Hay algunos grupos de alimentos en el mercado especialmente rechazados por los niños. Así lo demuestra el Estudio Enkid, un trabajo realizado entre los años 1998 y 2000 sobre los hábitos alimentarios y el consumo de alimentos en la población infantil y juvenil española. Entre las conclusiones de este estudio, se observa que los alimentos más rechazados por este colectivo son, en primer lugar, las verduras, seguidas de las legumbres y los pescados respectivamente. Este rechazo aumenta conforme avanza la edad hasta la adolescencia, por lo que se debe hacer un gran hincapié en el fomento del consumo de estos alimentos. El rechazo hacia las frutas, a diferencia de los anteriores, disminuye con la edad.
A la vista de estos resultados, los padres intentan, cada vez más, cuidar la salud de sus hijos y prevenir enfermedades que pueden aparecer en la edad adulta. Para ello, es importante educar a los niños y mostrarles los beneficios que les puede aportar una dieta variada y equilibrada.
Un color para cada función
El organismo necesita más de cuarenta nutrientes para mantenerse sano. Como ningún alimento los contiene todos a la vez, la solución está en comer variado para que cada uno aporte su calidad nutritiva concreta. Según los nutrientes que contiene cada alimento y la función que desarrollan en el organismo se forman varios grupos.
La rueda de los alimentos pretende hacer entender a los niños la importancia de una dieta sana, equilibrada y, sobretodo, variadaAsí lo establece la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), mediante un recurso didáctico cada vez más extendido como es la rueda de los alimentos, promovida en España desde los años 70 y 80 a través del programa EDALNU del Ministerio de Sanidad. Desde entonces, las recomendaciones alimentarias han cambiado, y esto ha obligado a actualizar el contenido de la rueda.
Este recurso didáctico enseña a los niños a comprender la importancia de comer de todo, ya que en una sola imagen, en varios colores, se reflejan los diferentes grupos de alimentos y las funciones que desempeña cada uno de ellos:
- Energética, en amarillo: alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono
- Plástica o estructural, en rojo: alimentos ricos en proteínas
- Reguladora, en verde: alimentos ricos en vitaminas y minerales
Además de estos colores, los profesionales de la alimentación utilizan también el color azul para diferenciar los lácteos de otros alimentos proteicos y el marrón claro para los farináceos, tal y como se observa en el cuadro.
Un arco iris en el plato
La comida entra por los ojos, y más cuando se trata de niños. Tanto es así que una cena compuesta por un puré de patata, una tortilla francesa y un flan no resulta atractiva, ya que el color amarillento y la consistencia blanda es la tónica general de este menú. En cambio, si se combinan todos los grupos de alimentos se obtienen platos muy coloridos, con una presencia muy agradable que anima a probarlo.
Así, cuanta más variedad de colores tenga cada plato mayor será el aporte nutritivo de cada uno de ellos. De esta forma, se asegura que en la dieta se incluyan todos los grupos de alimentos.
A continuación se presenta una serie de menús donde la variedad de alimentos y colores es la nota predominante:
- Judías verdes con patata y zanahoria, albóndigas en salsa con champiñones y batido de frutas.
- Ensalada variada con queso fresco, arroz con tomate y huevo y brocheta de frutas.
- Ensalada con pollo y piña, lasaña de atún y yogurt.
- Plato combinado de hamburguesa de pollo con queso, ensalada de lechuga y tomate, patatas fritas y tomate triturado.
Para completarlos correctamente, estos menús deben acompañarse de agua y pan. Además de jugar con los colores, es importante variar las formas de presentación y las texturas para evitar la monotonía en cualquiera de las comidas de los niños.