Lejos todavía de resolverse el tema del veto a las importaciones de clementinas establecido por las autoridades sanitarias de Estados Unidos, los productores españoles están afanándose en buscar mercados alternativos. Así, han puesto sus ojos en Canadá, Rusia, Letonia o Ucrania para colocar las aproximadamente 45.000 toneladas de mandarinas clementinas que no se han podido comercializar en el mercado estadounidense .
A pesar de las enormes pérdidas que ha supuesto para el sector el cierre del mercado «yanqui», con esta decisión de cambiar el destino de los cítricos españoles se evitará aumentar la oferta y hundir las cotizaciones en mercados tradicionales como los de los países comunitarios, donde, gracias a esta estrategia, se ha logrado mantener los precios.
Los productores, por tanto, han dado por terminada la campaña de exportación de clementinas a EE.UU. Frente a las 80.000 toneladas exportadas en la campaña anterior, este año tan sólo se han enviado 40.000 toneladas, cuando las previsiones apuntaban a que serían unas 100.000.
Origen del problema
El motivo que llevó a las autoridades norteamericanas a prohibir la entrada de clementinas a su mercado el pasado 5 de diciembre, fue, según ellas, la aparición de larvas de la mosca del Mediterráneo en algunas partidas de esta fruta procedentes de Valencia. Este insecto es uno de los más dañinos para la agricultura y amenaza a más de 225 tipos de frutas, nueces y hortalizas.
Desde la Interprofesional Citrícola Española, Intercitrus, señalaron que esta medida no era más que una burda estrategia comercial de los empresarios agrícolas estadounidenses, ya que los exportadores siguen escrupulosamente el protocolo fitosanitario firmado por el Ministerio de Agricultura y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
En este protocolo se exige que la fruta, después de ser supervisada en el puerto español, siga un tratamiento de frío durante la travesía en barco, sea inspeccionada al llegar al puerto norteamericano y, en caso de duda, permanezca retenida hasta 11 días en una cámara refrigerada. Por lo tanto, Intercitrus aseguró que resulta imposible que una mosca o larva sobreviva en estas condiciones.
Un mes de plazo
Por el momento, y pese a las negociaciones mantenidas entre las autoridades estadounidenses y representantes del Ministerio de Agricultura español, encabezados por el subsecretario del departamento, Manuel Lamela, las fronteras estadounidenses van a seguir cerradas a los cítricos españoles. España se ha dado el plazo de un mes para resolver el problema, en caso contrario pondrá el caso en manos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Las organizaciones agrarias, por su parte, también se están planteando la posibilidad de presentar denuncias contra Estados Unidos ante la OCM, e incluso han anunciado la posibilidad de realizar un boicot contra los productos norteamericanos.
El Comité de Gestión de Cítricos e Intercitrus siguen insistiendo en que el cierre de fronteras es una medida desproporcionada que responde exclusivamente a una estrategia comercial y que no existe larva de mosca en el momento de la descarga de las mandarinas clementinas en el puerto.
Punto de vista de EE.UU.
Por su parte, los Servicios de Sanidad Vegetal y Animal (APHIS) y del USDA, acaban de publicar en Internet su punto de vista sobre el tema de las clementinas españolas. Así, comentan el viaje que realizaron diversos técnicos del USDA para determinar los procesos de certificación de las clementinas en origen, incluyendo los controles y tratamientos en campo, los procesos de recolección, procesado y empacado, así como los tratamientos post cosecha y las inspecciones fitosanitarias.
Según estos expertos, no es posible determinar por qué el programa de España de exportación de cítricos falló en asegurar la protección adecuada contra la introducción de larvas vivas de mosca del Mediterráneo. Critican la falta de datos de sobre la población de mosca en España y el hecho de que las operaciones de tratamiento de los cítricos estén bajo control de la industria, sin la supervisión directa del Ministerio de Agricultura español. Además, recalcan la ausencia de un programa de inspección de cortes de frutos para determinar la presencia de larvas.
Los técnicos del Departamento de Agricultura estadounidense sugieren que para solucionar el tema del veto a las clementinas es necesario mejorar una serie de puntos críticos en el proceso de certificación. En concreto, plantean establecer controles de campo obligatorios de la población de mosca del Mediterráneo supervisados por las autoridades españolas. Asimismo proponen la realización de tests sobre la presencia de la mosca en muestras de frutos, e inspección previa al tratamiento de frío, así como sobre la efectividad del programa, a través de muestreo en los puertos de entrada a EEUU.
Por último, recomiendan la cooperación entre los técnicos del USDA y los españoles para mejorar el sistema de testeo del tratamiento de frío y el método de marcadores para seguir la trazabilidad del producto del consumo al origen