El chocolate es un alimento rico en calorías, grasas y azúcares. Por esa razón, se localiza en el grupo de alimentos denominados “superfluos”. Esto significa que su ingesta no es necesaria desde el punto de vista nutricional, ya que todos sus nutrientes y componentes (incluidos los que aportan beneficios para la salud) pueden hallarse en otros alimentos. Pero, ¿es igual un chocolate que otro? ¿Tienen todos la misma composición? El siguiente artículo explica qué clases de chocolates hay, cómo se caracterizan, cuál es su aporte nutricional y por qué se debe moderar su consumo.
Tipos de chocolates y sus características nutricionales
Imagen: bhofack2
Según el Código Alimentario Español, el chocolate es una mezcla homogénea de cacao en polvo o pasta de cacao y azúcar pulverizada, a la que se le puede haber añadido manteca de cacao. En cualquier caso, debe contener, como mínimo, el 35% de componentes del cacao.
El mismo documento también distingue entre diferentes tipos de chocolate, como el chocolate con leche, con frutos secos o con cereales y con frutas.
Además, se identifican derivados especiales del cacao, el chocolate y la manteca de cacao, como el cacao azucarado en polvo (con o sin harinas), los chocolates especiales con miel, extracto de malta, huevos, café… los chocolates de régimen, los chocolates rellenos y los bombones (estos últimos deben tener un mínimo del 10% de chocolate en su composición).
En resumen, una gran variedad ante la que resulta muy fácil confundirse. ¿Es posible agruparlos de algún modo y conocer de forma sencilla en qué se diferencian? Sí. Las principales diferencias entre los tipos de chocolates más comunes son las siguientes:
- Chocolate negro. Debe contener, como mínimo, un 43% de cacao. Cuanto mayor es el contenido de cacao, más amargo resulta su sabor, y menor es el porcentaje de azúcares y grasas.
- Chocolate con leche. La definición es sencilla, ya que el chocolate con leche es, así de simple, el tipo de chocolate al que a los característicos ingredientes de este producto se le ha añadido leche.
- Chocolate blanco. Se trata de un producto elaborado con manteca de cacao, azúcar y materias sólidas de la leche.
- Chocolate con frutos secos o con cereales. Deriva de un chocolate (solo o con leche) al que se le ha agregado entre un 8% y un 40% de avellanas, almendras, nueces, piñones o cereales tostados, enteros o troceados.
- Chocolate con frutas. Procede de un chocolate solo o con leche al que se le han añadido entre un 5% y un 40% de frutas, enteras o troceadas, desecadas o confitadas. En nuestro entorno, la variedad más apreciada y también más popular es el chocolate con trozos de naranja.
El aporte nutricional del chocolate
El chocolate es un alimento muy energético, es decir, aporta una cantidad elevada de calorías gracias a su contenido en grasas e hidratos de carbono (la mayoría de los cuales son azúcares). Desde el punto de vista nutricional, las diferencias entre los tres tipos principales de chocolates en cuanto a aporte de nutrientes no son trascendentales:
Tipo de chocolate | Energía (kcal/100g) | Grasas (g/100g) | Grasas saturadas (g/100g) | Azúcares (g/100g) |
---|---|---|---|---|
Chocolate negro | 520 | 6 | 21 | 42 |
Chocolate con leche | 534 | 31 | 18 | 54 |
Chocolate blanco | 566 | 33 | 20 | 56 |
En este sentido, la recomendación de escoger el chocolate negro, se explica, más que por su perfil nutricional, por su mayor contenido en flavonoides, unas sustancias a las que se atribuyen efectos beneficiosos para la salud cardiovascular y que están en mayor concentración en los chocolates con más porcentaje de cacao.
Chocolate: por qué moderar el consumo
Imagen: Consumer Eroski
Para los alimentos «superfluos», entre los que se incluye al chocolate, no existen raciones de consumo recomendadas. Lo que se aconseja es que, en caso de consumirse, se haga con moderación. La palabra «moderación» es muy subjetiva y tiene múltiples interpretaciones. Sin embargo, no existe una cantidad por encima de la cual estén bien establecidos los perjuicios asociados a su ingesta, por lo que es difícil fijar una cantidad recomendada o unos límites máximos de consumo.
En cualquier caso, conviene tener presente que el chocolate es un alimento que aporta una cantidad nada despreciable de calorías a partir de azúcares y grasas y que, a menos que nuestro estilo de vida sea muy activo (tanto a nivel laboral como en el ocio), es fácil excederse tanto en la ingesta energética, como de estos dos nutrientes que ya son consumidos en exceso por la mayoría de la población.