El debate sobre Nutri-Score está sobre la mesa. En las últimas semanas, distintas voces críticas han señalado aspectos de este sistema de etiquetado frontal que, en su opinión, no funcionan. Entre esas críticas, muchas veces se utilizan ejemplos de valoraciones de productos que llaman la atención, que no se entienden, que son erróneos e, incluso, tramposos. También se dice que Nutri-Score “blanquea” productos insanos de la industria alimentaria, que se muestra benevolente con un “gran porcentaje” de productos ultraprocesados o que no es compatible con la dieta mediterránea. ¿Son fundadas estas críticas? Despejamos las principales dudas.
¿Es verdad que más del 40 % de productos calificados con A o con B son ultraprocesados?
No. La realidad es que el 8 % es calificado con A, y el 13 % con B. La gran mayoría de los alimentos ultraprocesados están clasificados como C, D y E (79 %).
Los datos que se utilizan para criticar proceden del gráfico de un artículo publicado en el British Medical Journal (BMJ) en 2018 donde se analiza una muestra de 2.036 alimentos. Sin embargo, esos alimentos no son un reflejo representativo del conjunto de la oferta alimentaria en los comercios. En 2020 se analizaron 220.522 alimentos ultraprocesados, de acuerdo a la base de datos Open Food Facts France, y el resultado es el que se ve en este gráfico:
Imagen: Nutri-Score blog
¿Cómo es posible que un ultraprocesado obtenga una A o una B?
El hecho de encontrar ciertos alimentos ultraprocesados clasificados así por Nutri-Score no es sorprendente, dado que Nutri-Score y la clasificación NOVA no cubren las mismas dimensiones de salud de los alimentos. Nutri-Score es un logotipo nutricional que caracteriza la composición nutricional de los alimentos. No está en contradicción con el concepto de procesos de transformación de alimentos que recoge la clasificación NOVA.
¿Si un producto tiene una A o una B significa que es saludable?
No exactamente. Nutri-Score compara la calidad nutricional entre productos de la misma categoría o que se consuman en un mismo momento. La interpretación adecuada, por tanto, es que un producto con Nutri-Score A tiene mejor perfil nutricional que otro de su misma categoría que tenga un Nutri-Score B, C, D o E; que uno que tenga un Nutri-Score B tiene mejor calidad nutricional que otro de la misma categoría con Nutri-Score C, D o E, y así sucesivamente. Además, el cálculo de Nutri-Score varía si el producto es un alimento, una bebida, un queso o una materia grasa, así que no se podría hacer un ranking de calidad nutricional de todos los productos mezclando categorías.
¿Un producto con Nutri-Score A es igual de recomendable que una pieza de fruta?
No. Una de las premisas para llevar una alimentación saludable es que predominen en nuestra dieta alimentos frescos o mínimamente procesados, priorizando los de origen vegetal, y este mensaje no debe olvidarse. Nutri-Score, al igual que cualquier otra información nutricional incluida en el packaging de un producto, afecta solo a alimentos envasados. En ese caso, cuando consumamos alimentos envasados, entonces sí la recomendación es escoger los que tengan mejor valoración Nutri-Score.
¿Qué productos están fuera de Nutri-Score y por qué?
Aquellos que no llevan información de manera obligatoria. La lista de estos productos (que va desde productos sin transformar que incluyen un solo ingrediente hasta alimentos elaborados artesanalmente que vende un fabricante en pequeñas cantidades directamente al consumidor final) está detallada en el Reglamento Europeo 1169/2011. Los sistemas de etiquetados frontales, como Nutri-Score, están regulados por ese reglamento.
¿Y los alimentos infantiles para menores de 3 años?
La alimentación infantil para niños de 0 a 3 años sí tiene una declaración nutricional obligatoria, pero no se recomienda aplicar Nutri-Score a estos productos. Esto se debe a que los niños tienen necesidades nutricionales específicas para las cuales Nutri-Score no es adecuado.
Algo similar ocurre con los productos alimenticios diseñados para dietas especiales (amparados por el Reglamento Europeo 609/2013): por lo específico de su composición nutricional, supervisión y finalidad, no se recomienda aplicar Nutri-Score.
¿El algoritmo funciona igual con alimentos y con bebidas?
No. Es diferente, tanto en el cálculo como en la puntuación final en letras y colores. El algoritmo de Nutri-Score es más exigente con las bebidas en cuanto al contenido de energía y azúcares, y en el momento de asignar letra y color a la puntuación final. De este modo,
- en las bebidas, los azúcares empiezan a contar puntos negativos a partir de cualquier cantidad. Asignan un punto por cada 1,5 gramos de azúcar contenidos en 100 ml.
- en los alimentos, los azúcares comienzan a aportar puntos negativos a partir de 4,5 gramos por cada 100 gramos de alimento. Suman un punto por cada 4,5 gramos más de azúcar.
Es decir: dos productos con la misma proporción de azúcar (por ejemplo, 15 gramos por cada 100 ml o por cada 100 g) tendrán diferente puntuación según sean alimentos o bebidas. Una bebida con 15 g de azúcar / 100 ml tendrá 10 puntos negativos, mientras que un alimento con 15 g de azúcar / 100 g tendrá solo 2.
¿Qué sentido tiene aplicar Nutri-Score al agua envasada?
Además de tener un algoritmo más exigente, las bebidas se empiezan a clasificar a partir de Nutri-Score B, ya que Nutri-Score A solo se le puede asignar a las aguas naturales con o sin gas. Ninguna otra bebida puede ser Nutri-Score A. Una de las críticas que se le ha hecho a Nutri-Score es que no tiene sentido que se implemente en las aguas, y precisamente aquí está el sentido: a la hora de comparar bebidas, queda claro que la más recomendable es el agua y solo el agua.
¿Dónde puedo consultar qué calificación tiene un producto concreto? ¿Existe alguna base de datos pública?
Los sistemas de etiquetado frontal como Nutri-Score son voluntarios, ya que así lo regula el Reglamento 1169/2011, y es por esto que no todos los productos o marcas cuentan con este sistema.
Existen ciertas bases de datos o aplicaciones que calculan Nutri-Score, pero hay que tener cuidado porque no siempre lo hacen de modo correcto. Y es que no siempre encontramos toda la información nutricional necesaria en el envase de un producto para calcular Nutri-Score.
¿Nutri-Score nos aleja de la dieta mediterránea?
Nutri-Score no dice qué hay que comer. Las recomendaciones en materia alimentaria siguen vigentes: dieta mediterránea, productos frescos, frutas, verduras… La pirámide de la dieta mediterránea sitúa en su base a los alimentos que deben sustentar nuestra alimentación y va relegando a estratos superiores a los productos que tenemos que comer más moderada y ocasionalmente. Es el patrón de alimentación saludable que recomiendan los expertos y Nutri-Score es coherente con él.
En suma…
Sobre la base de los datos científicos disponibles, es evidente que, desde el punto de vista de la salud pública, es necesario recomendar el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados y reducir la contribución de los alimentos ultraprocesados. Nutri-Score es una herramienta especialmente útil para ayudar a los consumidores a orientar sus elecciones hacia alimentos de mejor calidad nutricional, independientemente del nivel de procesamiento de los alimentos que pertenezcan a las categorías de productos frescos, transformados o ultraprocesados; los alimentos de cada una de estas clases presentan diferencias importantes de calidad nutricional.