La Unión Europea tiene establecidos parámetros, dirigidos sobre todo a la industria alimentaria, para cualquier alegación o declaración de un alimento. Bajo esta premisa, cualquier afirmación sobre los efectos beneficiosos de un alimento debe quedar demostrada con pruebas científicas que los corroboren. En este control trabaja la Comisión Técnica de Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias (NDA, en sus siglas inglesas) de la EFSA, que ha adoptado los primeros dictámenes sobre “declaraciones de propiedades saludables” de alimentos relativas a la reducción de riesgo de enfermedades y al desarrollo y la salud infantil.
Desde la EFSA se entiende que «una evaluación independiente de las alegaciones de propiedades saludables que las empresas quieren hacer de sus alimentos es importante debido a que los consumidores quieren poder confiar en las reclamaciones», tal y como manifestó Albert Flynn, presidente del grupo NDA. El pasado mes de septiembre, el grupo de expertos de evaluación científica informó, tras examinar las pruebas científicas de ocho declaraciones de salud propuestas por la industria alimentaria, que tan sólo una de ellas había sido aprobada, mientras que las siete restantes fueron denegadas.
Siete propuestas denegadas
En siete de las alegaciones evaluadas no queda demostrada la relación causa-efecto entre el consumo y el resultado prometidoLa única alegación aprobada ha sido la que se refiere a las propiedades saludables relativas a la capacidad de los esteroles vegetales, unos compuestos químicos que «han demostrado reducir el colesterol en la sangre y, en consecuencia, reducir el riesgo de enfermedad coronaria». Para las otras siete declaraciones propuestas, el panel de expertos considera que no existe suficiente evidencia científica sobre el consumo de los productos y el efecto al que aluden.
Así, no se ha establecido claramente una relación causa-efecto entre el consumo y el resultado propuesto en los casos siguientes:
- Un producto fermentado con bacterias ácido-lácticas a base de frutas, verduras y frutos secos llamado «regulat®.pro.kid IMMUN», dirigido a la población infantil que dice «apoyar, estimular y modular el sistema inmunológico de los niños durante el crecimiento».
- Los ácidos grasos «alfa linolénico y ácido linoleico» como «ácidos grasos esenciales necesarios para el normal crecimiento y desarrollo de los niños» (de entre 1 y 12 años). El panel de expertos considera que las pruebas presentadas no demuestran un beneficio para el normal crecimiento y desarrollo de los niños de la ingesta de ácido linolénico mayores al 1% del total de la energía y de ácido alfa-linoléico superior al 0,2% del total de la energía. Consideran que las cantidades propuestas de estos compuestos pueden ser consumidas por los niños como parte de la dieta equilibrada.
- Un producto llamado «Femarelle®» que contiene una mezcla de fitoestrógenos derivados de la soja (isoflavonas) y de las semillas de linaza (lignanos y cumestanos) que según el fabricante «induce la formación ósea e incrementa la densidad mineral ósea reduciendo el riesgo de osteoporosis y otros trastornos de los huesos».
- El consumo de «tres porciones de productos lácteos» por día (200 ml de leche, 28 g de queso o un yogur de 125 ml) acompañado de la declaración saludable de «promover un peso corporal saludable a los niños, niñas y adolescentes».
- El consumo de lácteos (leche y queso) como alimentos que «promueven la salud dental» al reducir la caries dental.
- Un complemento dietético llamado «NeOpuntia®» compuesto por cactus nopal («Opuntia ficus indica») y la alegación relativa «a la mejora de los parámetros lipídicos sanguíneos asociados con riesgo cardiovascular, especialmente el HDL-colesterol».
- Un producto llamado «Elancyl Mundial Silhouette ®» que consta de dos partes, una que contiene un gramo de ácido linoleico conjugado (CLA) como compuesto activo y un gramo de polioles, y una solución que contiene una mezcla de extracto de plantas (sin especificar) y extracto de cacao como principios activos. Al producto se le supone capacidad de «regulación de la composición corporal en personas con ligero a moderado sobrepeso». El grupo de expertos concluye que no se ha establecido una relación de causa y efecto entre el consumo del producto en las cantidades y la duración propuesta por el solicitante, para los cambios sugeridos, ya sea en el peso corporal o en la composición corporal.
Más reciente todavía es la alegación de propiedades saludables que relaciona el consumo de un producto de la empresa Martek Biosciences Corporation, que combina dos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, el ácido graso omega 3 docosohexaenoico (DHA) y el ácido araquidónico (ARA) de la serie omega 6, con el desarrollo neuronal del cerebro y la visión de los bebés de entre seis meses y tres años, según publicó la EFSA a finales de septiembre.
La suplementación con ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (DHA y ARA) y su asociación con el desarrollo neural en los recién nacidos ha sido ampliamente evaluada y revisada, sobre todo durante los primeros meses de vida. Es por ello que los estudios presentados por el fabricante no son representativos de la población objetivo para la que presenta la declaración -niños de entre seis meses y tres años-, motivo suficiente para que la propuesta haya sido denegada.