El conocido como plato de Harvard aúna dos conceptos esenciales. Por una parte, facilita una dieta saludable, gracias a una apuesta por el equilibrio entre proteínas, grasas e hidratos de carbono. También contribuye a la sostenibilidad del medio ambiente, puesto que aconseja incluir en el menú productos frescos, de temporada y de proximidad. Y con las recomendaciones de los expertos de la comisión EAT-Lancet, promotores de la denominada “Dieta de salud planetaria”, mucho más. En las siguientes líneas te contamos de qué alimentos y sus cantidades está compuesto un plato saludable y sostenible, siguiendo la estructura del diseño ideado por la universidad estadounidense, y cómo hacer para ir disminuyendo poco a poco el consumo de proteínas de origen animal, una de sus pautas más destacadas.
El plato de la dieta de salud planetaria
La propuesta de la comisión EAT-Lancet, formada por una treintena de investigadores de 16 países especialistas en agricultura, salud pública, política o sostenibilidad ambiental, distribuye los diferentes tipos de alimentos en un plato, basándose en el que en su día idearon expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard y los editores en Publicaciones de Salud de Harvard.
La mitad de la ingesta diaria de la dieta de salud planetaria debería estar compuesta por frutas y verduras, con objeto de combatir la obesidad y el sobrepeso. La otra mitad se reparte entre los granos enteros, los alimentos proteícos y las grasas. Sería más gráficamente de esta forma:
Imagen: Eroski Consumer
Aunque este modelo de dieta se basa en consideraciones de salud y es consistente con muchos patrones de alimentación tradicionales, no implica que la población mundial deba comer exactamente los mismos alimentos. Tampoco prescribe una dieta exacta.
En cambio, esboza grupos de alimentos y rangos de ingesta que, combinados en un menú diario, mejorarían la salud de las personas. A estas indicaciones habría que darle una interpretación local para que refleje la cultura, geografía y demografía de la población y los individuos.
Imagen: Eroski Consumer
Cómo reducir el consumo de proteína animal
Como se ve en el gráfico y en la tabla, la dieta planetaria propone que opcionalmente se incluyan cantidades modestas de pescado, carne y productos lácteos. Y es que un cambio positivo para nuestra salud y la del medio ambiente implica reducir o eliminar los productos de proteína animal, al mismo tiempo que se da prioridad a los alimentos integrales.
Podemos optar por eliminarlos de nuestra dieta. Entonces practicaremos el vegetarianismo. Pero si queremos disminuir la cantidad de proteína animal de la alimentación, ¿cómo podemos empezar a hacerlo? El Instituto Gaples, en colaboración con la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, da algunas directrices en la guía interactiva para una alimentación saludable y sostenible que lanzó en junio: Healthy Plate, Healthy Planet. Son las siguientes:
✅ Si comes con frecuencia carne, intenta que en la semana haya al menos un día o dos sin carne.
✅ En comidas que incluyan carne, piensa en porciones pequeñas.
✅ Y si a diario tomas productos animales, haz que dos o menos sean estos:
- un lácteo: yogur sin azúcar, leche o queso.
- pescado, aves, huevos o carne roja. Mientras que para la carne roja la limitación está en una vez a la semana, el resto se podría consumir hasta dos veces por semana.