Imagen: Moi CodyLas pechugas de ave, particularmente las de pollo y pavo, son unas de las partes más apreciadas de estos animales. Al no presentar huesos, toda la pieza es comestible y admite muchas preparaciones diferentes. Quizás por eso son las más consumidas.
El tiempo es oro
Sin embargo, las pechugas de pollo y pavo también presentan inconvenientes. Muchos consumidores, por ejemplo, las consideran como un pieza seca una vez cocinada. En realidad, sin embargo, no es problema de la misma, ya que es una de las más tiernas y jugosas, sino del método y tiempo de cocinado. Así, si se ajusta éste tiempo al volumen de la carne a cocinar se puede obtener una muy buena preparación.
Uno de los motivos por los que precisamente la pechuga se ha ganado la fama de «seca» es por las dificultades que conlleva preparar un pollo entero, ya que en muchas ocasiones éste se cocina en exceso. La solución es simple. Lo primero que debe tenerse en cuenta es que la pechuga se cocina antes que el resto del pollo. Así, cuando éste se asa y comienza a dorarse su superficie, se debe tapar con un trozo de papel de aluminio toda la zona de la pechuga. De esta manera, ésta no recibe tanto calor y no se seca por exceso de tiempo.
Procesos de cocinado
Es adecuado valorar el grosor de la pechuga de pollo o pavo para determinar el tipo de elaboración más adecuado.
La pechuga de pollo y pavo es una de las más tiernas y jugosas, por lo que cuando queda excesivamente seca no es problema de la misma, sino del tiempo y método de cocinado
Pechugas rebozadasSi la pieza es excesivamente gruesa, lo mejor es filetearla y empanarla pasándola por harina, huevo batido y pan rallado. Para dar un poco de variedad a este empanado, la carne se puede aromatizar incluyendo en el pan rallado ajo y perejil troceados o unas virutas de limón para darle un aroma más fresco. El rebozado también se puede acompañar con alguna hierba aromática al gusto (sin abusar, porque suelen dar un toque demasiado intenso a la carne).
Una vez empanadas, es recomendable freírlas en abundante aceite caliente por los dos lados, hasta que se dore la superficie y el interior se haya cocinado en el punto justo.
Pechugas asadasPara piezas medianas de grosor, además de filetearlas, también pueden asarse enteras, pero con la precaución de introducirlas, untadas de aceite y con un poco de sal y pimienta, en un horno precalentado a temperatura alta (200º C). En el horno, deben cocinarse hasta que el interior de la pechuga alcance los 70º C. Entonces se pueden servir, ya sea la pieza entera o en porciones.
Piezas para rellenarRellenar las pechugas con preparados de verduras o embutidos es otro método de cocinado. Una vez rellenas, se asan en el horno a una temperatura media de 180º C para que, a parte de cocinarse por fuera, el calor penetre en el interior de la pechuga y se cocine también el relleno.
Todos estos preparados se sirven acompañados de ensaladas y de salsas variadas como mayonesas o sus derivados y salsa de yogurt con toques de frutas (limón o naranja entre otros).