La nieve es uno de lo mayores atractivos del invierno. Para disfrutar de todo un día en la nieve no es imprescindible ir a esquiar, también puede ser muy divertido hacer una excursión con la familia o con los amigos a un monte donde la nieve esté asegurada. Para ello es necesario ir bien equipado con la ropa adecuada y la comida necesaria para afrontar la jornada.
Muchas horas en la nieve
Si se decide hacer la excursión, suelen ser muchas las horas que se pasan fuera, porque se intenta aprovechar al máximo las horas de sol y no se pierde tiempo en salir a comer a un restaurante. Lo más habitual es llevar la comida de casa y comer en un lugar apropiado, pero sin necesidad de salir de la zona.
Puesto que son muchas horas las que uno pasa fuera de casa, es importante que no falten alimentos que nos aporten toda la energía necesaria para resguardarse del frío y mantenerse activo
Es importante que no falten alimentos que nos aporten toda la energía necesaria para resguardarnos del frío y mantenernos activos a lo largo de todo el día. En ocasiones no es posible guardar la comida y la ha de llevar uno mismo en su mochila durante toda la jornada, por lo que no todos los alimentos se conservan en buen estado. En tales casos, hacer una buena elección de alimentos es fundamental para resistir un día entero sobre la nieve, sin peligro de que algo de lo que ha comido siente mal.
¿Qué se puede comer?
Un buen desayuno antes de salir de casa Un desayuno completo es fundamental para enfrentarse a una jornada en la nieve. Antes de salir de casa es importante tomar lácteos, cereales y fruta. Cuando se prepare la comida conviene elegir aquellos alimentos que aporten mucha energía y ocupen poco espacio y envolverlos bien para que no se estropeen.
Como el regreso a casa será a media tarde, las comidas que uno debe guardar en su mochila son el almuerzo y la comida. Algún tentempié y algo de bebida no pueden faltar en los casos en los que se realiza mucho ejercicio durante tantas horas.
Alimentos fáciles de comer a media mañanaPara la media mañana se pueden incluir zumos, frutas frescas como plátanos, mandarinas, manzanas…, batidos o yogures líquidos. Los frutos secos y las frutas desecadas como ciruelas pasas e higos secos son alimentos energéticos y que no ocupan mucho espacio en la mochila. La idea es llevar algo que se coma rápido y no requiera ni platos, ni vasos, ni cubiertos.
Un bocadillo completo Para la comida sí que se ha de dedicar tiempo a sentarse y comer relajadamente, siempre que el lugar y el ambiente lo permita. El momento de la comida es quizás el único del día en el que se hace una parada para descansar y comer. Lo más práctico sin duda es un sándwich o un bocadillo que se puede rellenar de algún alimento proteico -jamón, queso, atún, sardinas en conserva…-, junto con algo vegetal. Si se llevan tortillas, se ha de asegurar que esté bien cuajado el huevo, para evitar la posibilidad de enfermar por salmonella. De esta forma se obtiene un plato además de agradable, rápido de preparar, y puede formar parte de una dieta equilibrada. Algún ejemplo puede ser:
– Bocadillo vegetal de pan romano
– Sándwich con tortilla de setas
Siempre a mano un tentempié No hay que olvidarse tampoco de incluir algún tentempié para consumir en algún momento de cansancio o de apetito repentino. Algunos de estos alimentos pueden ser una bolsa de patatas, una tableta de chocolate o un paquete de galletas, aunque siempre la fruta, los frutos secos o los desecados, son los más saludables.
Y una vez en casa… Al regresar a casa conviene que la cena sea caliente para entonar el cuerpo. Una sopa o un puré de verduras y un segundo plato sencillo de hacer y de digerir, como un pescado, una tortilla o algo de pollo, pueden ser la mejor combinación antes de marcharse a la cama.