Tratamiento dietético
Una vez establecido el diagnóstico el único tratamiento eficaz es una dieta estricta que no incluya dichas proteínas, ya que pequeñas cantidades, aunque no produzcan síntomas, favorecen la persistencia o el aumento de la sensibilización. El tratamiento dietético, por tanto, consiste en sustituir la leche de vaca y derivados por otros preparados, como fórmulas lácteas con proteínas de origen vegetal (batido de soja o de almendras). En ocasiones, los niños toleran bien los preparados hidrolizados de caseína, que constituyen un buen sustituto en la mayoría de los casos.
Las fórmulas parcialmente hidrolizadas nunca deben emplearse en el tratamiento inicial de la alergia a la leche, ya que un porcentaje de sus proteínas puede conservar todo su poder alergénico. Así mismo, la leche de cabra se muestra eficaz como alternativa a la leche de vaca en niños con alergia a las proteínas de leche de vaca.
Los lactantes alérgicos a la leche de vaca deben ser alimentados exclusivamente con lactancia materna y la madre deberá seguir una dieta exenta de leche y derivados, debido al paso alergénico a la leche materna. Por otra parte, hay que tener en cuenta que muchos fabricantes utilizan en el proceso de elaboración de sus productos, ingredientes ya elaborados que pueden contener componentes alergénicos y no aparecen detallados en las etiquetas de los productos finales. Algunos de ellos se detallan a continuación:
- Leche de vaca: chocolate con leche, sugus, productos de bollería en general.
- Componentes de la leche: caseinato, suero de leche, sólidos lácteos.
- Aditivos espesantes: H-4511 (caseinato cálcico), H-4512 (caseinato sódico), H-4513 (caseinato potásico).
- El término «caldo deshidratado»: utilizado en la elaboración de sopas, cubitos de caldo, salsas de tomate, etc. ya que pueden contener también ciertas grasas sin especificar.
- El término «grasas animales» sin especificar, ya que puede tratarse de nata o mantequilla.
- La denominación «proteínas»: pueden utilizar proteínas de leche sin especificar el contenido.
- La denominación de «aromas»: pueden ser de queso o tener leche.
No obstante, el pronóstico de la alergia a las proteínas de la leche es favorable y remite la mayor parte de los casos antes de los tres años de evolución, aunque se dan casos en los que la sensibilización persiste toda la vida. En ocasiones esta alergia no es diagnosticada, y favorece alergias en otros alimentos.