Muchos son los mitos sobre alimentación y dietética que circulan hoy día de boca en boca o por las redes sociales. Algunos de ellos se refieren al aporte calórico de distintos alimentos y a su capacidad para depositarse en forma de grasa; es decir, “para engordar”. Por extraño que parezca, el tomate es uno de los sospechosos de “engordar” si se come por la noche. Pero ¿es cierto? ¿Puede engordar más o menos un alimento según la hora del día en que sea consumido? ¿Cenar tomate hace subir de peso? En el siguiente artículo se analiza esta cuestión.
El balance energético
Lo primero que hay que saber cuando se habla de «engordar» es qué significa el balance energético. El organismo requiere energía (calorías) para poder funcionar de manera óptima; es decir, para poder respirar, caminar, comer y digerir los alimentos, correr, jugar, etc. Esta energía se obtiene de los alimentos y bebidas que se toman. Si las calorías que se ingieren son igual a las que el cuerpo necesita para las actividades realizadas ese día, ni se engorda ni se pierde peso, sino que el peso corporal se mantiene. En cambio, si se toman más calorías de las consumidas por el organismo, ese exceso calórico pasará a conformar parte del tejido adiposo (grasa acumulada que promoverá la ganancia de peso corporal).
Para conocer el aporte calórico de los alimentos existe una medida: el aporte de calorías de cada uno de ellos. Así, si se comen alimentos muy calóricos, será mucho más fácil exceder la ingesta calórica y promover la ganancia de peso corporal. Si se dice que un alimento «engorda» es porque posee un exceso de calorías; aunque en realidad lo que decidirá si un alimento engorda o no en una persona es toda su ingesta alimentaria juntamente con su gasto calórico.
El tomate: propiedades nutricionales
El tomate es un alimento vegetal conocido en todo el mundo. Tiene forma ovalada o redonda, rojo o amarillo cuando está maduro; y es de distintos tamaños según la variedad.
El tomate se engloba dentro del grupo de las verduras y hortalizas, es muy rico en agua (94,5% de su peso es agua) y con un contenido calórico muy bajo (18 kcal por cada 100 g de alimento). Imagínese, entonces, la cantidad de tomate que se tendría que consumir para llegar a ingerir 2.000 o 2.500 kcal diarias. Se trata, además, de un alimento con un bajo contenido en grasa (0,1g/100g de alimento) y grasa saturada; un bajo contenido proteico (0,7g/100g de alimento); y un bajo contenido en hidratos de carbono (3,5g/100g de alimento). Al ser un alimento de origen vegetal, no contiene colesterol. Posee 1 g de fibra por cada 100 g de alimento. Destaca, en cuanto a vitaminas y minerales, por su contenido en potasio (250mg/100g), carotenos (500mg/100g) y un contenido moderado en vitamina C (13mg/100g).
¿Engorda el tomate? Decididamente no. ¿Es un alimento recomendable? Por supuesto que sí. Se trata de un alimento de origen vegetal, fuente de fibra, pobre en calorías y pobre en grasas, que puede contribuir a asegurar las cinco raciones al día de frutas y verduras recomendadas por todas las sociedades científicas relacionadas con la alimentación.
Tipos de tomate y aplicaciones culinarias
Existen multitud de variedades de tomate que se pueden usar en la cocina. Hay tomates de mayor consistencia para las ensaladas, como el de «corazón de buey» o el tomate «pera«. Otros son óptimos para extender en el pan, como el tomate de rama. El tomate «cherry» es idóneo para decoraciones o ensaladas, mientras que el tomate amarillo se puede emplear en ensaladas o al horno. Existen tomates de distintos tamaños, formas y colores (desde más verdes a rojos y amarillos) para utilizar en gran variedad de recetas.
La aplicación culinaria más extendida para el tomate es la ensalada. Se trata de un plato sencillo, en el que se puede trabajar con gran variedad de verduras y hortalizas u otros ingredientes y con el que es posible conseguir comidas o cenas ricas y saludables. Ejemplos de ensaladas con tomate (como plato principal o acompañamiento) serían los siguientes:
- Ensalada de tomate y mozzarella.
- Ensalada de aguacate, tomate y cebolla.
- Ensalada griega: tomate, cebolla, queso feta y aceitunas negras.
- Ensalada de tomate y nueces.
- Ensalada verde de rúcula y canónigos con tomate cherry.
Otra de las grandes recetas en las que se emplea el tomate es la salsa de tomate. Se elabora normalmente con tomate para freír. Y en su preparación pueden incluirse gran variedad de ingredientes, desde especias hasta otras hortalizas, cebolla, setas, carne… Eso sí, cuantos más ingredientes y mayor contenido en aceite tenga la salsa, más calórica resultará. Hay que vigilar en especial las salsas precocinadas, puesto que la mayoría de ellas cuenta con gran cantidad de aceite (no siempre de oliva), sal y azúcar. El kétchup es una de las salsas de tomate más utilizada.
Puede prepararse también tomate relleno, al horno, a la plancha o salteado, que puede servir como un excelente acompañamiento a un plato de carne, pescado o tortilla.