En Navidad son frecuentes las comidas copiosas entre todos los comensales y es difícil resistirse a tanta tentación. Incluso en el caso de las mujeres embarazadas, aunque el propio estado predispone a cuidar la dieta de los excesos de grasas y azúcares, tanto por la salud del niño como por las molestias digestivas que puede experimentar la mujer. Los excesos se plasman en comer más cantidad de la considerada adecuada, ya sea ensalada condimentada con abundante salsa, el típico guiso de carne -tan delicioso como contundente- o los densos postres tradicionales, como polvorones, mazapanes y turrones. La limitación a la ingesta de ciertos medicamentos durante el embarazo obliga a pensar en formas naturales de aliviar y combatir las molestias digestivas y los dolores de cabeza derivados de un empacho. La clave está en seleccionar alimentos, condimentos e infusiones que por sus propiedades antiácidas naturales se pueden incluir con naturalidad en los menús festivos. No obstante, estos consejos son útiles para cualquier persona que tenga el estómago delicado o que note con facilidad las molestias derivadas de una comida abundante.
Antiácidos naturales para combatir la acidez
La acidez en la mujer gestante se debe en gran medida a la presión que ejercen el feto y la placenta sobre los órganos digestivos conforme progresa el embarazo. Esta situación provoca que los ácidos del estómago refluyan hacia el esófago y causen malestar, con sensación de ardor o quemazón en la boca del estómago como síntoma más característico.
No obstante, en la época navideña se suman otros factores que agravan la situación de acidez común durante el embarazo. Las comidas muy copiosas, grasas y con exceso de condimentos, la ingesta de café u otras bebidas irritantes de la mucosa gástrica, son ejemplos comunes de los excesos navideños. Además, echar la siesta después de comer ayuda al descanso pero no a la digestión, ya que en posición horizontal aumenta la posibilidad de reflujo gastroesofágico.
Para mejorar el malestar digestivo, conviene comenzar por una buena selección de alimentos que, por sus propiedades naturales, ayudan a neutralizar la acidez o, al menos, no la acentúan. Se deben incluir en el resto de las comidas semanales platos suaves de arroz, zanahoria cocida y manzana cocida o asada, que por su sencilla y suave digestión contribuyen a neutralizar la acidez y a que se desinflame antes la mucosa digestiva irritada. En los desayunos o en los tentempiés, a media mañana o a mitad de la tarde, se pueden incluir copos de avena, ricos en mucílagos, un tipo de fibra con efecto emoliente.
A esta sencilla selección de alimentos se suman una serie de consejos que tienen la finalidad de combatir el malestar consecuente de los excesos navideños.
- Distribuir la alimentación en cinco o más comidas al día, para reducir el volumen de alimentos por toma y no dejar pasar más de tres horas sin comer o beber algo, mejora las molestias estomacales.
- Comer despacio y masticar lo suficiente cada bocado.
- Dejar pasar al menos dos horas después de comer o de cenar para acostarse.
- Preferir alimentos jugosos que apenas precisan grasa ni cocción prolongada.
- Reducir el consumo de alimentos grasos y evitar los muy salados, ahumados o en escabeche.
- Limitar las salsas muy grasas elaboradas con huevo, exceso de aceite, nata o queso, tipo mayonesa, carbonara u holandesa.
- Evitar alimentos que estimulan la secreción ácida gástrica como el café o los ácidos (salsa de tomate, zumos y frutas ácidas), en particular si ya se padecen trastornos digestivos.
- No consumir muy seguido cantidades excesivas de azúcar o de dulces, ya que se enlentece la digestión.
Al sazonar los platos se tendrán en cuenta las propiedades de los condimentos y las especias. Entre los ácidos, es preferible emplear el vinagre de manzana y el zumo de limón al vinagre de vino. Se pueden utilizar como aliño de ensaladas, o como ingrediente de bebidas, el agua de limón o el jugo de zanahoria y limón. Las verduras aliáceas como el ajo, la cebolla en todas sus variedades o el puerro se digieren mejor cocidas que crudas.
Entre las hierbas aromáticas, las hay que ayudan a la digestión, como el estragón, el eneldo, el laurel, el tomillo, el anís estrellado, el hinojo y el comino. Si se van a usar especias en el cocinado de las recetas, conviene recordar que las pimientas en sus distintas variedades y presentaciones (negra, blanca, cayena y verde), el pimentón picante y la guindilla son fuertes para los estómagos delicados.
Las plantas contienen sustancias, los denominados principios activos, que ejercen funciones específicas en los distintos órganos y sistemas del cuerpo.
Algunas de ellas destacan por sus propiedades digestivas y carminativas porque alivian los gases derivados de una mala digestión debido a una comida abundante, demasiado grasa, muy condimentada o a la combinación de todos estos factores. Después de comer, tomar una infusión digestiva ayuda a eliminar los gases y las molestias digestivas, el dolor y la pesadez de cabeza o las náuseas asociadas al empacho.
Las infusiones más adecuadas se preparan con manzanilla, melisa, tila, hierba luisa y regaliz. El té suave y reposado también puede resultar beneficioso dada su riqueza en taninos, compuestos que ayudan a desinflamar la mucosa gástrica.