Imagen: stephanie vacher
Los panes de molde y los biscotes son considerados especiales. Por ello, la legislación permite la adición de mayor variedad de ingredientes que en el pan de barra, como azúcares y grasas vegetales, entre otros. Esto se traduce en un incremento de su valor energético. Conviene revisar el etiquetado nutricional de los biscotes y del pan de molde antes de adquirirlos, ya que los ingredientes empleados en su elaboración pueden incrementar su valor nutritivo y energético.
Diferencias nutritivas
Existen diferencias nutritivas, principalmente en el contenido graso, entre unas marcas comerciales y otras pero, por lo general, los biscotes y los panes de molde contienen algo más de grasa que el pan de barra. De término medio, 100 g de biscotes tienen alrededor de 5 g de grasa (el pan de molde algo menos, unos 3 g por 100 gramos), frente a los 1,6 g presentes en la misma cantidad de pan de barra.
Tanto la cantidad de grasa añadida como el tipo (grasas vegetales de origen desconocido, aceite de girasol o aceite de oliva en recientes versiones de pan de molde) depende de la marca comercial, de ahí que sea importante revisar la etiqueta y la lista de ingredientes de cada producto.
Pese a tener un poco más de grasa, el valor energético del pan de molde es similar al del pan de barraSi a esto se suma que la cantidad de azúcar presente en los biscotes y el pan de molde (alrededor de 3 gramos/100 gramos) también supera a la presente en el pan de barra (1,8 gramos/100 gramos), es fácil imaginar que el valor calórico de los primeros supere al del pan de barra. Concretamente, 100 g de biscotes aportan alrededor de 380 calorías, frente a las 240 de similar cantidad de pan de barra. Curiosamente, el valor energético del pan de molde es similar al del pan de barra, pese a tener el primero algo más de grasa. El motivo es que el pan de molde tiene menos proteínas e hidratos de carbono.
También hay variedades de biscotes y de pan de molde integral que por su mayor contenido en fibra (en algunas marcas, el doble respecto a las versiones no integrales) resultan muy útiles en caso de estreñimiento. Además, la fibra tiene la cualidad de aumentar la saciedad, por lo que ayuda a controlar el apetito si se sigue una dieta de adelgazamiento.
Biscotes bajos en sal y en azúcar
La industria alimentaria aplica las nuevas tecnologías para obtener productos más saludables, pero se ha de ajustar a la nueva normativa sobre propiedades saludables de los alimentos para designar si sus productos son «bajos en sal», «sin sal», «bajos en azúcar» o «sin azúcar».
Estos productos a los que se han modificado sus ingredientes añadidos (grasa, azúcar o sal) se disponen para permitir la máxima variedad, en particular para todas aquellas personas en situaciones especiales, como la dieta sin sal por hipertensión arterial, retención de líquidos o trastornos cardiacos o renales; con dietas con control de azúcares para personas con diabetes e, incluso, en caso de obesidad.
La importancia del pan en la dieta
El pan, tanto el de barra como el tostado, es un alimento rico en hidratos de carbono complejos entre los que destaca el almidón. Los hidratos de carbono son nutrientes que aportan al organismo la energía necesaria para poder llevar a cabo todas sus funciones vitales y además, poder desarrollar las actividades correctamente. Uno de los mitos más conocidos en torno a la alimentación es el que dice que tanto el pan como otros alimentos ricos en hidratos de carbono (pasta, arroz, patatas o legumbres) poseen un elevado contenido calórico y que, por tanto, es conveniente reducir su consumo o eliminarlo en caso de que se sigan dietas de adelgazamiento.Lo cierto es que todos estos alimentos, además de ser fuente de energía para el organismo, apenas poseen grasas, por lo que su valor calórico no es tan elevado como se cree. Además, una dieta equilibrada requiere que entre el 50% y el 60% de las calorías totales provengan de los hidratos de carbono. De este modo, se impide que las proteínas y las grasas se empleen como fuente de energía, y se permite que puedan llevar a cabo sus importantes funciones en el organismo.
Los biscotes, además de emplearse como acompañamiento de las comidas, a la hora del desayuno o de las meriendas, pueden sacarnos de más de un apuro en la cocina. Con ellos se puede preparar de forma rápida y sencilla un buen número de entremeses y aperitivos. Algunas sugerencias de ello son biscotes o pan tostado con aceite de oliva y azúcar, con queso fresco y salmón ahumado, con foie-gras o con aguacate y queso de untar.
Al mismo tiempo resultan elementos decorativos a la hora de presentar un plato de ensaladilla rusa, unos huevos rellenos o una ración de pisto e, incluso, pueden añadirse a purés y ensaladas si se cortan en pequeños trozos imitando a unos picatostes de pan frito.
Una de las particularidades del pan de molde es que, por su textura blanda, está especialmente indicado para quienes tienen dificultades para masticar, bien porque han perdido fuerza de los músculos mandibulares o porque les faltan piezas dentarias… Además, por su tamaño y forma, resulta adecuado para elaborar sándwiches variados y aperitivos diversos como los canapés de bonito y pimiento del piquillo o de palitos de cangrejo.