La Comisión Europea ordenó ayer prohibir la comercialización y destruir todas las reservas existentes del requesón fabricado por la empresa británica Bowland Diary Products, debido a la ausencia de medidas higiénicas y al incumplimiento de la ley comunitaria sobre sanidad en su fabricación.
La decisión viene precedida de varias inspecciones en la planta de producción que desde junio llevó a cabo la Oficina Alimentaria y Veterinaria de la UE, que en todos los casos concluyeron que había serios problemas de seguridad alimentaria y de higiene.
Según informó el Ejecutivo comunitario, «el establecimiento no cumplía con toda una serie de medidas de seguridad alimentaria de la UE». Además, se «había anulado la regla de la UE en virtud de la cual los alimentos no seguros o no adecuados para el consumo humano no deben ser comercializados».
La Comisión agregó que «hubo evidencias de que la leche con la que se elaboraba el queso contenía residuos antibióticos con sustancias tales como detergentes y tintes; y también se halló leche caducada».
Bruselas alertó a las autoridades británicas sobre las condiciones de producción en Bowland Diary Products y les demandó solucionar rápidamente los problemas y evitar que estos productos llegaran al consumidor.
Sin embargo, una nueva evaluación puso de manifiesto que no se tomó ninguna acción efectiva «para asegurar que los productos cumplieran las leyes de higiene y de seguridad alimentaria». Por ello, la Comisión podría iniciar un procedimiento de infracción contra el Reino Unido por su «falta de acción».