Cada año, las Navidades traen para los niños varios elementos que les hacen ilusión, como los regalos, quedarse unos días en casa y descansar del colegio o, en ocasiones, convivir con familiares que viven lejos y ven poco. Pero los padres a menudo se encuentran con un problema: el aburrimiento de sus hijos. Para superarlo, este artículo enumera seis juegos de ingenio para que los pequeños se diviertan en Navidad: desde el Tangram (una especie de puzle chino) y los acertijos, hasta los problemas con cerillas y las pirámides numéricas, pasando por clásicos como el juego de la memoria y el ahorcado.
Si bien es positivo que los niños se aburran un poco, también es conveniente tener algunas herramientas para ayudarlos a divertirse, sobre todo cuando están muchos días sin ir al colegio y en épocas en que el clima obliga a pasar mucho tiempo en casa como en las Navidades.
En días como esos se pueden hacer muchas propuestas a los pequeños, desde búsquedas del tesoro, manualidades y canciones, hasta compartir con ellos las consolas de videojuegos. Pero hay un tipo de actividad que, además de entretenerlos, estimula su imaginación y su creatividad y les ayuda también a pensar: los juegos de ingenio. Estos juegos plantean cierto desafío, por lo general se pueden practicar de manera individual (lo cual es una gran ventaja para cuando hay un solo niño en la casa) y, cuando se resuelven bien, provocan una gran satisfacción.
A continuación se enumeran algunas ideas para que los menores se diviertan mientras piensan en estas Navidades.
1. Tangram
El Tangram es un tradicional y muy antiguo juego chino. Está compuesto por siete piezas geométricas de madera (cinco triángulos, un cuadrado y un paralelogramo), con las cuales se pueden formar muy variadas figuras. Se guardan formando un cuadrado, e incluso esto -usarlas a modo de puzle- representa un desafío para los más pequeños. No es indispensable contar con las piezas de madera, que se pueden sustituir por figuras de cartulina. Como guía para ayudar a los pequeños a obtener la forma de cuadrado, este se puede dibujar con rotulador sobre un folio en blanco. Con las mismas cartulinas de colores se pueden crear también otras piezas u otros rompecabezas, para dar al pequeño mayores elementos de juego.
2. Acertijos
Los acertijos también gustan mucho a los niños, ya que desafían su capacidad de resolver problemas, en muchos casos obligándoles a utilizar la lógica o el «pensamiento lateral», es decir, una forma diferente de afrontar las dificultades. Y este es un gran estímulo para su desarrollo cognitivo y su curiosidad. Un clásico es que el que plantea lo siguiente: «Juan está mirando el retrato de alguien que es hijo de sus mismos padres. Y sin embargo Juan no tiene hermanos. ¿De quién es el retrato?». El retrato es del propio Juan, claro está, pero a menudo los pequeños no llegan a esta respuesta, y cuando lo hacen se sienten fascinados por esa especie de trampa (que en realidad no lo es) que conlleva el planteamiento del acertijo.
Muchos sitios web ofrecen problemas de variados niveles de dificultad. Juegos y Educación, Acertijos y Supertics son algunos de ellos.
3. Juegos con cerillas
Los juegos con cerillas se pueden considerar un tipo particular de acertijos, ya que, al igual que los descritos en el apartado anterior, plantean un problema que se debe resolver por medio de la lógica y, en muchos casos, a través del pensamiento lateral.
El más conocido es «el problema de la palita y la basura«, que también se puede encontrar como «de la copa y el botón» o de otra forma. Webs como Museo del juego o Libros Maravillosos brindan muchas opciones.
4. El juego de la memoria
Este juego está compuesto por un número variables de fichas, que tienen un dibujo en una de sus caras y por el reverso son iguales. Por cada dibujo hay dos fichas. Se colocan todas sobre la mesa con el reverso hacia arriba, de tal forma que se vean todas iguales. Luego, por turnos, cada jugador (deben ser al menos dos) da vuelta a dos fichas; si tienen el mismo dibujo, se las queda; si son distintas, las gira de nuevo y las deja en su lugar. A medida que avance el juego, quien tenga mejor memoria para recordar dónde estaba cada dibujo podrá descubrir antes los pares y llevarse la mayor cantidad de fichas, que es el objetivo del juego.
Se puede comprar en jugueterías o bien jugar online. También es posible fabricarlo en casa, con cartulinas. Los dibujos se pueden descargar de distintas páginas de Internet o incluso los pueden realizar los propios niños.
5. Pirámides numéricas
Las pirámides numéricas son un ejercicio clásico de las matemáticas, pero si se plantean de un modo entretenido pueden hacer que los pequeños se interesen mucho en ellas. Estas pirámides consisten en colocar recuadros en distintos niveles, de tal modo que el pico de la pirámide esté compuesto por uno solo, el segundo nivel por dos, el tercero por tres y así sucesivamente. Cada recuadro se apoya en otros dos y la particularidad es que cada recuadro se debe ocupar por un número que surge de la suma de los dos recuadros sobre los cuales se apoya. La consigna debe brindar solo unos pocos números de la pirámide y dejar que el niño calcule los restantes.
La web Olesur ofrece 400 pirámides numéricas distintas, con diferentes grados de dificultad. Se pueden crear muchas más.
6. El ahorcado
Si se habla de juegos clásicos, este no podía faltar. Y siempre es efectivo, nunca pasa de moda. La mécanica es fácil: se colocan tantas rayas como letras tiene una palabra y el menor debe decir letras para ver si la descubre. Si comete tantos errores que permiten dibujar el cuerpo completo del «ahorcado», pierde. También se puede jugar online. Para añadir un detalle original, al mismo tiempo que una ayuda, el juego puede ser temático: plantear consignas como «es algo que la abuela Carmen tiene en su casa» o «una cosa que vimos en el paseo de esta mañana». Seguro que al niño le encantará.