Solo a través de un seguimiento exhaustivo de las operaciones bancarias se puede saber cuánto dinero se le debe en realidad a una entidad. Para que una persona pueda conocer cuánto dinero le debe a su banco y cuánto tiempo tardará en pagarle, no puede limitarse a las líneas de crédito, ya que las deudas en las cuentas de ahorro también aumentan el déficit.. En este artículo se explica cómo saber el dinero real que se le debe al banco, por qué conviene consultarlo de forma regular para que las deudas no se disparen y cómo identificar del modo correcto de qué productos bancarios proceden las deudas.
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¿Cuánto dinero le debo al banco?
Para conocer en toda su intensidad todo el dinero que se le debe al banco, no queda otra que emprender una labor de recopilación de todos los datos que las entidades deben enviar a sus clientes. Esta información refleja el estado de las posiciones abiertas en todos sus productos, no solo en las líneas de crédito utilizadas a través de sus principales productos para la financiación, sino también por el estado real de sus cuentas y hasta alguna que otra anormalidad que generen los modelos suscritos con la entidad. Solo de esta manera, se tendrá una radiografía exacta y al momento de la posición deudora, que puede ser más amplia de la imaginada desde un primer momento.
Y con toda esta información ¿qué se hace? Hay que tener una calculadora a mano y contabilizar todos los extractos de los productos contratados y que aporten posiciones deudoras. El objetivo es llevar una contabilidad exacta sobre esos saldos.
Lo primero es enumerar los productos bancarios que se tienen operativos y afrontar su estado real, con especial referencia a los créditos. Puede suceder que se le deba más dinero del calculado en un principio, como consecuencia del abono de comisiones, intereses, penalizaciones, etc. Entre los orígenes de las posiciones deudoras destacan las operaciones realizadas en los siguientes productos bancarios:
- Deudas por líneas de financiación
Puede que todavía se esté amortizando el crédito demandado para sufragar las vacaciones pasadas, la reforma del hogar, los estudios de los hijos o la hipoteca de la vivienda actual. En este sentido, no habrá más remedio que enumerarlos y calcular las cantidades que todavía faltan para amortizarlos, para conocer el nivel de endeudamiento que se tiene.
El saldo deudor subirá considerablemente si todavía está vigente la hipoteca, ya que con toda seguridad su cantidad se elevará hasta alcanzar importes más que exigentes, como consecuencia de los altos importes concedidos, sin olvidarse de los adelantos de nómina y otras financiaciones de pequeña cuantía que determinarán el balance final de estos movimientos contables.
- Tarjetas de crédito
Es muy frecuente que la deuda que se tenga con este medio de pago no se contabilice en el cómputo general. Pero esto no debe ser así porque es una de las fuentes más habituales para generar estos gastos. A pesar de que la cuota mensual sea pequeña, esto no impide que se esté en números rojos al hacer el balance de las cuentas.
Cualquier compra en comercios, pago de comidas familiares en los restaurantes o retirada de efectivo de los cajeros automáticos desde la tarjeta de crédito, y por muy pequeña que sea la cuantía de la operación, se incrementarán en el balance general de la posición deudora de sus titulares. Además, conlleva el pago de intereses superiores al 20%, que habrá que devolver en sus plazos correspondientes.
- Descubiertos en las cuentas
Los descubiertos en la cuenta pueden ser ocasionados por diferentes motivos: desde un gasto no previsto, un recibo más elevado del contabilizado en un inicio o el retraso de la nómina. De suceder este escenario, además de devolverlo, los afectados se exponen a una comisión por descubierto, que se aplicará sobre el mayor saldo en descubierto durante el periodo de liquidación. Su importe, en cualquier caso, no podrá ser superior a 2,5 veces el interés del dinero, que para 2016 está fijado en el 4%; por tanto, la aplicación de esta medida dará lugar a un tipo de interés anual en torno al 10%.
Las familias que tengan muchas deudas con su banco (créditos personales, hipotecas, tarjetas de crédito, etc.), o tengan problemas para afrontarlas, disponen de una solución para llegar en mejores condiciones a final de mes. No obstante, no será una estrategia del todo favorable para sus intereses, y hasta puede que les perjudique en el proceso de devolución.
Esta fórmula se consigue a través de los productos que tienen como objetivo reunificar todas las deudas y por la que muchos intermediarios financieros tratan de aliviar las cuotas de los clientes más agobiados.
Este sistema de financiación se basa en agrupar todas las deudas bancarias en un solo producto pero, aunque conseguirán reducir su cuota mensual, a cambio los plazos de amortización son ampliados en algunos años más. En la práctica, este efecto significará que los usuarios tendrán que pagar más dinero al vencimiento de esta línea de financiación agrupada, incluso elevando de manera peligrosa el nivel de endeudamiento de sus cuentas personales.