La duración óptima de la lactancia materna exclusiva es objeto desde hace años de un acalorado debate científico. La intensidad del debate aumenta por momentos, a raíz de la incesante publicación de estudios que vinculan la pronta aparición de los cereales con gluten en la dieta del bebé con un menor riesgo de enfermedad celíaca. Hay quien justifica, en base a dichos estudios, que lo ideal es incorporar el gluten a los cuatro meses del bebé, mejor si está todavía tomando el pecho. El presente texto explica qué es la lactancia materna exclusiva, qué organismos la recomiendan hasta los seis meses de edad y por qué, al tiempo que desentraña los fundamentos de la polémica.
Lactancia materna exclusiva: qué es y quién la recomienda
Se entiende como «lactancia materna exclusiva» a la no incorporación de alimentos diferentes a la leche materna en la dieta del bebé, ya sean sólidos o líquidos, y eso incluye al agua. Aunque se prescriban vitaminas, minerales o fármacos, se considera que el bebé sigue siendo amamantado de forma exclusiva.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó en su 54º asamblea mundial, celebrada en 2001, que los bebés fueran amamantados de forma exclusiva durante 6 meses, una postura que el organismo no ha cambiado en la actualidad y que respaldaron rigurosas investigaciones científicas publicadas en 2002, 2003 y 2004. También lo hizo, en marzo de 2012, la Academia Americana de Pediatría (AAP), que publicó un documento -‘Lactancia materna y el uso de leche humana’-, en el que emitió la siguiente declaración: «La Academia Americana de Pediatría reafirma su recomendación de amamantar a los bebés de forma exclusiva durante los primeros 6 meses, continuar con la lactancia mientras que se incorporan alimentos complementarios, y seguir con la lactancia materna durante 1 año o más, según deseen madre y niño».
Cinco meses después, en agosto de 2012, la prestigiosa revista The Cochrane Database of Systematic Reviews publicó una amplia revisión sobre este tema, cuya principal conclusión fue que los bebés amamantados de forma exclusiva durante seis meses no muestran déficits en su crecimiento o desarrollo, tanto en países desarrollados como en países en desarrollo, por lo que no existirá ningún riesgo evidente en recomendar, como política general, dicha práctica. También se concluyó que esta práctica se vincula con una menor tasa de infecciones gastrointestinales en bebés, además de afirmar que «ayuda a la madre a perder peso y a prevenir el embarazo».
La polémica sobre la lactancia materna exclusiva
No obstante, como se apuntaba al inicio, existen recientes investigaciones que relacionan la aparición temprana de los cereales con gluten en la dieta del bebé con un menor riesgo de que este padezca enfermedad celíaca. Hay entidades que justifican, en base a dichos estudios, incorporar el gluten a los cuatro meses del bebé. Se trata de una recomendación muy polémica si se tiene en cuenta que la Academia Americana de Pediatría, en el documento antes citado, considera que:
- Amamantar de forma exclusiva durante más de cuatro meses se asocia a una disminución de un 72% en el riesgo de hospitalización por infecciones de las vías respiratorias inferiores durante el primer año de vida del bebé.
Los bebés amamantados de forma exclusiva hasta los 6 meses tienen cuatro veces menos riesgo de padecer neumonía en comparación con los que reciben lactancia materna exclusiva solo hasta los 4 meses.
Es por ello que resultó muy pertinente la revisión sistemática llevada a cabo en abril de 2013 por investigadores del Departamento de Alimentos y Nutrición de la Universidad de Umeå, en Suecia. En su investigación, titulada ‘Lactancia materna, incorporación de otros alimentos y efectos sobre la salud’, se realiza un pormenorizado análisis de (entre otros aspectos) los riesgos y beneficios de incorporar el gluten a los cuatro meses, así como de otros aspectos relacionados con la enfermedad celíaca, en base a los últimos estudios científicos sobre el tema. Sus conclusiones son las siguientes:
- La lactancia materna protege a los bebés de la enfermedad celíaca si los alimentos con gluten se incorporan, en pequeñas cantidades, mientras el bebé está siendo amamantado, aunque no está claro si la protección solo demora la aparición de la enfermedad celíaca o si proporciona una protección permanente. Esta estrategia podría proteger, también, de la diabetes tipo 1.
No hay pruebas científicas que permitan determinar la edad ideal para incorporar el gluten en la dieta de los bebés.
No hay evidencias sólidas que sustenten que incorporar alimentos entre los 4 y los 6 meses de edad del niño aporte beneficios a su salud.
En suma, la recomendación emitida en 2001 por la OMS es igual de válida hoy en día: «amamante a su hijo de forma exclusiva hasta los 6 meses».