La vida actual hace que el dinero esté presente en casi todos los ámbitos casi todo el tiempo. Por eso, los especialistas recomiendan hablar de dinero con los niños desde bien pronto. Pero ¿qué pasa cuando hay que dárselo? Este artículo describe la relación entre los menores y el dinero, aporta conceptos sobre el dinero que es importante que conozcan y brinda algunos consejos acerca de cómo actuar cuando se empieza a dar dinero a los pequeños. Incluye, además, algunas cifras acerca de la paga que los padres dan a sus hijos en España.
Los niños y su relación con el dinero
La relación entre el dinero y los hijos a menudo es difícil de manejar. Cuestiones como a partir de cuándo empezar a dárselo, en qué cantidades, cómo hablar del tema con ellos, etc., son con frecuencia motivo de dudas e incluso dolores de cabeza. El caso es que vivimos en una sociedad en la que casi todos los intercambios se realizan por dinero, de manera que es importante educar al niño también en relación con esta cuestión.
La recomendación de los especialistas en la materia es empezar bien pronto a hablarles de dinero. Al principio, los billetes y monedas llaman la atención de los pequeños por sus características físicas: su forma, su tamaño, su color.
En torno a los cinco años de edad, los niños ya saben que el dinero sirve para comprar y vender cosas. «Entienden que el dinero forma parte de la vida», explica Sara Serrano, psicopedagoga, logopeda y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.
En una entrevista publicada por el Instituto para la Protección Familiar, un organismo que depende de la Universidad Rey Juan Carlos, Serrano describe cómo continúa esta evolución: alrededor de los siete años conocen el ahorro, momento para el cual sugiere regalarles una hucha o bien abrir una cuenta corriente en un banco. Y a partir de los ocho años, el dinero pasa a tener mucho interés para ellos.
Conceptos sobre el dinero que los niños deben saber
La guía ‘Para mí, para ti, para luego‘, publicada en la web oficial de Barrio Sésamo, incluye pautas no solo para hablar con los menores acerca de cómo gastar, compartir y ahorrar (de estos tres conceptos se deriva el título del documento), sino también sobre la toma de decisiones y el verdadero valor de las cosas. «Las cosas más valiosas no cuestan dinero, como la familia, los amigos y su bienestar», se explica en el texto.
Otro de los conceptos importantes está relacionado con la diferencia entre las cosas que se necesitan y las que solo se desean. Mientras lo que se necesita son «alimentos nutritivos, agua, ropa y un lugar donde vivir», a veces se quieren otras cosas, como «un juguete nuevo», pero que no son tan importantes y, por lo tanto, no es un hecho grave el que haya que esperar para obtenerlas o si, al final, se decide no comprarlas. En este sentido, Sara Serrano destaca la importancia de trabajar hábitos de consumo y dar al dinero su valor real, es decir, «no trivializarlo ni darle demasiada importancia».
Serrano también enfatiza que los hijos deben saber que «el dinero no llega de la nada, sino que proviene del esfuerzo«. Esto también permite trabajar otros conceptos con los pequeños: el valor de ponerse metas, de esforzarse por alcanzar los objetivos, ser perseverante, etc.
¿Cuándo hablar de estas cosas? «Cualquier momento es bueno», asegura la experta. «El dinero no debe convertirse en algo tabú dentro de las familias -añade-. Si no hablamos de dinero en el hogar, un niño puede hacerse ideas equivocadas» respecto a este tema.
Dar dinero a los niños, algunos consejos
Más allá de cómo hablar de dinero con los pequeños, llega el momento en que hay que dárselo. A continuación, se enumera un breve listado de consejos de los especialistas para afrontar esa situación.
- Ayudar a que se organicen. Si los adultos dan dinero al niño, deben permitir que sea él quien tome la decisión de qué hacer con él. Lo que deben hacer los padres, señala Sara Serrano, es «orientar y guiar», para que de esa manera el menor se organice.
- Procurar que lo usen con responsabilidad. Si se enseña al pequeño que el dinero proviene del esfuerzo, la consecuencia de ello debería ser que el menor no lo malgaste ni lo despilfarre. En el caso de que lo haga, puede aprender de la experiencia: si lo gasta en algo que no lo deja satisfecho, los padres se lo pueden hacer notar, con la intención de que la próxima vez no le suceda lo mismo.
- Comprar una hucha. Regalar al niño un cerdito (o una hucha con cualquier otra forma) es una manera estupenda de propiciar que ahorre. Hay infinidad de diseños y distintos tamaños, pero en general se dividen en dos grupos: las que tienen una tapa que se abre y cierra y las que no la tienen. Las del primer grupo sirven para ahorrar muchas veces, pero alimentan la tentación de extraer y gastar el dinero. Las del segundo limitan ese peligro, pero solo se pueden usar una vez, ya que para retirar las monedas y billetes de su interior no queda otra opción más que romperlas.
- Enseñar todo lo que se puede hacer sin gastar dinero. Recordar esto a los menores es de suma importancia. Dar un paseo, contar cuentos, cantar, dibujar, jugar con otros niños e incontables otras actividades divertidas no cuestan dinero. Y así como el ejemplo es siempre un factor esencial en la educación de los niños, en este caso se hace especialmente visible. Si los pequeños ven que sus padres son capaces de obtener satisfacción con tareas que no exigen gastar dinero, es muy probable que ellos también lo sean.
Según el informe de UNICEF “Calidad de vida y bienestar infantil subjetivo“, publicado en 2012 y que incluye datos sobre menores de entre 12 y 13 años, uno de cada tres niños en España (el 33,8%) recibe una paga de manera regular, ya sea semanal o mensual. El 40,2% afirma que sus padres le dan dinero cada vez que lo necesita, mientras que al 9,1% sus progenitores les compran lo que ellos quieren, pero no les dan dinero. El 16,9%, por su parte, no recibe paga alguna. Entre los que tienen una paga semanal, la cantidad media es de 7,1 euros (lo que redunda en unos 30 euros mensuales), mientras que entre los que reciben dinero una vez al mes, la media es de 19,8 euros.
Por su parte, una encuesta realizada hace ya algunos años por la empresa Duracell indicaba que uno de cada cuatro niños españoles de entre 5 y 10 años recibía dinero de sus padres y que, de ese total, el 71% ahorraba todo o parte de esa paga. Según este sondeo, publicado en 2007, estos pequeños recibían una media de 4,7 euros semanales, cifra que superaba el promedio de los nueve países europeos que el estudio incluía. Sin embargo, es muy probable que los efectos de la crisis hayan modificado estos hábitos y números.