“Aumentar la ingesta de calcio en la alimentación diaria puede incrementar la excreción de grasa en las heces y puede jugar un papel relevante en el tratamiento de la obesidad y en la prevención del aumento de grasa corporal”. Ésta es la conclusión de un grupo de investigadores de la University of Copenhagen que, tras una revisión sistemática de estudios acreditados realizados con humanos, han publicado sus resultados en la prestigiosa fuente “Obesity Reviews”. En la literatura científica hay un extenso material de publicaciones que vinculan el calcio y la pérdida de peso. No obstante, desde el ámbito científico se demanda más investigación en este campo.
Imagen: Gabriella Fabbri
El calcio procedente de la alimentación diaria tiene el potencial de aumentar la excreción de grasas con las heces hasta un extremo que podría ser relevante para la prevención del aumento de peso corporal o para la recuperación de éste, si se había perdido con anterioridad, según los investigadores de la University of Copenhagen.
En los distintos trabajos de investigación revisados se observa que una ingesta de este mineral de hasta 1.241 miligramos por día incrementa la excreción fecal de grasa hasta los 5,2 gramos, en comparación con una dieta baja en calcio (menos de 700 miligramos al día). Los resultados también sugieren que el efecto positivo en el peso y la composición corporal es más pronunciado en personas que anteriormente tomaban este mineral, lo que indica que probablemente éstas últimas se pueden beneficiar más del incremento de calcio en su dieta que otras que ya registraban una ingesta alta.
Varias hipótesis para un mismo resultado
Varios estudios demuestran que las personas obesas que ingieren mayor cantidad de calcio experimentan una reducción sustancial de la masa grasa
La capacidad de los productos lácteos por ser fuente excelente de calcio para ayudar a mantener un peso sano y su papel en el manejo del exceso de peso y de la obesidad ha sido el centro de diversas investigaciones en las últimas décadas. Aparte de la reciente demostración del efecto del calcio sobre la excreción de grasa vía fecal, hace años que revistas de prestigio como el «Journal of American Nutrition», «The Journal of the American Medical Association» u «Obessity Research» se hacen eco de estudios de centros de investigación acreditados que han corroborado que las personas obesas que ingieren mayor cantidad de calcio, proveniente principalmente de los productos lácteos, experimentan una reducción sustancial en su tejido adiposo (masa grasa), en ausencia de cualquier restricción dietética de calorías.
Los investigadores del Instituto de Nutrición de la University of Tennesse han postulado que el calcio puede jugar un papel clave en el metabolismo de la célula de grasa, el adipocito, inhibiendo la formación de grasa y promoviendo la lipolisis o destrucción de ésta, si bien sus investigaciones las han llevado a cabo en animales.
La hipótesis que postula el equipo de investigación de la Facultad de Medicina de la Université Laval (Canadá) para explicar el efecto adelgazante del calcio en humanos es que el cerebro puede detectar la falta del mineral y busca compensarla fomentando la ingesta de alimentos, lo que va en contra de los objetivos de cualquier programa de adelgazamiento, que podría compensarse con la toma de suplementos específicos de este mineral.
Voces de alerta
Dentro del mismo ámbito científico hay voces que afirman que aún se necesita trabajar más para elevar a los productos lácteos o al calcio en forma de suplemento como una ayuda eficaz para solventar uno de los mayores problemas sanitarios que aqueja al mundo occidental como es la obesidad.En 2008, la University of North Carolina at Asheville, Department of Health and Wellness, desde la Nutritional Reviews, y tras haber revisado 49 estudios científicos que evaluaban el efecto de los lácteos o los suplementos de calcio sobre el peso corporal, afirmó que la mayoría de la evidencia actual proveniente de los estudios clínicos disponibles no apoyan la hipótesis de que el calcio o el consumo de lácteos ayude en la pérdida de peso. Según los propios especialistas, 41 de estos estudios no mostraron efectos positivos, dos demostraron aumento de peso, uno de ellos una menor tasa de aumento de grasa y tan sólo en cinco se observó la pérdida de peso corporal total.
Por tanto, y por el momento, se puede decir que no se dispone de evidencia científica que apoye al calcio como ayudante en la lipólisis o movilización de grasa corporal, por lo que no se puede recomendar un aporte extra de este mineral para tal fin. Esto significa que no se le puede considerar como un agente
Los investigadores de la University of Tennessee, con varios trabajos realizados sobre este tema, afirman que las fuentes dietéticas de calcio como la leche y sus derivados tienen un efecto atenuante sobre la ganancia de grasa y de peso, y aceleran la pérdida de grasa en una proporción mayor en comparación con los suplementos de calcio. Según los autores del Instituto de Nutrición de dicha universidad, este efecto se debe a los componentes bioactivos adicionales que se encuentran en los alimentos de forma natural, como los inhibidores de enzimas y diferentes aminoácidos que actúan en sinergia con el calcio para atenuar la adiposidad.
El panel de Aditivos Alimentarios y Fuentes de Nutrientes añadidos a los Alimentos (ANS) de la EFSA ha señalado recientemente que el uso de determinadas sales de calcio, magnesio y zinc como fuentes de minerales es seguro. A pesar de que los suplementos de calcio estén aceptados legalmente en Europa, la prudencia debería ser la tónica dominante, y antes de plantearse su utilización para el tratamiento de un síndrome como es la obesidad o del sobrepeso es recomendable acudir a un profesional cualificado que brinde un consejo personalizado y basado en la evidencia científica. Se puede obtener más información sobre la eficacia de los distintos complementos dietéticos para perder peso que se venden en farmacias a partir de la investigación elaborada por CONSUMER EROSKI.