El chocolate es uno de los alimentos que más gustan a la mayoría de las personas, y en particular a los niños. Pero ¿desde cuándo lo pueden comer? Los expertos apuntan que se deben tomar precauciones ante su consumo durante la primera infancia, en particular por el azúcar que se añade al cacao para su elaboración. Este artículo ofrece detalles sobre la relación que hay entre el chocolate, los dulces, el azúcar y los bebés, la posibilidad de tomarlo con moderación a partir del año de vida y los efectos positivos del chocolate. También trata sobre si hay que restringir el consumo de chocolate durante el embarazo.
El chocolate, los dulces, el azúcar y los bebés
Los niños sienten, por naturaleza, una especie de fascinación hacia el chocolate. Esta atracción -no solo hacia el chocolate, sino también hacia todos los dulces- tiene una explicación evolutiva: la leche materna y los alimentos más calóricos, los que el bebé más necesita para su desarrollo en sus primeros meses de vida, son dulces. Por el contrario, sienten rechazo hacia los alimentos amargos (como las verduras) para evitar así ingerir sustancias tóxicas que puedan contener y que responden a ese sabor. Así lo explica una investigación publicada en 2015 por científicas de Estados Unidos.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Española de Pediatría (AEP) y demás organismos más reconocidos es que, siempre que sea posible, la lactancia materna constituya la alimentación exclusiva del pequeño durante sus primeros seis meses de vida. A partir de ese momento, sugieren mantenerla al menos hasta el año combinada con algunos alimentos sólidos. Pero hay algunos alimentos que no conviene dar a un bebé menor de un año, y el azúcar es uno de ellos. Como explica NHS Choices, el portal web del sistema nacional de salud del Reino Unido, evitar el azúcar ayuda a prevenir la caries y otras enfermedades dentales.
¿Esto quiere decir que el niño no puede comer chocolate antes del año de vida? Sí, salvo que sea chocolate sin azúcar añadido. En este caso sí se le pueden dar, a partir de los nueve meses de vida, muy pequeñas cantidades. Pero este chocolate es amargo y, por lo general, no resulta del gusto del bebé.
A partir del año de vida, con moderación
A partir del año de vida, los niños pueden comer chocolate y otros dulces, aunque siempre en pequeñas cantidades, no de manera habitual y nunca más de 50 gramos al día hasta que tengan cinco años de edad. Y esto no solo por el azúcar, sino también por la presencia de sustancias estimulantes en la composición del chocolate, como la cafeína y la teobromina.
Un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y Nutrición (EFSA) determinó que la presencia de esas dos sustancias es muy baja, por lo que un niño de 20 kilos de peso debería ingerir entre 250 gramos y un kilo de chocolate -según su porcentaje de cacao y su procedencia- para padecer sus efectos.
De todos modos, la AEP, en su ‘Guía práctica para padres desde el nacimiento hasta los 3 años‘, recomienda no dar a los niños chocolate (ni bebidas excitantes como los refrescos) cerca de la hora de irse a dormir, ya que podrían producir trastornos en el sueño.
El Comité de Lactancia Materna de la AEP aconseja incluso a las madres que amamantan evitar el consumo excesivo de chocolate, al igual que el de café, té y bebidas con cola. «Y en todo caso -especifica- consumirlos justo después de la toma del pecho», ya que podría llegar al bebé a través de la leche y causarle «irritabilidad y falta de sueño».
Efectos positivos del chocolate
Más allá de todos estos componentes negativos, el chocolate también posee sus beneficios. Gracias a su alto contenido de fibra y flavonoles, tiene efectos positivos sobre la salud cardiovascular, así como antitumorales y antiinflamatorios; y todos ellos proporcionados por la estimulante teobromina. Así lo demostraron dos estudios científicos realizados en España, uno de ellos por investigadores de Madrid y el otro por expertos de Navarra, San Sebastián y Barcelona.
Por eso no es malo incorporar, muy poco a poco, el chocolate en la vida del niño después del año de vida. En su libro ‘El Recetario Mágico‘, Desiree Arancibia da una idea para hacerlo. Propone la elaboración de «piruletas de chocolate», como parte de su iniciativa de realizar «chuches saludables«. Estas piruletas son frutas cortadas en rodajas y pinchadas con un palito de helado o brocheta, las cuales, después de dejarse durante media hora en el congelador, se untan en chocolate que previamente se ha fundido al baño María. Esta es una manera con la que los niños pueden disfrutar del chocolate, en cantidades pequeñas, al mismo tiempo que, desde pequeños, incorporan el gusto y aprenden a disfrutar de las frutas frescas.
Durante el embarazo, muchas mujeres notan que su deseo de comer dulces se dispara. Si bien el consumo de chocolate en este tiempo no está contraindicado, sí hay que ingerirlo con moderación, sobre todo por dos motivos.
En primer lugar, por el riesgo del sobrepeso: coger un peso excesivo durante la gestación es peligroso tanto para la salud de la madre como para la del bebé.
En segundo término, por la cafeína. Así como durante la lactancia se desaconseja su consumo excesivo porque puede llegar al niño a través de la leche, durante el embarazo lo puede hacer a través de la placenta. Además de posibles alteraciones en el sueño, el bebé podría sufrir en el futuro problemas relacionados con la frecuencia cardiaca y la tensión arterial.
De modo que, sin prohibirse pequeñas dosis de chocolate, es conveniente tratar de sustituirlo por dulces más saludables, si es posible sin azúcar añadido.