Los pediatras reconocen que, hasta hace no mucho tiempo, le habían dedicado muy poca atención al dolor de los niños pequeños durante la vacunación . Esta situación, por fortuna, ha cambiado. En la actualidad, los especialistas aconsejan una serie de medidas para aliviarles el dolor ante las vacunas, ya que su aplicación resulta el procedimiento doloroso que con más frecuencia se realiza en los bebés sanos. Este artículo aborda las técnicas analgésicas ante la vacunación infantil, para mitigar el dolor tanto en recién nacidos y lactantes como en niños de más edad, entre ellas, el llamado método de las “5 eses”.
Protegerse con vacunas conlleva cierto dolor causado por los pinchazos. Para los mayores esto es fácil de aceptar y asumir, pero no para los más pequeños. De hecho, muchas personas arrastran hasta la edad adulta temores y fobias hacia las inyecciones, y en general hacia todo el sistema sanitario, por las malas experiencias vividas en sus primeros años durante las sucesivas vacunaciones. Como apunta un documento elaborado por un equipo de especialistas del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), «la administración de vacunas es el procedimiento doloroso que se realiza con más frecuencia en la infancia a niños sanos».
El mismo texto, titulado ‘Alivio del dolor y el estrés al vacunar‘, señala que la cuestión del dolor en los pequeños ha sido «objeto de poca atención en décadas previas». Según los expertos, las razones por las cuales ocurría esto eran sobre todo dos: concepciones erróneas respecto a la percepción del dolor por parte de los niños y desconocimiento de técnicas analgésicas y anestésicas. Por fortuna, esta situación ha cambiado y, en la actualidad, los pediatras recomiendan una serie de prácticas para aliviar el dolor ante las vacunas. Varían en función de la edad de los menores, como se detalla a continuación.
Aliviar el dolor ante las vacunas en recién nacidos y lactantes
Durante su primer año de vida, el bebé debe recibir más de una veintena de vacunas, según el calendario establecido por el CAV-AEP. Por eso, es importante conocer las técnicas adecuadas para calmar el dolor y hacer que estos momentos sean menos traumáticos y estresantes para él.
Una de las utilizadas con mayor frecuencia es la de dar al niño algún líquido dulce, a través de una jeringa o cuentagotas, unos dos minutos antes de la inyección. Esta es una práctica habitual en las unidades de neonatología, no solo ante las vacunas sino también ante otros procedimientos dolorosos para los pequeños.
El contacto piel con piel en la posición de madre-canguro (el hijo acostado sobre el pecho de la madre) o bien mantener al niño abrazado durante la vacunación es otra de las prácticas recomendadas por la AEP. Esta cercanía «es altamente recomendable para aminorar la sensación de dolor y dar alivio», apunta el documento.
Y otra posibilidad es el empleo de técnicas de distracción. Imágenes, sonidos y cantos pueden hacen sentir cierto alivio a los bebés, en particular cuando ya no son tan pequeños e interactúan más con sus padres y otras personas.
Todas estas recomendaciones aparecen en lo que los pediatras llaman la «tetanalgesia»: amamantar al niño antes, durante y después de las inyecciones. Desde este modo, se abraza y se establece contacto piel con piel con el bebé, se le distrae y se le da una bebida dulce, que es la más saludable de todas y que «quizá también», según la AEP, contiene sustancias con propiedades analgésicas. Por ello, es la técnica más recomendada de todas, pese a que su efecto disminuye a medida que el menor crece.
Cómo aliviar el dolor ante las vacunas en los niños de más edad
Cuando el niño deja de ser un bebé, los modos de aliviarle cambian un poco. El pequeño ya entiende lo que le dicen, de manera que se recomienda una preparación psicológica previa, es decir, informarle de que le pondrán una vacuna. En este caso, los pediatras dan dos consejos importantes: no hacer el anuncio con demasiada anticipación (un día es suficiente) y no decirle que no le dolerá, porque es mentira. Se debe procurar responder a todas las dudas y preguntas de los pequeños, en particular cuando ya son más mayores.
La posición del cuerpo también es importante: el niño tiene que estar erguido y sujeto en brazos de sus padres. El contacto piel con piel ya no tiene tanta importancia como cuando era más pequeño, pero de todos modos da confianza y seguridad.
Y un elemento que sigue siendo útil es el de las técnicas de distracción. La AEP apunta que la vacunación puede ser menos molesta si el menor acude con su muñeco favorito, infla globos, hace burbujas de jabón, oye su canción preferida o ve dibujos en un teléfono o una tableta.
Existe una forma más de aliviar el dolor: los analgésicos tópicos. La crema se coloca una hora antes en la zona en que esté prevista la inyección, «en una extensión similar a la que ocuparía una moneda», y sobre la cual se pone luego un apósito oclusivo (es decir, que evite la entrada de aire y mantenga la humedad). La crema se retira antes de la aplicación de la vacuna. Si bien existen productos aptos incluso para bebés, estas cremas pueden ser más efectivas en el caso de niños mayores, a partir del efecto psicológico positivo que les haga sentirse mejor antes del pinchazo.
Científicos de la Escuela de Medicina de Virginia del Este y del hospital The King’s Daughters, también de Virginia (Estados Unidos), publicaron en 2012 un artículo donde detallaban una serie de técnicas con cuya aplicación, en teoría, el bebé dejaría de llorar en 45 segundos. La propuesta se conoce como método de las “5 eses”, ya que consiste en cinco acciones que, designadas en inglés, comienzan con la letra S: envolver (swaddle), poner al niño de costado o boca abajo (side/stomach position), hacerle callar (shush), balancearle (swing) y darle un chupete (suck).
La combinación de cuatro de estas cinco acciones, afirman los investigadores, posibilita la eficacia del método: alivian el dolor provocado por las vacunas en los bebés de forma natural y le hacen dejar de llorar. Y si estas “5 eses” se combinan con las recomendaciones citadas antes (amamantar, contacto piel con piel, técnicas de distracción, etc.), los resultados deberían ser aún mejores.