Hay muchos tipos de cubiteras en el mercado. Antaño eran rígidas, de metal, y se limitaban a una sola función: hacer cubitos de hielo caseros. Las cubiteras actuales, fabricadas en plástico o silicona, han introducido muchas posibilidades para crear cubitos de hielo originales, con formas divertidas y curiosas que resultan muy atractivas para los peques (y no tan peques). Esto, sumado a su textura flexible, ha permitido que las cubiteras se usen para más cosas, además de para formar hielo. Conservar ciertos alimentos, preparar pequeños helados o hacer cubitos que no alteren el sabor de las bebidas son solo algunas de las utilidades originales que reseñamos a continuación.
🧊 Conservar alimentos y bebidas
Hay sabores y fragancias que cuesta encontrar en invierno. Por ejemplo, los que nos aportan las hierbas aromáticas y las especias frescas. Para ponerle remedio, lo más sencillo es anticiparse. El momento es ahora, en primavera y verano, y solo necesitamos una cubitera.
Durante los meses de mayor abundancia de hierbas y especias, solo tenemos que elegir nuestras preferidas, lavarlas bien, picarlas o trocearlas, e introducirlas en los huecos de una cubitera. Si las cubrimos con aceite de oliva, conseguiremos hierbas frescas para las recetas y, además, un delicioso aceite aromatizado.
A su vez, también podemos conservar en estos recipientes otros pequeños manjares que hayan sobrado y no queramos desperdiciar. Por ejemplo:
- Cebolla caramelizada o salsa de tomate.
- Frutas de otras temporadas (que se pueden cubrir con agua, zumo o un licuado, por ejemplo).
- Café (para triturar más adelante y hacer smoothies).
- Vino que se usa para cocinar; al congelarlo se evita que se estropee.
🧊 Extractos caseros… en pequeñas dosis
El gran ejemplo de este grupo es el caldo. Ya sea de carne, de ave, de pescado o de verduras, es muy práctico contar con cubitos de caldo casero siempre listos para utilizar en otras recetas. Del mismo modo, se pueden conservar reducciones de salsas que hayamos hecho y que queramos usar más adelante en otros platos.
¿Más opciones? Según la época del año en que estemos, podemos elaborar unos concentrados de setas o de frutos rojos, que sirvan después para dar un toque especial a los platos (las setas van muy bien con los guisos y estofados, ya que les aportan un sabor diferente).
¡Ah! También se pueden hacer unos cubitos de verduras y hortalizas trituradas para añadir a sopas, salsas o batidos, entre otras opciones.
🧊 Caprichos fríos y ‘micropostres’
Entre los «postres de cubitera» más conocidos están los polos. Hay muchas variedades: de zumo, con o sin frutas, multicolores, cremosos, lácteos… Incluso se pueden hacer polos de leche condensada.
💡 Para hacerlos multicolores, basta elegir un par de zumos distintos, llenar la cubitera por la mitad con uno de ellos, meterla en el congelador y, al cabo de media hora aproximadamente, completar con el otro zumo, para que queden bien definidas las capas.
Además de los polos, se pueden hacer unos bombones caseros de forma muy sencilla. Colocamos trocitos de fruta en los huecos, los cubrimos con chocolate fundido y, cuando el chocolate se temple, metemos la cubitera en la nevera (no en el congelador). Así el chocolate se solidifica y la fruta se mantiene fresca (sin quedarse dura ni helada).
Y, por supuesto, de cara a los meses de calor, podemos congelar frutas para hacer cubitos de hielo muy vistosos o congelar bebidas (zumos, cafés, cócteles, etc.) para así enfriar esas mismas bebidas en otro momento y evitar que se agüen a medida que se derriten los cubitos. Por ejemplo, si hacemos limonada en cubitos, podemos usarlos para mantener bien fría una jarra de limonada sin que quede sosa o aguada.
