Hemos asociado el concepto vegetariano a elección saludable, pero un alimento ultraprocesado, como los que recordamos en las siguientes líneas, seguirá siendo insano aunque se considere apto para esta opción alimentaria. No hay que olvidar que el azúcar es vegano y no precisamente saludable. ¿Y qué sería una carne obtenida sin tener que sacrificar a ningún ser vivo? Hay investigadores que están en ello. Lo contamos a continuación.
¿Y si pudiéramos comer carne sin sacrificar animales?
Para cubrir las necesidades del consumidor concienciado con el sufrimiento animal, algunos van más allá de la simple producción de sustitutos de carne. Los investigadores han conseguido crear este mismo alimento –no sucedáneos– a partir de células madre. Este avance permitiría obtener los componentes nutricionales de un filete sin tener que sacrificar a ningún ser vivo.
En unos años, no sería raro que pudiéramos encontrar carne artificial en el supermercado, lo que plantea un nuevo debate: ¿consumirían los vegetarianos este producto? La comunidad está dividida entre los que rechazan este alimento, independientemente de dónde venga, y los que estarían dispuestos a comerlo si garantiza el bienestar animal. De momento, ambos grupos deberán esperar, porque los costes de producción de este invento son todavía demasiado elevados. El precio más bajo aportado ronda los 74 euros el kilo, lo que supera con creces el coste de la carne en el mercado, que suele oscilar entre los 3 y los 15 euros si no es gourmet.
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Por otro lado, este producto no se puede considerar vegano, ya que para cultivar las células se necesita un aporte de vitaminas, aminoácidos y otros nutrientes, que en la actualidad se obtienen del suero fetal bovino. Se trata de un ingrediente fundamental para conseguir que las células crezcan, por lo que, de momento, el proceso no se puede modificar. Además, para que estos organismos microscópicos se estructuren, necesitan un segundo elemento animal, el colágeno bovino, que actúa de soporte, por lo que el sistema estaría incorporando un segundo elemento animal.
Aunque el diseño de carne futurista avanza a buen ritmo, los científicos todavía tienen muchos retos pendientes, como dotarla de jugosidad y de sabor, algo que todavía no han conseguido. ¿Serán capaces de replicar el gusto de un solomillo dentro de poco?
Algunos sucedáneos veganos con bajo perfil nutricional
En el lineal del supermercado encontramos productos con el sello veggie o vegan que tienen muy poca calidad nutricional. Entre ellos figuran fiambres, salchichas, croquetas, bollería o batidos. No contienen ningún ingrediente de origen animal, pero a veces los almidones, los aceites o los azúcares que utilizan para sustituir determinados componentes son igual de insanos que en el original.
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Para detectarlos, conviene prestar especial atención a la composición de los siguiente productos veganos:
- ‘Salchichas’. Entre sus ingredientes principales suelen figurar aceites, agua, almidones y clara de huevo (no apta para veganos). Se elaboran con una mezcla de proteínas y almidones, muy similar a la que se utiliza en las originales de carne.
- Batidos. Para conseguir la consistencia de la leche se usan bebidas vegetales, como soja o avena, a las que se añaden aceites, azúcar y almidones espesantes, así como colorantes y saborizantes para simular el sabor.
- ‘Quesos’. La textura de este sucedáneo se obtiene mezclando grasas saturadas sólidas, como las del aceite de palma o de coco, con almidón. No puede llamarse queso en ningún caso.
- ‘Snacks’. Muchos prefieren chips de plátano, batata o remolacha antes que patatas fritas, también vegetarianas. Son un poco mejores, pero no saludables, como cualquier producto frito con un 30 % de aceite. La calidad mejora si se hornean, pero no mucho.