El brownie es un postre típico de Estados Unidos que podría definirse como un pastel de chocolate individual, más aplanado que esponjoso. Al igual que los cupcakes, se ha extendido con rapidez por otras cocinas del mundo. Quizá el secreto de su éxito en la repostería internacional se deba a que su principal ingrediente es el chocolate. De hecho, su nombre tiene mucho que ver con él, ya que brownie hace referencia al color marrón (“brown”) que tanto distingue a este dulce. Pero, sin duda, su principal característica (y la que lo diferencia de un pastel o bizcocho al uso) es que no lleva levadura en polvo. A continuación se ofrecen algunas recetas para hacerlo en casa y combinarlo con otros elementos, como helado, mermelada, frutos secos o yogur natural.
Los básicos: cómo hacer un brownie tradicional
Existen muchas versiones del brownie: de chocolate y chocolate blanco, de galletas Oreo, de crema de cacao, de café… Y también hay múltiples ingredientes que pueden incorporarse a la receta, ya que combinan muy bien con la textura y el sabor del bizcocho. Frutos secos, mermeladas, yogur, plátanos, dátiles o fresas son solo algunos ejemplos. Asimismo, al preparar este postre, hay otras alternativas además del horno, pues los brownies se pueden hacer con mayor rapidez en el microondas y con la Thermomix.
El brownie tradicional se elabora con los siguientes ingredientes: 200 g de chocolate amargo (si puede ser, chocolate negro al 70%), 175 g de mantequilla, 130 g de harina, 320 g de azúcar, tres huevos y 100 g de nueces. La receta es muy simple:
- Se trocea el chocolate y se funde al baño María junto con la mantequilla.
- En otro recipiente se baten los huevos y se mezclan con el azúcar (será más fácil si se hace con ayuda de una batidora).
- Una vez que se obtenga una textura homogénea, se añade poco a poco la mezcla de chocolate y mantequilla fundidos. Se mezcla todo, utilizando para ello una cuchara de madera.
- Hay que colocar la harina en un bol amplio y allí verter, poco a poco, la mezcla. Mientras se incorpora, se mezcla con la cuchara. El resultado, pasados unos pocos minutos, ha de ser una masa densa, envolvente y sin grumos.
- Se agregan las nueces, aunque antes de hacerlo, se deben pasar por harina. Esto evitará que se vayan al fondo del brownie durante la cocción.
- Se precalienta el horno a 180 ºC. Mientras coge temperatura, se unta con mantequilla una fuente de horno de tamaño medio (30 x 25 cm es una medida adecuada). Se vierte la mezcla y, cuando el horno esté caliente, se introducie allí la fuente, a media altura.
- El brownie tardará alrededor de media hora en hacerse. No obstante, la mejor manera de asegurarse de que está cocinado es pincharlo con un palillo. Si el palillo sale limpio, significa que el bizcocho está hecho.
- En cuanto esté cocinado se saca del horno y se deja reposar durante 10 minutos antes de desmoldar y pasar a una rejilla, donde debe terminar de enfriarse antes de probarlo.
Otras versiones de brownies
Hay brownies para todos los gustos… siempre que guste el chocolate, claro. Entre las variantes están los brownies de galletas Oreo, que sustituyen el chocolate amargo por las galletas, o los brownies de Nutella (o Nocilla), que cambian el chocolate por crema de cacao y cacao en polvo. En ambos casos, la cantidad de azúcar que se utiliza es menor, ya que tanto las galletas como la crema son alimentos azucarados.
Por supuesto, es importante recordar que los ingredientes básicos de estas recetas (harina, mantequilla, azúcar y chocolate) convierten a los brownies en un postre delicioso, pero calórico. Su contenido en azúcar y grasas es muy elevado, de modo que se debe consumir en pequeñas cantidades, aunque la tentación sea grande. Pero también se puede probar con un brownie light. El sabor y la textura no son iguales a los del brownie tradicional, pero se le parecen bastante.
Si se quiere elaborar un brownie light, se necesitan los siguientes ingredientes: cinco cucharadas de cacao en polvo, 25 ml de aceite, 50 g de harina, 15 g de sacarina, dos huevos, 100 gramos de ciruelas pasas (o de uvas pasas) sin hueso y unas gotas de esencia de vainilla. Para prepararlo, se baten los huevos junto con la esencia de vainilla y se añaden las ciruelas o las uvas pasas. En otro bol, se mezcla el cacao, la harina y la sacarina. A esta mezcla se agregan el aceite y los huevos batidos con vainilla y se junta todo bien hasta conseguir una pasta uniforme y sin grumos. Se unta una fuente de horno con mantequilla y se vierte en ella la mezcla que debe cocinarse en el horno (ya precalentado) a 180 ºC durante media hora. Después, se espera para desmoldar y luego se deja enfriar antes de consumir, como en la receta del brownie tradicional.
Los mejores acompañamientos para el brownie
El brownie admite múltiples variantes que es posible explorar según los gustos personales. Su sabor intenso a chocolate permite comerlo solo, sin necesidad de añadirle nada más, como si fuese una porción de bizcocho. Sin embargo, para quienes les gustan los contrastes de texturas, sabores y temperaturas, existen unas cuantas posibilidades. Entre ellas, están el brownie con melocotón en almíbar, que además se puede espolvorear con azúcar glas al servir, el brownie con mermelada (de fresa o de naranja, dos estupendas opciones) y el brownie con sirope (de chocolate o de fresa, entre otros).
Las texturas cremosas de las natillas, los helados y los yogures maridan muy bien con los brownies. El helado (mejor de crema) dará un contrapunto de temperatura, mientras que el yogur, si es natural, aportará un punto ácido muy interesante para complementar el dulzor del bizcocho. Las natillas, por su parte, darán un toque de humedad a la masa del brownie. Un buen ejemplo de ello es el brownie sobre crema de vainilla, una delicia para el paladar.