A pesar de ser un país muy vulnerable al cambio climático, España ha realizado en los últimos años varias acciones que han contribuido a aumentar sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). Para cambiar esta inercia y protegerse de sus consecuencias negativas, nuestro país debe llevar a cabo diversos movimientos en materia de energía, movilidad o consumo. Este artículo señala ocho claves para luchar en España contra el cambio climático.
1. Reducir el consumo de carbón
España encabeza la UE en aumento de emisiones de CO2España encabeza la Unión Europea (UE) en aumento de emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas implicado en el cambio climático, mientras los países miembros han conseguido reducirlas. Así lo destaca un estudio reciente elaborado por el Observatorio de Sostenibilidad (OS), entidad independiente y sin ánimo de lucro integrada por un equipo científico multidisciplinar. Según sus autores, el factor clave de dicho incremento es la mayor generación de electricidad con carbón. En lo que va de año es casi un 20%, según el OS, que también apunta a un mayor consumo de productos petrolíferos. Por ello, una de las principales prioridades debería ser la reducción del uso de carbón para producir energía.
2. Aumentar el uso de energías renovables
Las energías renovables se han frenado en los últimos años en nuestro país. La aprobación de diversas medidas normativas, como la suspensión de las primas o las dificultades para el autoconsumo energético, han supuesto perder el liderazgo mundial alcanzado hace unos años, según reconocen diversos estudios internacionales. La progresiva sustitución de los combustibles fósiles por energías renovables, que no emiten gases de efecto invernadero (GEI), es una tendencia mundial a la que también debería sumarse España.
3. Incrementar la eficiencia energética
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) explica que, gracias a la eficiencia energética, se consume menor cantidad de recursos y de dinero, se mantiene o incluso se mejora la calidad de vida, se contamina menos, se prolonga la vida de los recursos utilizados y se disminuyen los conflictos sociales. Es decir, menos gasto de energía supone menos emisiones de GEI. Según la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética (A3e), se pueden conseguir ahorros de entre un 20% y un 50% del consumo sin alterar el nivel de bienestar con la inversión de pequeñas cantidades de dinero. Uno de los sectores con más potencial de ahorro es de los edificios, uno de los mayores consumidores de energía.
4. Apostar por un modelo de movilidad sostenible
El transporte por carretera produce el 25% de las emisiones domésticas totales en España (en Europa el 20%). «Somos el país cuyas emisiones por transporte han crecido más de Europa», aseguran desde el OS. La apuesta por un modelo de movilidad sostenible, que promocione sistemas de transporte público, bicicleta o transporte de mercancías por ferrocarril, debería ser otra de las prioridades.
5. Potenciar los planes de reforestación
Los bosques actúan como «sumideros de carbono», es decir, retienen el CO2. La mejora del estado de los bosques contribuiría a contener las emisiones. Para ello se deberían evitar situaciones de riesgo que puedan provocar incendios forestales, promocionar planes de reforestación con árboles autóctonos e incentivar políticas de gestión sostenible de productos madereros.
6. Preparar medidas de adaptación
El informe del OS destaca una gran variedad de impactos ambientales y económicos que ya sufre España, un país especialmente afectado por el cambio climático al encontrarse en la zona del Mediterráneo, uno de los puntos calientes del planeta según el IPCC (el grupo internacional de expertos de Naciones Unidas para estudiar este problema). Si las medidas de mitigación se centran en la reducción de los GEI para no alcanzar niveles catastróficos, las de adaptación también serían necesarias para protegerse de las consecuencias ya inevitables del cambio climático.
7. Transformarse en una sociedad de carbono cero
El modelo económico actual debe cambiarse no solo para hacer frente al cambio climático, sino para lograr un desarrollo sostenible. Con diversas denominaciones, la idea es la misma: instituciones como el Banco Mundial señalan la necesidad de una transición hacia un futuro sin emisiones de carbono, mientras que la Comisión Europea apuesta por convertir a los Estados miembros en una economía circular que transforme los residuos en recursos.
8. Los consumidores también pueden ayudar
Se podría pensar que la acción de un consumidor poco o nada puede hacer por un problema tan grande y global. Sin embargo, pequeños gestos por el cambio climático realizados a diario por millones de personas pueden tener un efecto considerable: no derrochar energía, sustituir el coche privado por el transporte público o la bicicleta, alimentarse con productos bajos en carbono, asumir las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) en sus hábitos diarios, etc.