Los incendios forestales no solo ocurren en verano, como ha quedado patente por los registrados durante los últimos días en la cornisa cantábrica. El 40% sucede fuera de la temporada estival, causados en su mayoría por la quema de matorral, helechos y rastrojos de los ganaderos. Las condiciones meteorológicas inusuales de estas fechas han adelantado los fuegos invernales, que por lo general tienen lugar en febrero o marzo. Este artículo señala por qué hay incendios forestales en invierno, quiénes son sus responsables y las medidas para combatirlos.
¿Por qué hay incendios forestales en invierno?
El 40% de los incendios forestales ocurre fuera de la temporada estival, apunta Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques de Greenpeace. En este sentido, no son raros durante el invierno en el norte de la península, como se ha comprobado por los sucedidos durante estos últimos días y que los medios de comunicación han dado a conocer al gran público.
Las quemas producidas por los ganaderos, principal causa de los incendios forestales de inviernoEn concreto, se han producido de forma simultánea más de 150 focos en Asturias y Cantabria, sobre todo, y algunos puntuales en Galicia, Navarra y País Vasco, señala Raúl de la Calle, secretario general del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales (COITF). Según este experto, lo diferente este año ha sido su aparición temprana, ya que la época de mayor riesgo es hacia febrero o marzo.
La razón de este adelanto han sido las condiciones meteorológicas extrañas para estas fechas, secas y calurosas, argumenta Soto. La propagación de los fuegos ha sido «prácticamente imparable», asegura De la Calle, debido a las temperaturas altas -se han alcanzado 20 grados-, una vegetación seca por la falta de lluvias y unas ráfagas de viento sur de hasta 120 kilómetros por hora.
Theo Oberhuber, coordinador de Ecologistas en Acción, recuerda también el cambio climático: «Una de sus consecuencias son las condiciones meteorológicas extremas, que incrementan el riesgo de incendios forestales durante todo el año y que cada vez son más difíciles de controlar«.
Responsables de los incendios forestales de invierno
El fiscal de Medio Ambiente y Urbanismo, Antonio Vercher, ha afirmado que hay «muchos elementos que permiten pensar que puedan ser intencionados los múltiples incendios forestales producidos en el norte de la península».
Esta afirmación no extraña al experto de Greenpeace: «Son quemas producidas por los ganaderos, una costumbre arraigada y ancestral que no consideran negativa, aunque saben que es delito». Hace medio siglo, los ganaderos quemaban los herbazales, helechales y pastos secos por las primeras heladas. «En un paisaje fragmentado de praderas y bosques no suponía tanto problema como ahora, con un monte que se ha matorralizado y donde el fuego se extiende más allá de las zonas que se hubieran querido quemar», explica Soto.
La quema de matorral y helechos por los ganaderos para obtener pastos, junto con las quemas de rastrojos, son la principal causa de los incendios forestales en España, asegura Oberhuber. «Este abuso del fuego es muy habitual, e incomprensiblemente la mayoría de las comunidades autónomas lo autorizan, salvo en época de máximo riesgo», reconoce.
El secretario general del COITF señala que el abandono de la actividad ganadera y forestal por falta de rentabilidad ha supuesto la acumulación vertical de biomasa en muchos bosques. De la Calle apunta, además, a la insuficiencia de medios de extinción para este tipo de incendios: «En España tenemos medios suficientes para atacar un número simultáneo, pero reducido, de incendios forestales. Sin embargo, cuando un fuego se muestra con su mayor virulencia, o se producen más de 30 a la vez en una misma provincia, los medios son siempre insuficientes».
Oberhuber añade que también podrían deberse en parte a actividades cinegéticas, «pero debemos esperar a tener datos oficiales».
Incendios forestales: medidas para combatirlos
Los expertos consultados señalan varias medidas para combatir estos incendios forestales de invierno y, en general, los producidos durante todo el año:
- Convencer a los ganaderos para que busquen alternativas al fuego, como los desbroces mecánicos y la mejora de pastizales, con el apoyo de los sindicatos agrarios.
- Lograr acciones contundentes de las Fiscalías de Medio Ambiente, que deben dejar claro que no hay impunidad para los responsables.
- Aumentar la inversión en medios de extinción, pero sobre todo de prevención. La extinción debería ser el último recurso. Un incendio que no se puede controlar en su inicio es una lucha desigual que muy probablemente ganará el fuego.
- Aplicar incentivos fiscales para que profesionales forestales se encarguen de una gestión sostenible, considerada de interés general por la Ley de Montes, para garantizar la conservación y mejora de los montes y, de paso, generar riqueza y empleo en el medio rural.
- Fomentar la producción y el consumo de madera y sus productos, incluido el uso energético de la biomasa forestal, que disminuiría la carga de combustible de los montes y haría de motor económico en el entorno rural.