El resfriado, conocido también como catarro, es una infección menor de origen vírico que afecta a las vías respiratorias, principalmente a la nariz y la garganta, llegando en ocasiones a la tráquea y a los bronquios. Una misma persona puede contraer esta enfermedad varias veces al año, siendo las épocas más proclives para ello el comienzo del otoño, la primavera y hacia la mitad del invierno.
Se debe prestar más atención a los niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas debilitadas que puedan verse más afectadas
En principio, es una enfermedad que transcurre sin complicaciones, y entre los tres y los siete días, los síntomas comienzan a desaparecer. No obstante, se debe prestar más atención a los niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas debilitadas que puedan verse más afectadas.
Los síntomas
Los síntomas más frecuentes del resfriado son la congestión nasal y la excesiva mucosidad, acompañadas de tos, estornudos, dolor de garganta y un leve malestar general. El resfriado suele cursar sin la aparición de fiebre, a pesar de que en algunos casos puede alcanzar los 38-39 grados. Aunque estos síntomas son similares a los de la gripe, existen algunas diferencias entre ellos, sobre todo la presencia de fiebre durante varios días, tos más severa, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones y los músculos y sensación de debilidad pronunciada.
Más vale prevenir…
El resfriado es una enfermedad que se contagia fácilmente, y su transmisión se produce por el contacto con las secreciones portadoras de los virus. No se ha dado todavía con una vacuna eficaz para su prevención, ya que hay numerosos tipos de virus causantes de la enfermedad que mutan cada año. Como medidas higiénicas para evitarlo se recomiendan:
No estar en contacto con las personas que lo han contraído, sobre todo los primeros días.
Protegerse del frío y evitar ambientes muy cargados.
Es importante que el sistema de defensas del organismo funcione correctamente para protegernos en caso de infección. En esto juega un papel fundamental la alimentación que siga el individuo, ya que a través de ella se puede estimular la función inmunológica. Uno de los nutrientes más implicados en esta función es la vitamina C, cuya presencia es destacable en las frutas y las verduras. Los alimentos con mayor contenido de esta vitamina son los cítricos como la naranja, la mandarina y el pomelo, otras frutas como las fresas, los kiwis y el mango y verduras como los pimientos y la familia de las coles. El déficit de otros nutrientes puede originar un debilitamiento del sistema inmune y aumentar la susceptibilidad ante cualquier infección. Entre ellos se encuentran minerales como el selenio y el zinc, los ácidos grasos omega 6 y aminoácidos como la arginina y la glutamina. Las bacterias ácido-lácticas, que están presentes principalmente en los productos lácteos fermentados, también parece que ejercen un efecto beneficioso sobre el sistema inmune. Estos microorganismos son capaces de atravesar la barrera gastrointestinal y actuar sobre la flora o la mucosa intestinal, donde expresan sus cualidades beneficiosas.
Combatir el resfriado
Una vez que se ha contraído el resfriado, el tratamiento va encaminado a mejorar los síntomas, ya que no existe ningún medicamento capaz de curarlo al tratarse de una enfermedad causada por un virus. Los antibióticos tampoco son eficaces, salvo en casos de complicaciones originadas por bacterias.
Se aconseja preparar los alimentos de forma sencilla para que sean fáciles de digerir; las técnicas más recomendables son el hervido, la plancha, el horno, el microondas, la papillote, etc
El papel de la alimentación durante el resfriado
Una dieta suave, a base de alimentos nutritivos y reconfortantes, puede contribuir a mejorar el malestar general y a paliar la pérdida de apetito que puede aparecer debido al estado de convalecencia. La alimentación debe ser variada, elaborada de forma que resulte fácil de digerir y rica en alimentos que estimulen la función inmunológica.
– Una ingesta de líquidos adecuada es fundamental para mantener una buena hidratación en caso de resfriado. De esta forma se evita además que las mucosas se sequen y se favorece la fluidificación de las secreciones.
– Las bebidas alcohólicas y aquellas que contienen cafeína pueden causar deshidratación, por lo que se recomienda no tomarlas en este caso.
– Las bebidas calientes como caldos, sopas e infusiones pueden ser una forma apetecible y reconfortante de tomar la cantidad de líquido necesaria.
Se aconseja preparar los alimentos de forma sencilla para que sean fáciles de digerir. Las técnicas más recomendables son el hervido, la plancha, el horno, el microondas, la papillote, etc. Evitar el empleo de una cantidad excesiva de grasa, ya que puede resultar indigesta.
La vitamina C contribuye a prevenir el resfriado y a disminuir su duración, ya que es un nutriente que estimula las defensas del organismo. Las mejores fuentes de esta vitamina son las frutas y verduras, cuya presencia es fundamental en la dieta para combatir el resfriado.
Un sugerente menú en caso de resfriado
Desayuno: Zumo de naranja, leche con miel y galletas. Media mañana: Infusión.Comida: Puré de verduras, pechuga de pollo a la plancha con arroz,compota de manzana.Merienda: Yogur con frutos secos, infusión.Cena: Sopa de fideos, tortilla francesa con salsa de tomate, kiwi.