La mala alimentación y el sedentarismo no sólo perjudican a las personas, sino también a los animales de compañía. Y es que, según un estudio de la empresa de alimentación de mascotas Hill´s Pet Nutrition, cerca del 50% de los animales de compañía -perros y gatos, principalmente- tiene sobrepeso, una enfermedad de la que aún no hay mucha concienciación en España. Los especialistas recuerdan que se considera obeso al animal que pesa más del 15% de su peso ideal.
Artritis, problemas respiratorios, cardiovasculares y óseos, además de reacciones cutáneas e incluso diabetes, son las principales complicaciones que las mascotas obesas tienen más riesgo de padecer. Para evitar estas patologías, la solución pasa, al igual que en las personas, por una dieta controlada por el veterinario junto a un poco de ejercicio físico.
No es necesario ser un experto para ver si su animal está gordo. Basta con pasar la mano por las costillas. Si éstas se ven a simple vista es que está muy delgado. Si al palparlas se le notan sin mucha dificultad, la mascota está en su peso. Pero si al tocarlo se nota una cierta capa de grasa hasta llegar a las costillas, el animal pesa más de la cuenta.
Plan controlado
Una vez dispuestos a poner a su mascota a régimen, el programa de pérdida de peso se basa, principalmente, en aplicar dietas comerciales específicas, que deben ser prescritas por los expertos. No sirve solamente con reducirle la comida, ya que es necesario que el animal siga un plan de adelgazamiento controlado por el veterinario.
No sirven en estos casos los productos «light», que ya suponen en torno al 10% de la producción de piensos animales. «Estos son más bien alimentos de mantenimiento para cuando el animal ha perdido peso o bien para controlarlo y para las razas más propensas a engordar», explica la veterinaria Juana López. Las comidas caseras tampoco son una buena opción. Son menos equilibradas que los piensos comerciales y fomentan, por tanto, que las mascotas que las ingieren puedan padecer obesidad.
Precisamente, una de las reglas básicas para evitar el sobrepeso en los animales de compañía es quitarles los «premios». «Una galletita equivale a una hamburguesa en un perro, lo que supone un aporte muy importante de calorías. Además, una patata frita contiene la sal que debe tomar el animal en una semana», detalla la veterinaria Mónica Navarro.
Sin embargo, aún viendo que el animal está gordo, muchos dueños no ven necesario ponerlos a adelgazar pese a los riesgos que esto supone. El 76% de los propietarios consideran que sus animales de compañía no tienen sobrepeso, pese a que el 67% de los dueños de gatos y perros sí admiten tener ellos mismos algunos kilos de más, según revela el estudio de Hill´s Pet Nutrition.
Igual que las personas
Las causas de la obesidad en las mascotas están claras: el sendentarismo y el exceso de comida. Por eso, el primer paso, además de pesar al animal y calcular su peso ideal, es estudiar sus hábitos y los del dueño para conocer de dónde viene el sobrepeso.
Los especialistas insisten en que el animal sólo debe comer una o dos veces al día. «Las mascotas tienen una digestión muy lenta, que va entre las 10 y las 18 horas según la raza y el peso», destaca Juana López. Las razas de perros más propensas a la obesidad son el Cocker Spaniel, el labrador y los Dachshunds. Asimismo, las hembras tienden más a engordar, junto con los animales castrados.
Con la alimentación, el ejercicio físico es el segundo paso para conseguir mantener una mascota sana. Según el estudio, sólo un 30% de los dueños entrena a sus perros suficientemente, por lo que modificar este hábito es fundamental. Pero con moderación, sin cambios bruscos. Así, es bueno que uno de los paseos que se da a los perros para hacer sus necesidades sea más largo de lo habitual. En los gatos la cosa se complica al no salir a la calle, aunque siempre se puede optar por realizar simples ejercicios en casa.