Después de las vacaciones, ¿qué? En el periodo de asueto se generan gastos que pueden lastrar el presupuesto familiar durante el resto del año, no solo por los desembolsos derivados de la estancia, sino por otros adicionales como comidas, ocio, regalos, transportes, etc. Para salir airosos de este tiempo de descanso y recobrar el presupuesto doméstico, además de seguir varios trucos para ahorrar, hay ciertos consejos que conviente tener en cuenta. En este artículo se descubren cinco claves para recuperarse de unas vacaciones muy costosas.
Uno de los retos por el que pasan las familias en estos momentos es no endeudarse aún más después del verano. Para recuperarse tras unas vacaciones costosas, no queda más remedio que seguir unas pautas de ahorro. La clave, en todos los casos, pasa por fijarse un presupuesto personal y cumplirlo.
1. No incurrir en más deudas
No será el periodo más propicio para pedir ninguna clase de financiación. Es preferible esperar a que llegue un momento más oportuno para la demanda de un préstamo, que incrementar el nivel de endeudamiento tras las vacaciones. Si se necesita liquidez será mejor, de forma puntual, deshacerse de parte de las inversiones para afrontar las necesidades más próximas. Así se evitará el pago de intereses y comisiones.
2. Sin tirar de tarjeta
La utilización de este producto bancario será el principal peligro para las cuentas personales. Ante la falta de liquidez, hay quien se puede ver tentado de realizar los abonos con la tarjeta de crédito. Pero ¡ojo! Estos pagos tienen unos intereses muy elevados, en general por encima del 15%, que pueden lastrar los gastos de los próximos meses. Solo deberá utilizarse en casos muy excepcionales, y eligiendo los modelos menos expansivos.
3. Ajustarse al presupuesto familiar
Después de unos días en que el descontrol de los gastos ha sido más alto de lo habitual, será el momento de retomar un cierto ajuste presupuestario. Lo recomendable es no gastar más de lo que se ingresa, al menos hasta final de año. Y si es posible, hay que tratar de incentivar el ahorro a través de las principales labores domésticas.
Quitarse algún capricho personal, contener los gastos en las escapadas de fin de semana o renunciar a la renovación de los principales electrodomésticos pueden constituirse en unas medidas muy eficaces para neutralizar los efectos de las vacaciones.
4. Alquilar los inmuebles
Puede que se tenga una segunda vivienda que no se utilizará hasta el próximo verano. Este es el momento más oportuno para alquilarla de forma temporal. Con ello se puede obtener un rendimiento más que interesante todos los años. No en vano, ayudará a gestionar todos los gastos que habrá que afrontar a partir de ahora, sin mayores renuncias.
5. Aplazar los pagos
No habrá otro remedio que asumir ciertos gastos familiares: vestuario, alimentación, libros de texto, etc. Una solución a estos problemas puede residir en el uso de algunas tarjetas que permiten el aplazamiento de los pagos, pero sin intereses ni comisiones. Aunque dispondrán de una importante acotación en el espacio de tiempo, el límite en las devoluciones no excederá de tres meses.
Para recuperarse de los gastos derivados por las vacaciones de verano, las familias disponen de una estrategia original y muy efectiva para ponerla en marcha: sus inversiones en renta variable.
Un medio de rendimiento seguro y garantizado son los cobros por dividendos que reparten ciertas empresas que cotizan en Bolsa. A partir de octubre, la mayoría de ellas efectúan su retribución a los accionistas. Este recurso permite recuperar una parte de lo gastado durante las semanas de descanso. Si se eligen los mejores dividendos del mercado, llegarán a sus cuentas de ahorro un retorno de entre el 5% y 8% sobre el capital invertido. Además, no hay que esperar posibles vencimientos, ya que se abonan a la cuenta corriente a los pocos días de sus fechas de retribución. El último trimestre del año es uno de los más propicios, así que este ingreso vendrá muy bien para aliviar las estrecheces de los presupuestos.