La investigación en cáncer permite, además de hallar nuevos tratamientos, disponer de un mayor conocimiento de esta enfermedad. De ahí que, en los últimos años, muchos trabajos científicos se hayan centrado también en encontrar cuáles son o pueden ser las principales causas relacionadas con la aparición de tumores, con el objetivo de prevenirlos. Así se sabe que, aunque hay tumores con un factor genético importante, en un gran porcentaje influyen nuestros hábitos de vida. Entre ellos, un factor clave es nuestra alimentación. No obstante, a pesar de los avances, la relación entre alimentación y cáncer sigue teniendo muchos claroscuros y, por tanto, son frecuentes entre la población informaciones falsas y bulos con diversos alimentos como la causa o la cura de distintos tipos de cáncer. A continuación, desmontamos algunos de los falsos mitos sobre cáncer y alimentación más extendidos.
No toda la información que escuchamos o encontramos en Internet tiene una verdadera evidencia científica. Así, este es uno de los mayores nichos de bulos en salud. Algo que parece baladí, pero que puede resultar muy dañino porque, muchas veces, estas informaciones alertan de manera innecesaria o nos hacen caer en prácticas que pueden resultar muy poco saludables.
Desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ponemos de manifiesto algunos de los falsos mitos sobre cáncer y alimentación que han sido más difundidos:
Café y cáncer de páncreas
Uno de los bulos más típicos está relacionado con el consumo de café. Hace años un estudio científico asoció la ingesta de café con el aumento del riesgo de padecer cáncer de páncreas. Pese a ello, múltiples investigaciones de los últimos años no han encontrado relación alguna con el café y un incremento del riesgo de sufrir este tipo de cáncer. Es más, incluso algunos evidencian beneficios y un posible papel protector del café frente al cáncer de colon y el cáncer de mama.
¿El té verde protege del cáncer?
En el caso del té, se ha relacionado con un efecto protector de la enfermedad. El motivo es que el té verde contiene gran cantidad de antioxidantes, por lo que algunos investigadores han propuesto que puede ser beneficioso. La realidad es que aún no se ha podido demostrar este beneficio en personas.
Zumo de limón en ayunas y cáncer
Dentro de los bulos más extendidos encontramos también aquellos que hablan de los supuestos beneficios para la salud de tomar zumo de limón en ayunas. El consumo regular de limón, al igual que de otras frutas y vegetales, se relaciona con una alimentación saludable que puede ayudarnos a prevenir el cáncer y otras enfermedades. Sin embargo, ningún alimento por si solo podrá evitar nuestro riesgo de sufrir cáncer.
Azúcar y sacarina, ¿provocan cáncer?
El consumo elevado de azúcar está asociado a la aparición de sobrepeso y obesidad; lo cual sí que supone un aumento en el riesgo de padecer cáncer. De forma que podríamos decir que un consumo excesivo de azúcar, de manera indirecta, puede incrementar el riesgo de tener cáncer.
Para evitar este riesgo, no es necesario que eliminemos por completo el azúcar de nuestra alimentación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos recomienda un consumo de menos de 25 gramos de azúcar al día, lo que equivale aproximadamente a 12 cucharaditas de azúcar. Por ello, aconsejamos reducir lo máximo posible la ingesta de productos con un alto porcentaje de azúcares refinados, como son las bebidas azucaradas y otros productos con azúcares añadidos.
Imagen: Sharon McCutcheon
Otro de los bulos relacionados es el de los edulcorantes y su relación con el cáncer. Determinados estudios realizados con sacarina, empleada a grandes dosis en ratas de laboratorio, han puesto en evidencia que puede promover el desarrollo de cánceres vesicales. Al parecer debido a la acción erosiva que suele ejercer sobre la mucosa. Aún así, la realidad es que estudios epidemiológicos en humanos no han demostrado aumento de la incidencia de cáncer de vejiga.
¿Alimentos transgénicos y aditivos producen cáncer?
De igual modo, existe cierto temor sobre el uso de transgénicos y ‘químicos’ en la comida. En el caso de los transgénicos cabe destacar que no existen estudios científicos que los relacionen con procesos oncológicos. Estos alimentos transgénicos se modifican mediante técnicas de bioingeniería y contienen genes no propios, es decir, genes provenientes de un organismo donante, lo que les confiere una característica nueva y mejorada respecto al organismo equivalente no transgénico. Pero, este hecho, no cambia en modo alguno los genes de la persona que los consume.
Los aditivos, por su parte, están presentes en un número muy variado de alimentos, pero en cantidades muy pequeñas (según el reglamento existente). Se puede indicar que los aditivos autorizados no son perjudiciales para la salud, ya que se emplean a unas dosis en las que no se produce ningún tipo de toxicidad o peligro, incluso si se tomaran de forma excesiva.
Suplementos vitamínicos y cáncer
Esta creencia se basa en que el consumo de antioxidantes naturales, provenientes de frutas y verduras, ayudan a prevenir las lesiones precursoras del cáncer. Hay que tener en cuenta que, aunque los estudios demuestran que la ingesta de frutas y verduras ayuda a mantener una buena alimentación que reduzca la probabilidad de tener algunos tipos de cáncer, no hay ninguna evidencia de que con los suplementos vitamínicos se obtenga el mismo resultado. Por ese motivo, nuestra recomendación siempre será una alimentación rica en el consumo de frutas y verduras.
De hecho, el ‘Manual de diagnóstico y prevención precoz del cáncer’ de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) deja claro que “diversos estudios observacionales y estudios prospectivos no han demostrado que el suplementar la alimentación con vitaminas C, E o betacaroteno disminuya el riesgo de cáncer o la mortalidad por el mismo”.
Uso de plantas contra el cáncer
Si buscamos por Internet es fácil encontrar información sobre diferentes plantas que parece que ayudan a prevenir o curar el cáncer. La realidad es que algunos de los compuestos presentes en muchas plantas o productos de herbolarios pueden tener posibles efectos beneficiosos sobre los seres humanos.
Hasta el momento se han reconocido como beneficiosos compuestos como los denominados flavonoides (presentes en cítricos, cerezas, manzanas, cebollas, grosellas, tomates, uvas…) con un papel antioxidante.
Pero, tenemos que decir que lamentablemente, no hay evidencia científica acerca de ningún alimento que por sí solo pueda evitar nuestro riesgo de padecer cáncer. Lo que sí podrá reducir nuestro riesgo de sufrirlo es incorporar estos alimentos en una dieta basada en frutas, verduras, legumbres y cereales.