Se sabe que el factor con mayor influencia en la aparición del cáncer de mama es el hecho de que algún familiar haya padecido esta enfermedad, sin embargo existen otros factores que también podrían influir en la aparición del cáncer como la edad, la exposición a radiaciones, la utilización de anticonceptivos orales, así como las dietas ricas en grasa y la obesidad.
La influencia de la obesidad
La mayoría de factores que influyen en la aparición del cáncer de mama no son controlables, como por ejemplo el genotipo o los antecedentes familiares. Hay otros factores que son no modificables como la edad a la que se tiene la primera menstruación, el número de embarazos y la edad en la que la mujer se queda embarazada o la edad en la acontece la menopausia. Sin embargo, existe un factor que sí es controlable y que también influye en la aparición de este tipo de cáncer como es el caso del exceso de peso y los hábitos de alimentación.
En un estudio publicado en la revista del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, se llega a la conclusión de que la obesidad hace que aumente la cantidad de estrógenos presentes en la sangre, lo que incrementa el riesgo de padecer cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas.
Por otra parte, un estudio realizado por expertos de la Unidad de Nutrición de Cambridge, afirma que las mujeres que siguen una dieta con un contenido excesivo de grasas tienen mayor riesgo de padecer cáncer de mama que aquellas cuya dieta contiene menor proporción de este nutriente. La subdirectora de la Unidad de Nutrición Sheila Bingham, explicó que este efecto podría estar relacionado con la ingesta de grasas, en concreto de grasas saturadas presentes sobretodo en alimentos como la mantequilla o la nata, los lácteos enteros, carnes y algunas galletas y pasteles. Sin embargo, en el estudio también se reconoce que es complicado conocer la relación directa entre la alimentación y el cáncer, aunque sí se sabe que es importante llevar a cabo una alimentación sana y equilibrada para poder reducir el riesgo de padecer dicha enfermedad.
El efecto protector de algunos alimentos
El elevado número de casos de cáncer de mama hace que las investigaciones se centren en el estudio de los factores que puedan frenar su incidencia. Conscientes de ello, la dieta y, en concreto, aquellos alimentos que se consideran protectores, son una de las principales vías de investigación.
Un estudio llevado a cabo por el Instituto Omega 3 revela que el consumo de aceite de oliva virgen puede prevenir algunos tipos de cáncer, entre ellos el de mama. Según las investigaciones, el aceite de oliva virgen consumido de forma habitual hace que se generen patrones hormonales que no estimulan los procesos cancerígenos. Además estos patrones generan menores niveles de hormonas relacionadas con el desarrollo de ciertos tumores. De hecho en España el número de casos de cáncer de mama es un 40% menor en comparación con países en los que la principal grasa de consumo es mayoritariamente saturada, como ocurre por ejemplo en EEUU.
Existen además otros compuestos en los alimentos que también ejercen un efecto protector como es el caso de los antioxidantes. Las sustancias antioxidantes engloban a un grupo de vitaminas, minerales, colorantes naturales y otros compuestos presentes sobre todo en vegetales. Todas estas sustancias presentan la propiedad de bloquear el efecto dañino de los radicales libres, sustancias que ocasionan efectos negativos para la salud ya que son capaces de alterar el ADN (genes), las proteínas y las grasas. Con los años, los radicales libres pueden producir una alteración genética sobre las células de nuestro cuerpo contribuyendo a aumentar el riesgo de cáncer. La mayor parte de las sustancias antioxidantes se encuentran en alimentos de origen vegetal, de donde se deduce el efecto beneficioso para la salud que presentan algunos alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Sin embargo, aunque una dieta que incluya este tipo de alimentos pueda proteger al organismo frente a algunos tumores, se necesitan también otras medidas para reducir el riesgo de padecer cáncer de mama.
Las cualidades de la soja
Dentro del grupo de las sustancias con acción antioxidante se encuentran las isoflavonas, también denominadas fitoestrógenos, presentes en la soja y derivados. Su ingesta está relacionada con un menor riesgo de padecer osteoporosis, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer dependientes de hormonas, como es el caso del cáncer de mama. Durante el periodo fértil de la mujer, la sobre exposición a los estrógenos humanos constituye uno de los factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama o cualquier otro tipo de cáncer dependiente de hormonas. Si estas hormonas humanas presentan niveles demasiado elevados pueden provocar la división de las células, seguido de un crecimiento incontrolado de las mismas, es decir cáncer.
Los fitoestrógenos presentes en la soja, son estrógenos de origen vegetal y poseen una acción notablemente más débil a la que presentan los estrógenos humanos, por lo que son susceptibles de reducir el riesgo de que tenga lugar un proceso de división celular. Esta comprobado que en países en los que el consumo de soja está muy extendido, el riesgo de padecer cáncer de mama disminuye. Concretamente en Japón, donde se ingiere aproximadamente entre 20 y 50 miligramos de estrógenos vegetales al día, el riesgo de padecer cáncer de mama es de cinco a ocho veces menor que en los países de Europa occidental, en los que su consumo es de alrededor de 1 miligramo al día.