El cáncer es una de las enfermedades sobre las que más información puede leerse en medios de comunicación e Internet. Sin embargo, no toda la información que se encuentra es fiable y, por ello, es fundamental saber a qué datos hay que dar credibilidad, y a cuáles no. Una de las ideas que sí está contrastada es que hay un importante porcentaje de tumores que podrían ser evitables mejorando nuestros hábitos de vida. Es decir, cuidando la alimentación, pero también llevando una rutina diaria de ejercicio físico moderado. De esta forma, aunque existen cuestiones como la genética, que impacta en algunos tumores que sí tienen un factor hereditario, en otras ocasiones, el cáncer se relaciona con cuestiones como la propia alimentación. Así ocurre con el cáncer de colon.
Un estudio apoyado por la AECC relaciona la dieta inflamatoria con el cáncer de colon. En esta investigación se describe que una dieta pro-inflamatoria (rica en carbohidratos, proteínas, grasa, colesterol, vitamina B12 o hierro) está asociada a un mayor riesgo de padecer cáncer de colon, y que la incidencia de este es más elevada en hombres que en mujeres. Por el contrario, una dieta rica en antioxidantes (frutas, verduras y alimentos ricos en fibra) disminuye el riesgo en este tipo de cáncer debido a su efecto contra el estrés oxidativo, un desajuste que daña el ADN de nuestras células y puede inducir la formación de tumores.
Tanto la inflamación como el estrés oxidativo son dos procesos vinculados al cáncer. Sin embargo, a pesar de que se observa una clara influencia de los componentes inflamatorios o antioxidantes de la dieta sobre el riesgo de padecer cáncer de colon, los resultados no son concluyentes en cuanto a su influencia en cáncer de mama. Este proyecto es una confirmación de los resultados obtenidos en otras investigaciones llevados a cabo en este campo que ayudan a conocer cómo la dieta es importante en la prevención del cáncer de colon y de mama. Sin embargo, este es el primer estudio basado en el índice inflamatorio de la dieta y su relación con el contenido en antioxidantes en la población española.
Prevención del cáncer: la importancia de una dieta saludable
Lo que sugiere el estudio no debe traducirse como que hay alimentos “milagrosos” ni “curativos”, sino que el hecho de llevar una dieta saludable, como es el caso de una dieta mediterránea, y mantenerse en un peso adecuado es una forma de prevenir ciertos tipos de cáncer. En el caso del cáncer de colon se sabe que alimentos que contienen nutrientes, como la vitamina C y la vitamina D, influyen en la prevención de gran parte de este tipo de tumores. Sin embargo, un consumo bajo de vegetales sin almidón o frutas podría aumentar el riesgo a padecer un cáncer de colon en el futuro.
Muestra de esta evidencia es el Estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), que contó con la participación de diez países europeos, entre ellos España, y que concluyó que el consumo de fibras, frutas y verduras es un factor positivo en la prevención del cáncer colorrectal. Todo ello siempre teniendo en cuenta que los factores genéticos y ambientales también desempeñan un papel importante en el desarrollo del cáncer de intestino.
Cáncer de colon y microbiota
Desde que se relacionó el consumo de alimentos ricos en fibra como un factor positivo en la prevención del cáncer de colon, se comenzó a entender que nuestro microbioma —es decir, el conjunto de microorganismos (o microbiota) que está presente en nuestro cuerpo, y que se compone sobre todo por bacterias, virus y hongos— tiene que ver con el origen de esta enfermedad.
En concreto, los estudios apuntan a que hay ciertas bacterias proinflamatorias que podrían estar relacionadas con este tipo de cáncer. De esta forma, la explicación detrás de esta asociación entre cáncer de colon y alimentación tiene que ver con el potencial inflamatorio que tienen ciertos nutrientes en el sistema digestivo. Algunos de estos nutrientes proceden de alimentos ricos en ácidos grasos saturados.
Cáncer de colon: los alimentos para tener en cuenta
Ante toda esta información, podría decirse que en la prevención del cáncer de colon hay alimentos que podemos tener en cuenta, tanto para incrementar o reducir su consumo, siempre dentro de una dieta equilibrada.
? Más frutas y verduras en tu dieta
Partiendo de la base de que la fibra es un nutriente favorable, esta puede implementarse en nuestra dieta a través de alimentos como frutas y verduras, preferiblemente que no contengan almidón. Algunos ejemplos al respecto son las zanahorias, el brócoli, la lechuga, las judías verdes, la calabaza o las alcachofas. También son interesantes frutas que tengan un alto contenido en vitamina C, como son las naranjas, los kiwis o las fresas.
Otra categoría de alimentos ricos en fibra son las legumbres, tales como las lentejas y los garbanzos, o los frutos secos, como las nueces y los pistachos. Asimismo, otra fuente de fibra vegetal son los cereales; es recomendable decantarse por cereales enteros como el trigo sarraceno o la avena, en vez de optar por cereales refinados como la harina de trigo. En cuanto a la vitamina D, esta se encuentra sobre todo en alimentos como el pescado azul, como las sardinas, el pez espada o la palometa.
? Evita las grasas saturadas y reduce el consumo de carne roja
En la lista de alimentos de los que hay que hacer un consumo más moderado, hallamos los que presentan un alto contenido en grasas saturadas, incluyendo las carnes procesadas (como los embutidos) y los productos ultraprocesados. Además, es importante no abusar de la ingesta de carnes rojas.
Diversos trabajos relacionan el consumo de alcohol con la incidencia del cáncer de colon, también en relación a su potencial inflamatorio. En este sentido, la recomendación pasa por evitar tomar bebidas alcohólicas o, al menos, limitar en todo lo posible su ingesta. En esta misma línea estaría el consumo de tabaco, que se asocia con varios tipos de cáncer. Por eso que, el primer paso para llevar una vida saludable es evitar el tabaco en todas sus formas.