Muchos adultos tienen el colesterol elevado. De ellos, una gran parte recurre a tratamientos “alternativos” para disminuirlo. Por eso, el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM), una de las autoridades de referencia en este campo, ha emitido cinco recomendaciones sobre el tema. En el presente artículo se detallan dichos consejos, pero también se profundiza en ellos con el objetivo de aumentar nuestro conocimiento sobre este delicado asunto. Un importante mensaje que hay que recordar es que, aunque en ocasiones es necesaria la ayuda farmacológica, un buen estilo de vida es como un “fármaco” de gran ayuda en el control de esta dolencia, de bajo coste y sin efectos secundarios.
Colesterol: cinco recomendaciones para disminuirlo
La mitad de la población adulta española tiene el colesterol elevado
La mitad de la población adulta española tiene el colesterol elevado, según ha revelado el estudio ENRICA (Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España). Los autores de la investigación, publicada en junio de 2012 en la Revista Española de Cardiología, recuerdan que la hipercolesterolemia (colesterol sanguíneo por encima de 200 mg/dL) se asocia «de forma independiente, fuerte y continua con el riesgo de enfermedad isquémica del corazón, incluso en los jóvenes y en poblaciones con bajo riesgo coronario».
Como se ve, no es un asunto para tomar a la ligera. Pese a ello, según estudios recientes, una gran parte de los individuos que padecen hipercolesterolemia recurre a terapias complementarias para tratarla. ¿Qué debemos saber al respecto? Para responder a esa pregunta, el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM), un organismo que evalúa la utilidad y la seguridad de las diversas prácticas de la medicina complementaria y alternativa, emitió en febrero de 2013 cinco recomendaciones que debemos tener presentes y que, a continuación, se amplían con datos relacionados con la población española.
1. Mejora tu alimentación
Una dieta saludable puede ayudar a normalizar nuestros niveles de colesterol y a reducir la necesidad de fármacos. Sin embargo, el estudio ENRICA dio un mensaje desalentador, ya que el 24% de los adultos españoles con colesterol elevado no recibe consejo dietético por parte de su médico. Y cuando lo recibe, es probable que sea inadecuado. Tal y como detalla el ‘Libro blanco de la nutrición en España‘, la formación en nutrición en las carreras sanitarias «ha sido y sigue siendo, dentro de los nuevos planes de grado, muy deficitaria». Asimismo, se detalla que «la falta de dietistas-nutricionistas en las instituciones sanitarias, tanto de atención primaria como hospitalaria, o en la Salud Pública, tiene consecuencias muy perjudiciales para la salud de la población y aumenta los costes sanitarios».
En cualquier caso, las dietas que contienen muchas grasas saturadas y muchas grasas trans son, según el NCCAM, peligrosas para nuestro colesterol sanguíneo. ¿Cómo evitar que la alimentación tenga mucha cantidad de dichas sustancias? Se debe, por una parte, enfatizar el consumo de hortalizas, legumbres, frutas frescas, cereales integrales (como pan integral, pasta integral, arroz integral), frutos secos y semillas. Por otra parte, conviene minimizar al máximo la ingesta de embutidos, carnes rojas, bollería, repostería, helados, aperitivos salados, postres lácteos, quesos o salsas, tal como se detalla en este artículo de la dietista-nutricionista María Manera.
2. Controla tu peso
Perder kilos de más no solo ayuda a reducir el colesterol LDL (el llamado «colesterol malo») sino que también incrementa los niveles de colesterol HDL («colesterol bueno», que ayuda a evitar que el colesterol se acumule en nuestras arterias). De nuevo, el consejo de los médicos sobre la pérdida de peso en personas con hipercolesterolemia parece insuficiente: menos de la mitad de ellos recomendó a sus pacientes controlar el peso corporal en el estudio ENRICA. Peor aún será dejarse engañar por una dieta milagro.
Para la experta en control de peso Violeta Moizé (Hospital Clínic de Barcelona) la pérdida de peso requiere «mucha motivación, tanto del paciente como del terapeuta, y formación continua. Aquí tirar la toalla no existe». Moizé, además, indica con buen criterio que la mayoría de los pacientes con exceso de peso «saben qué han de hacer, lo que no saben es cómo hacerlo con su realidad diaria, con sus valores, con sus necesidades íntimas, con sus placeres, con su estilo de vida…». Es por ello que la fórmula para tratar el exceso de peso debería estar compuesta por estos cuatro componentes:
- Seguimiento por un especialista; en especial, un dietista-nutricionista para que la dieta tenga en cuenta tanto las características como los gustos y preferencias del paciente.
- Alimentación saludable (incremento en la ingesta de cereales integrales, legumbres, frutas, verduras y hortalizas).
- Modificación de los hábitos de vida (eso incluye al ejercicio físico habitual).
- Persistencia (fundamental).
3. Levántate y anda
La actividad física regular (como caminar a paso ligero unos 30 minutos cada día) ayuda a mantener o a disminuir el peso corporal, aunque también puede aumentar el «colesterol bueno» (HDL) y disminuir el «colesterol malo» (LDL) y los triglicéridos. El NCCAM propone un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física. La Organización Mundial de la Salud (OMS) va más allá: en su informe ‘Recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud’ señala que lo idóneo es realizar 300 minutos semanales de actividad física (en sesiones nunca inferiores a 10 minutos). También aconseja hacer un mínimo de dos veces por semana actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares.
Sin embargo, el consejo de nuestros médicos acerca de la importancia del ejercicio físico en personas con hipercolesterolemia es insuficiente: menos de la mitad de ellos recomendó a sus pacientes al respecto en el estudio ENRICA. No es un tema trivial. Hay estudios sólidos que muestran que el sedentarismo aumenta de forma notable el riesgo de sufrir diabetes, enfermedad cardiovascular e incluso el riesgo de morir de forma prematura por cualquier causa. De hecho, se estima que una buena forma física reduce el riesgo cardiovascular hasta una magnitud equiparable al hecho de no fumar.
Y es que el sedentarismo forma parte de los cuatro factores de riesgo más significativos de desarrollar patologías cardiovasculares, junto al tabaquismo, la hipertensión y la hipercolesterolemia. No extraña, por tanto, que el PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) considere que se debe incorporar el consejo y prescripción de la actividad física en las consultas de atención primaria, así como motivar al paciente en cada visita, aunque éste no sea el motivo de consulta. Como siete de cada diez españoles somos sedentarios en nuestro tiempo libre, son datos que no deberíamos pasar por alto.
4. Sé prudente con el uso de suplementos dietéticos
No hay evidencias concluyentes de que el arroz de levadura roja, las semillas de lino y el ajo sean eficaces para reducir los niveles de colesterol
Los suplementos dietéticos más estudiados en relación al control del colesterol, según el NCCAM, son el arroz de levadura roja, las semillas de lino y el ajo. Esta organización, no obstante, señala que no hay evidencias concluyentes de que sean eficaces para reducir los niveles de colesterol. Sobre el arroz de levadura roja y los suplementos de ajo, el NCCAM incluso advierte de que pueden tener efectos secundarios y generar interacciones farmacológicas, algo preocupante si se tiene en cuenta que una alta proporción de españoles toma fármacos de forma habitual, según revela la Encuesta Nacional de Salud.
El GREP-AEDN emitió en noviembre de 2012 una serie de recomendaciones al respecto de los «productos dietéticos», de las que cabe destacar las siguientes cuatro:
- Minimice el uso de «productos dietéticos». Si no está del todo seguro de su efectividad, seguridad o necesidad, no los compre.
- No sustituya o aplace el inicio del tratamiento médico que le haya indicado su profesional sanitario de referencia.
- Consulte con su médico o con su dietista-nutricionista las posibles interacciones fármaco-nutriente o fármaco-principio activo del producto.
- Si observa algún efecto secundario, póngase en manos de un médico y denuncie la situación ante una institución que se dedique a la defensa del consumidor.
5. Comparte tus dudas con el médico
De igual manera que no permitimos que cualquier autodenominado «experto» repare un puente agrietado, no conviene dejar nuestra salud en manos de personal no cualificado. El médico conoce qué medidas han demostrado eficacia y (no menos importante) seguridad para reducir los niveles de colesterol. Nuestro médico debe conocer toda práctica complementaria o alternativa que realicemos, y eso incluye a los suplementos dietéticos. Uno de los motivos es que pueden generar interacciones indeseadas (y de consecuencias imprevisibles, por la falta de estudios en humanos) con los fármacos que disminuyen el colesterol, llamados «estatinas». Una revisión Cochrane de enero de 2013 confirmó la capacidad de las estatinas para disminuir no solo el colesterol sino también la mortalidad, sin que se hayan observado efectos adversos importantes.
Un ejemplo de interacción indeseada es el que se produce al tomar a la vez estatinas y salvado de avena: estudios publicados por Ricther y colaboradores y de Andrés y colaboradores han observado que tomar salvado de avena puede elevar el colesterol, debido a la disminución de la eficacia de las estatinas. Algo parecido sucede al tomar hierba de San Juan. Por ello, ante la duda -y antes de tomar suplementos dietéticos- es fundamental consultar con el médico.