Las frutas exóticas son ricas en vitamina C, fibra, agua y azúcar, por lo que su consumo es recomendable para ayudar a combatir las cefaleas, el agotamiento excesivo, los calambres y el dolor de las articulaciones que originan la deshidratación y la sudoración excesiva propias del verano, según expertos de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
«Las frutas tropicales presentan una composición acorde a las necesidades de las zonas de las que son originarias, esto es, zonas con elevadas temperaturas y humedad alta», señala la profesora Milagros Mateos, del departamento de Producción Animal y Ciencia y Tecnología de los Alimentos de dicha universidad.
Las frutas exóticas «disponen de un contenido de agua en torno al 80% y el 95%, lo que las hace muy apetecibles en época estival, cuando la necesidad de hidratación de las personas es mayor», añade Mateos. Concretamente, la profesora se inclina por los cocos, una fruta que contiene una especie de leche con gran cantidad de nutrientes.
Otras frutas tropicales como el maracuyá, el kiwano, el physalis, la lima, la papaya y el mango, que ya se pueden encontrar en los mercados durante todo el año, son ricas en vitamina C y provitamina A, lo que ayuda a prevenir enfermedades.
En el caso concreto de la vitamina C, los nutricionistas recuerdan que favorece la absorción de hierro consumido en los alimentos, interviene en la formación de colágeno, de huesos, dientes y glóbulos rojos y, además, su consumo habitual se relaciona con una mayor resistencia a las infecciones.
Por su parte, la guayaba y la fruta de la pasión presentan un contenido elevado de licopeno, una sustancia que posee propiedades antioxidantes incluso mayores a las de la vitamina A y E, y actúa protegiendo a las células del envejecimiento.