Congelar diversos alimentos
- Verduras. Una vez limpias, se escaldan o cuecen. El escaldado o blanqueado consiste en sumergir la verdura durante dos minutos en agua hirviendo y, en ocasiones, acidulada con limón para que conserve el color. La razón de este blanqueado es detener el proceso natural de deterioro y eliminar bacterias. Una vez escurrida, es conveniente secarla antes de introducirla en las bolsas de congelación y extraerle todo el aire posible antes de cerrar el envase.
- Frutas. Para congelar la fruta hay que pelarla o lavarla para cubrirla con azúcar o almíbar. La cantidad de azúcar es de 250 g por kilo de fruta. Si lo que se utiliza es almíbar hay varias concentraciones:
– Al 30% (300 g de azúcar por litro de agua) para el melón, la naranja y el pomelo.
– Al 40% (400 g de azúcar por litro de agua) para los albaricoques.
– Al 50% (500 g de azúcar por litro de agua) para los melocotones, las ciruelas, la piña, etc.
El almíbar, una vez frío, se vierte sobre la fruta. El envasado se realiza en bolsas de congelación para frutas de pasta dura o recipientes rígidos si se congelan con almíbar.
- Carnes. Se procede en primer lugar a eliminar el exceso de grasa, la piel y eventualmente los huesos. Se hacen porciones adecuadas al uso al que se destinan (cantidad suficiente para una comida) y se envuelve cada porción en hojas de plástico o de aluminio.
- Pescado. Se procede a desescamar, destripar, separar la cabeza, lavar y secar. Se envuelve en hojas de plástico o de aluminio.
- Huevos. No se pueden congelar enteros porque, al dilatarse el contenido, se rompería la cáscara. Lo mismo se puede decir de las yemas, que revientan al llegar al punto de congelación. Las claras se congelan perfectamente en frascos de cristal. Conviene etiquetarlos indicando la fecha de entrada en el congelador y la cantidad. Se descongelan en la nevera o a temperatura ambiente y sirven incluso para preparar merengue. Las yemas se pueden congelar batidas, con las mismas precauciones que las claras. Los huevos enteros se congelan batidos de igual forma.
Otros consejos prácticos
- Elegir los recipientes más adecuados. Los envases rígidos son los más adecuados para contener alimentos con líquidos.
- Para envasar platos preparados son muy útiles los recipientes de plástico rígido, aptos para congelador y microondas, ya que permiten la descongelación y el calentamiento posterior en el propio envase.
- Hay que cuidar que los envases estén libres de grietas o fisuras, ya que el aire frío del congelador deseca los alimentos y hace que pierdan calidad una vez descongelados.
- La utilización de envases cuadrados o rectangulares permiten un mejor aprovechamiento del espacio en el congelador.
Según el alimento a congelar
- Las salsas o líquidos aumentan su volumen cuando se congelan, por lo que los recipientes deben llenarse dejando hasta dos o tres centímetros del borde.
- Los productos de forma irregular, como carnes, pescados y algunas verduras, se envasan mejor en láminas de plástico o de aluminio, ya que se adaptan perfectamente al alimento sin bolsas de aire ni espacios vacíos.
- No es aconsejable congelar pastas o arroces en caldos o menestras, porque tienden a perder consistencia cuando se congelan junto con los líquidos. Es preferible congelar aparte el líquido y añadirlo luego a las pastas y arroces para su cocción normal.
- Los caldos y líquidos se pueden congelar en bolsas de plástico o en contenedores rígidos.
- Las patatas y las pastas no son aptas para congelar. Las patatas porque se endurecen y las pastas porque se ablandan en el congelador. Las patatas en puré se conservan bien y sirven para componer o adornar platos.
- Nunca se debe congelar de nuevo un alimento que se ha descongelado. Es conveniente utilizarlo cuanto antes, ya que su sabor y textura se deterioran antes que en los alimentos frescos.
Organización del congelador
- Resulta muy conveniente disponer de un cuaderno o una lista con la relación de fechas de entrada y salida de los productos en el congelador.
- Es muy práctico marcar con rótulos los espacios dedicados a lácteos, carnes, pescados, frutas, verduras y varios, en los cajones o estantes del congelador.