El chocolate blanco se elabora con manteca de cacao, leche en polvo, azúcar y lecitina de soja.
Es rico en grasas e hidratos de carbono, nutrientes que aportan energía al organismo. Las grasas proceden de la manteca de cacao, que contiene una gran proporción de ácido esteárico, un ácido graso saturado que, a diferencia de otros ácidos grasos, no aumenta el nivel de colesterol en la sangre. Además es fuente de minerales tales como el potasio, el fósforo, el magnesio, el calcio y de vitaminas (A, E, B1, B6 y ácido fólico). Por su composición nutritiva, es un alimento que se adapta muy bien a los casos en que es necesario un aporte calórico extra, por ejemplo en la práctica de deporte u otras actividades físicas intensas. Sin embargo, por su alto aporte energético, a partir de grasas y azúcares, en situaciones de sobrepeso u obesidad, diarrea y procesos de mala absorción intestinal, piedras en la vesícula biliar, problemas de niveles elevados de triglicéridos en sangre y diabetes su consumo puede estar limitado o incluso contraindicado. Igual ocurre en la enfermedad renal que requiere una dieta con control de potasio.Composición nutritiva promedio(por 100 g de porción comestible):
Aporta 529 calorías, 8 g de proteínas, 58,3 g de hidratos de carbono y 30,9 g de grasa.