Alquilar un ático en Londres, una buhardilla en el centro de París o una casa en Ibiza durante cuatro o cinco días a un precio ajustado ¡es posible! Las plataformas on line que ofrecen alojamientos entre particulares, como Airbnb o HomeAway, permiten hospedarse en lugares únicos alrededor del mundo y ofrecen seguridad y garantías. Aun así, para no equivocarse, lo recomendable es escoger viviendas con numerosas fotos y opiniones de viajeros, no confiar en costes demasiado baratos y pagar siempre utilizando las plataformas.
1. Alquilar una casa de vacaciones: ¡cuidado con los chollos!
«Las estafas on line en viviendas vacacionales son escasas y no representan más del 0,001% del total de las transacciones que se realizan a nivel global», asegura Joseba Cortazar, PR Manager Iberia de HomeAway. Sin embargo, por pequeña que sea, siempre existe la posibilidad de caer una estafa, por lo que es esencial recelar de las ofertas «duros a pesetas» y de las gangas en temporada alta, porque con frecuencia esconden potenciales estafas.
No es fácil ser engañados al reservar por Internet a través de plataformas, dado que hay seguros y garantías que cubren al usuario frente a posibles contingencias. Pero en algunas se permite reservar directamente con los propietarios y, de hacerse así, hay que tomar medidas. Ante cualquier duda, lo conveniente es mandar un correo electrónico a través del sistema interno de la plataforma o llamar al teléfono que figura en los anuncios para verificar su identidad y revisar las condiciones.
2. Alquilar una casa con muchas fotos
Las fotografías de las casas son uno de los filtros de calidad más útiles para poder hacerse una idea de si lo que oferta el propietario o gestor de la vivienda es acorde a lo que promete en la descripción del alojamiento. Cuantas más imágenes haya -y de todas las estancias-, mucho mejor.
3. ¿Qué opinan los anteriores visitantes?
Los usuarios de casas vacacionales muestran una elevada satisfacción (cuatro estrellas sobre cuatro), según el III Barómetro del Alquiler Vacacional en España 2016, realizado en colaboración con la Universidad de Salamanca. Y sus opiniones son una de las mejores garantías en el momento de decidirse por una vivienda. Como señalan desde Airbnb, no puede haber trampa y todas las opiniones y referencias que aparecen publicadas en un perfil pertenecen a usuarios registrados en la plataforma que han sido huéspedes de la casa.
Las opiniones, además, son muy útiles para saber si la vivienda se ajusta a lo que se busca: tamaño, cómoda para ir con niños o mascotas, si la zona es ruidosa, etc.
4. Firmar un contrato
No es obligatorio pero sí recomendable hacerlo, ya que un contrato establece las condiciones bajo las que se desarrollará la estancia y recoge los derechos y obligaciones de cada una de las partes. El contrato es la mejor garantía para asegurarse una estancia tranquila y poder reclamar en caso de necesidad. Si el propietario o gestor de la vivienda que se haya elegido no lo ofrece de forma expresa, lo más conveniente es solicitarlo.
5. Pagar a través de las plataformas de las webs de alquiler de viviendas
Hay algunas regulaciones autonómicas que establecen cómo se debe efectuar la reserva, la fianza y el pago pero, en su ausencia, lo habitual es abonar una señal para garantizar la reserva (del 10% al 25%) y efectuar el pago total con anterioridad al menos un mes antes de la fecha de estancia. Lo idóneo es poder contactar directamente con el arrendador, pero, en el caso de elegir sistemas de pago off line, lo conveniente es solicitar los datos bancarios al arrendador para hacer una transferencia bancaria, en lugar de facilitar los datos propios.
En Airbnb, al enviar una solicitud de reserva se deben introducir los datos de pago. Una vez que el anfitrión la acepte, se realiza un cargo por el importe total de la estancia. El abono se retiene durante las 24 horas posteriores a la llegada, periodo tras el cual se transfiere al propietario, de manera que ambas partes tienen un margen de tiempo razonable para comprobar que todo está correcto.
Hay que tener en cuenta que cualquier pago realizado fuera de las plataformas de pago de las webs, como los abonados en efectivo, dificulta garantizar la privacidad de los datos personales y expone al usuario a fraudes y situaciones de peligro.
Si se quiere poner una reclamación, los pasos que hay que seguir dependen de la comunidad autónoma y de si tiene una regulación específica de viviendas vacacionales. En la mayoría de las regiones donde hay una regulación, las casas deben tener disponible para los usuarios y en lugar visible las hojas de reclamaciones. En las que no la hay, lo mejor es denunciar cualquier problema ante la asociación de consumidores.
En general, en caso de que el viajero no encuentre el alojamiento como esperaba, como que, por ejemplo, falte algún elemento o haya algo que no funciona, la mejor opción es ponerse en contacto de inmediato con el anfitrión, ya que es quien más fácilmente puede ayudar en estos casos. Y si entre ellos no consiguen ponerse de acuerdo, debe notificarse al propietario a través de la plataforma y contactar con las plataformas de alquiler vacacional:
- Airbnb: Centro de Resoluciones
- HomeAway: Consejos para el viajeros.