Un pescado azul
A este pescado azul también se le conoce por el nombre de caballa o sarda, un pez marino que pertenece a la familia del atún. Durante los meses de primavera los pescadores salen a la mar en busca y captura de este pescado tan apreciado por su sabor y por la consistencia de su carne. La caballa es muy abundante en las aguas del Océano Atlántico oriental, desde las islas Británicas hasta las costas del norte de África; así como en el Atlántico occidental, en concreto en las costas de Estados Unidos y Canadá. Es un pescado que también abunda en las aguas del mar Mediterráneo y del mar Negro. Puede encontrarse hasta los 250 metros de profundidad. Durante el invierno, la caballa permanece en el fondo del mar sin alimentarse y cuando llegan los meses de primavera vuelve a aproximarse a la superficie.
El verdel o caballa común presenta todas las ventajas de sus homónimos pescados azules. Su carne es rica en ácidos grasos omega 3, tan importantes en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Es muy fácil reconocer este pez en la pescadería por las características rayas de color azul verdoso que presenta en su dorso. Se puede comprar entero o en filetes, teniendo en cuenta que los más apreciados son los de menor tamaño. Además, este pescado es una gran fuente de ácidos grasos poliinsaturados, omega-3, saludables. Destaca también por su contenido en vitaminas del grupo B, especialmente en B12, y liposolubles como la D o A. Es además una buena fuente de minerales como selenio, fósforo y potasio.
Cómo cocinarlo
Admite las mismas aplicaciones que las anchoas o las sardinas: a la parrilla, a la plancha, al horno, a la brasa y en papillote.
Si se cocina entero, el verdel presenta el inconveniente de sus numerosas espinas (siempre que no se las hayamos quitado nosotros o en la pescadería), aunque esto se soluciona si se compra fileteado. Hay que tener en cuenta que, sea cual sea su preparación, nunca se debe quitar la piel ya que está sumamente adherida a la carne.
Entre las preparaciones más comunes destacan el verdel a la plancha, al horno y en ensaladas:
Al horno
El verdel asado con patatas y setas es una receta fácil de hacer y, además, muy sabrosa. Para prepararla, hay que seguir los siguientes pasos:
- Abrimos el pescado, lo limpiamos y le quitamos las espinas, antes de colocarlo en la bandeja de hornear.
- Un chorrito de aceite de oliva y una pizca de sal bastarán para darle un toque de sabor. En unos 15 o 20 minutos, tendremos el verdel cocinado.
- Como las patatas y las setas tardan un poco más en hacerse (alrededor de 35 minutos, si están cortadas en rodajas finas), las pondremos en una bandeja distinta, para introducirlas antes que el pescado en el horno.
A la plancha
Una manera muy rica, saludable y ligera para degustar el verdel es prepararlo a la plancha, acompañado con verduras asadas y una guarnición de arroz blanco. Para elaborar esta receta, podemos utilizar pimientos, calabacines y cebollas. Hay que seguir los siguientes pasos:
🐟 Los cortamos en tiras gruesas y los hacemos en el horno.
🐟 Una vez que las verduras estén listas, las mezclamos con el arroz blanco recién hecho a modo de acompañamiento combinado.
🐟 El último paso es preparar el verdel, ya que a la plancha se hace muy rápido; untamos los lomos con aceite de oliva, sazonamos con una pizca de sal y los asamos vuelta y vuelta (dos minutos por cada lado) en una plancha o sartén antiadherente. El mejor modo de presentarlos es sobre el colchón de verduras y arroz.
En ensalada
A diferencia de otros pescados, el verdel es una especie que puede servirse fría y templada -de hecho, queda fenomenal a esa temperatura-. Por esa razón, es un ingrediente sabroso y nutritivo que se puede incorporar a ensaladas.
Las opciones vegetales son casi infinitas; cualquier ensalada con verduras de hoja verde combinará muy bien con el verdel. Y no hay que olvidar que este pescado marida muy bien con las ensaladas de pasta y las ensaladas de arroz. El truco es prepararlo marinado e incorporarlo a las mismas junto con la propia vinagreta del marinado, un aliño con mucha presencia que unificará la textura del plato, al tiempo que sumará exquisitas notas de sabor.