La pera es una fruta que se puede adquirir durante todo el año en el mercado. Esta fruta es exquisita, jugosa y de un sabor muy característico, que se aprecia sobre todo si se consume en su justo punto de maduración. Durante los meses de invierno, se dispone de numerosas variedades de peras, que permiten elaborar jugosas recetas, desde las más dulces a salsas para acompañar platos de carne.
La pera, una vez fuera del árbol, se convierte en una fruta delicada, ya que tiene una piel muy fina que apenas la protege del calor, golpes y magulladuras. Por este motivo, una vez compradas, deben conservarse dentro de la nevera, sacarlas del plástico de la bolsa, en el caso de que se hayan adquirido así, ya que se evita un exceso de maduración que acabaría por estropear la fruta, y consumirse en un plazo inferior a cuatro días.
Peras de invierno
La jugosidad y dulzor de la pera permite elaborar múltiples platos, sobre todo en invierno
Durante los meses más fríos del año, puede encontrarse una gran variedad de peras: pera conferencia, de Rincón de Soto, pera Concorde, d’Anjou y del Comicio. Todas estas peras comparten una misma característica, que es su tamaño medio (forma un poco alargada, de gran jugosidad y sabor dulce y exquisito). La jugosidad y dulzor de la pera permite elaborar múltiples platos, sobre todo en invierno, cuando apetecen postres y menús calientes. Las compotas y tartas, junto con las peras cocidas, hacen de esta fruta una de las estrellas de los postres invernales.
Recetas dulces con pera
Para elaborar compota de pera, se pelan, trocean y cubren con agua. Se añade una pizca de azúcar, una ramita de canela, un poco de vino blanco o tinto y unas frutas desecadas y se cuece de forma lenta. Para la tarta de pera, se pelan y trocean, se espolvorea azúcar, una ralladura de limón y vainilla. Toda esta mezcla cubre una masa de pasta quebrada y se hornea a 200ºC durante 45 minutos. Se deja reposar otros 20 minutos fuera del horno, pero sin desmoldar.También se pueden colocar unas finas láminas de pera con azúcar sobre una base de hojaldre y crema pastelera. Se hornea a 180ºC durante 45 minutos, hasta que se dore el hojaldre. Una vez fuera del horno, cuando ya está templado, se decora con una jalea de melocotón.
Uno de los platos más suculentos con peras consiste en cocerlas enteras y peladas sumergidas en vino con azúcar, canela, vainilla y cáscara de limón. Tras 20 minutos de cocción suave y continuada, se sacan de la mezcla y se dejan templar para vaciar la zona de las pepitas y rellenar con helado de vainilla. Esta receta se puede servir con el caramelo líquido templado que haya quedado de la cocción de los jugos de la pera y el vino donde se ha cocinado.
En la cocina de salado, se puede cocinar la pera como compota para acompañar asados o platos de caza, a los cuales da el contrapunto a ingredientes más grasos o de larga digestión. También pueden elaborarse a modo de guarnición de ensaladas o rellenos de pavos y pollo asados.