunque a veces no se corrige del todo, mejoran».
En su web, la AEDV explica que el tratamiento es complejo y debe ser continuado a lo largo del año, pues a veces se advierten mejoras pero luego, ante una nueva exposición solar, las manchas reaparecen. De todos modos, Miguel Sánchez Viera invita al optimismo: «¿Has tenido mala suerte, te han salido manchas pese a que has intentado prevenir? Pues no pasa nada: ponlo en manos de un dermatólogo especialista. Hoy hay muchos medios para solucionarlo».