El término antropometría nos sugiere de inmediato un inmortal dibujo de Leonardo da Vinci en el que se observa una figura humana circunscrita dentro de un cuadrado y un círculo. Fue una tentativa de este genio renacentista para describir las proporciones del ser humano perfecto. El nombre de esta rama de la ciencia procede del griego anthropos (hombre) y metrikos (medida) y trata del estudio de las proporciones y medidas de la persona. Sin embargo, no existen dos cuerpos humanos iguales. De ahí la importancia capital de la antropometría para diseñar estrategias adecuadas de nutrición, como veremos a continuación.
¿Qué es un estudio antropométrico?
Aunque las proporciones de Da Vinci serían las ideales desde el punto de vista aristotélico (cuerpo dividido en ocho cabezas), no coinciden para nada con las medidas reales del ser humano actual. Según la nutricionista Elisa Escorihuela, el estudio antropométrico «es una herramienta muy importante, ya que nos permite conocer si la dieta que estamos realizando es todo lo efectiva que queremos. Mediante ese estudio podemos dividir el peso corporal para conocer la masa grasa y la cantidad de masa muscular, incluyendo la cantidad de agua corporal que tenemos».
Como apunta Beatriz de Mateo, profesora de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Valladolid, «en un estudio antropométrico se miden distintos parámetros, como la estatura o longitudes desde un punto anatómico concreto y el suelo, los pliegues cutáneos, que miden el tejido adiposo subcutáneo, las circunferencias o perímetros, que son los contornos corporales, y los diámetros, o distancias entre dos puntos anatómicos». Efectuar un estudio antropométrico no lleva más de 20-25 minutos.
En su forma más básica, las herramientas necesarias para un estudio antropométrico consisten en una cinta métrica flexible, un lápiz dermatológico para marcar puntos, una báscula clínica, un tallímetro vertical y un plicómetro para evaluar la grasa corporal. Este último es un instrumento que mediante una pinza atrapa la piel en distintas partes del cuerpo y que mide su grosor en milímetros. Para medir los diámetros, el nutriólogo emplea una herramienta llamada paquímetro. Existen modernas básculas, llamadas de bioimpedancia, que establecen el nivel de grasa corporal, pero de una forma menos precisa según los expertos.
¿Para qué sirve un estudio antropométrico?
La evaluación de los resultados de estos estudios permite a los especialistas detectar desarreglos nutricionales, especialmente en personas con sobrepeso y obesidad, en las que existe un exceso de masa grasa. En el otro extremo, el estudio antropométrico facilita identificar problemas de desnutrición. En este caso, tanto la masa grasa como la masa muscular disminuyen dramáticamente.
Imagen: mojzagrebinfo
El estudio posibilita que el paciente conozca su somatotipo, o forma corporal, que le ayudará a entender mejor su cuerpo y facilitará al nutricionista la prescripción de la dieta más adecuada en función de su morfología.
Somatotipos y su relación con la dieta
Básicamente, existen tres tipologías en el ser humano, definidas en los años 40 por el estadounidense William H. Sheldon. Estas tres formas están determinadas por factores como el metabolismo, la constitución ósea, la masa muscular y la tendencia para acumular grasas, entre otras.
- Los individuos ectomorfos son delgados, poseen una estructura ósea pequeña y músculo magro. Poseen un sistema nervioso muy activo que ayuda a convertir la grasa en energía. Las personas endomorfas suelen tener dificultad para ganar peso y músculo por su poco apetito.
- La tipología somática de los mesomorfos es la clásica del tipo musculoso, con cuerpo en forma de «V», en el caso de los hombres, o de reloj de arena, en el de las mujeres. Su metabolismo es normal y no suelen seguir dietas estrictas para mantenerse en forma. Sin embargo, tienen más tendencia a acumular grasas que en la primera tipología.
- Por último, las personas endomorfas tienen tendencia al sobrepeso por un ritmo metabólico muy lento. Acumulan grasa con facilidad. En general, tienen lo que se llama un «cuerpo blando», dificultad para bajar de peso y sus músculos están poco desarrollados.
¿Cómo somos los españoles?
El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) es la institución puntera en España en el ámbito de los estudios antropométricos. De sus laboratorios, que cuentan con modernos escáneres corporales 3D mediante sensores láser, han salido los más importantes análisis sobre medidas de la población española, de una enorme fiabilidad por el amplio muestreo.
El más reciente, con un análisis de 1.600 hombres, sirvió hace tres años para concluir que el 46,7 % de las personas de sexo masculino tiene un peso normal, frente a un 37,5 % con sobrepeso y un 4 % que presenta delgadez leve, según el Índice de Masa Corporal (IMC). Estos tres perfiles concentran al 88,2 % de la población masculina española. El 11,8 % restante corresponde a hombres con obesidad, un problema que se acentúa a medida que aumenta la edad. A título de ejemplo, el estudio constató que la estatura media de los jóvenes entre 18 y 34 años es de 175,3 centímetros, por los 167,4 que miden los mayores de 55 años.
La población femenina fue otro objeto de ambicioso estudio por el IBV mediante un encargo del Instituto Nacional del Consumo. En este caso, sobre la base de 10.145 mujeres analizadas, se llegó a la conclusión de que un 86,1 % de la población femenina española no requeriría consulta ni tratamiento médico ni por exceso ni por defecto en su Índice de Masa Corporal. El 13,9 % restante entraría dentro de los problemas derivados de la obesidad. En esta radiografía efectuada a la población femenina, las mujeres que dijeron estar más satisfechas con su cuerpo son las que están en situación de delgadez leve (el 85 %) o incluso moderada (83 %). Por su parte, siete de cada diez féminas con peso normal estaban contentas con su físico. El dato preocupante, sin embargo, es que también 7 de cada 10 mujeres se sentían satisfechas presentando un estado de delgadez severa, cuando realmente necesitarían ayuda médica para abordar su situación.