Las verduras son una pieza clave en nuestra alimentación diaria. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta mínima de 400 gramos diarios de fruta y verdura para prevenir enfermedades crónicas cardiovasculares, el cáncer o la diabetes. Pero, en ocasiones, no disponemos de un producto fresco, ya sea por falta de tiempo, porque llegamos cansados a casa, porque ya estaba el supermercado cerrado o porque no es temporada. Es aquí donde, si recurrimos a las verduras ultracongeladas, solucionamos todos esos problemas, ya que se recolectan en su momento óptimo de maduración y, gracias a su proceso de ultracongelación, mantienen intactas sus propiedades y nutrientes. Además, vienen limpias, cortadas y listas para cocinar. ¿Más ventajas? Sigue leyendo.
Nueve ventajas de las verduras congeladas
- 1. Las verduras ultracongeladas nos duran todo lo que queramos en el congelador, mientras que las frescas hay que consumirlas en un periodo corto de tiempo, ya que son perecederas. Para poder aprovechar todos sus nutrientes de las frescas, deberíamos comerlas tras cortarlas, lo que es prácticamente imposible a menos que vivamos junto a la huerta. Las ultracongeladas cuentan con un mayor tiempo de vida, gracias a su proceso de ultracongelación, y están disponibles todo el año.
- 2. Ayudan a conservar los nutrientes. Hablamos de verduras frescas cuando se consumen sin haber pasado 48 horas entre su cosecha y su ingesta. Varios estudios confirman que los vegetales refrigerados cinco días o más tienen menos nutrientes que los congelados; incluso algunos frescos que necesitan trasladarse para llegar hasta la mesa del consumidor pueden perder nutrientes que los ultracongelados no.
- 3. Así, los ultracongelados resultan muchas veces más nutritivos que los frescos que compramos tras días de refrigeración en la tienda o que almacenamos en la nevera varios días, previos a su consumo.
- 4. Las verduras ultracongeladas no cuentan con aditivos ni conservantes, están totalmente limpias de cualquier bacteria que intente alterarlas, puesto que el proceso de ultracongelación es suficiente para protegerlas y mantener intactas todas sus propiedades, así como el color, el sabor y la textura.
- 5. Puedes usar lo que necesites y mantener el resto en el congelador para la próxima vez. De esta manera, estamos evitando el malgasto de comida y el exceso de residuos.
- 6. Ahorran tiempo y dinero. Un ejemplo: cuando compramos 1 kg de verdura congelada, tenemos 1 kg de esa verdura, por lo que con solo abrir y cocinar, tendremos la comida lista. Sin embargo, cuando adquirimos 1 kg de verduras frescas, hay que pelarlas, partirlas… y se pierde una parte de la compra en desperdicios.
- 7. Son cómodas y fáciles de preparar. Llegan al consumidor limpias, lavadas y troceadas, disponibles para cocinar cuando se necesiten, sin tener que descongelarlas antes.
- 8. No existe temporalidad. Las verduras ultracongeladas se pueden comer durante todo el año, no dependemos del calendario o de las campañas. Los agricultores y expertos evalúan el momento perfecto para la recolección, asegurando la mejor calidad del producto desde los cultivos hasta que llega a la mesa del consumidor.
- 9. Contribuyen a seguir una dieta sana. En el congelador podemos tener una gran variedad de ingredientes que contribuyen a seguir una dieta saludable, con más nutrientes y saciante. Es una gran ayuda para prevenir o revertir el exceso de peso, así como para evitar también que falten nutrientes de calidad en nuestro organismo. Su compra y uso fomenta el consumo de vegetales y nos ayuda a comer suficiente fibra, vitaminas y minerales.