El coco
Comparado con otras frutas, el coco posee un contenido moderado en agua (el resto de frutas cuentan con un 85 % de media), un contenido ligeramente más elevado en proteínas y ligeramente más pobre en hidratos de carbono. Pero, sobre todo, en su composición destaca la alta cantidad grasas que aporta, cuando el resto de frutas apenas las tiene.
👉 Aporte nutricional
En detalle, su aporte nutricional cada 100 gramos es el siguiente:
- Energía: 353 Kcal.
- Agua: 45 g.
- Proteínas: 3,4 g.
- Grasa: 35,1 g.
- Grasa saturada: 29,3 g.
- Grasa monoinsaturada: 2,2 g.
- Grasa poliinsaturada: 1,6 g.
- Colesterol: 0 g.
- Hidratos de carbono: 5,9 g.
- Fibra: 9,5 g.
Aceite o manteca de coco
La grasa procedente de esta fruta se presenta, por lo general, en forma de masa de color blanco o marfil; su consistencia es pastosa o fluida, según la temperatura ambiente.
Este alimento destaca, como todos los aceites o grasas vegetales, por su elevado contenido calórico (aporta 899 Kcal cada 100 g de alimento) y en grasas (99,8 g en 100 g de alimento).
👉 Demasiadas grasas saturadas
Sin embargo, el perfil lipídico difiere de manera importante de otros aceites vegetales, como el aceite de oliva o el aceite de girasol. Así pues, la manteca de coco es sobre todo rica en grasa saturada. En 100 g de manteca hay 87 g de grasa saturada, 5,8 g de grasa monoinsaturada y 1,8 g de grasa poliinsaturada.
Respecto al tipo de ácidos grasos saturados presentes en el aceite o la manteca de coco, la grasa de coco es una de las fuentes alimentarias de ácidos grasos de cadena media (cadenas más cortas de átomos de carbono), puesto que es rico en ácido caprílico (8 átomos de carbono), capríco (10 átomos de carbono) y sobre todo en ácido láurico (12 átomos de carbono).
También es fuente alimentaria de los ácidos mirístico (14 átomos de carbono) y palmítico (16 átomos de carbono), todos ellos grasas saturadas.
Leche de coco
Debido a que la gastronomía asiática está de moda, cada vez se utiliza con más frecuencia la denominada «leche de coco» como ingrediente de múltiples preparaciones. Esta bebida proviene de la ralladura del coco seco mezclada con agua.
👉 Aporte nutricional
El aporte nutricional por cada 100 ml de este líquido vegetal, o ingrediente culinario, es el siguiente: 170 Kcal, 17,5 g de grasa (de las cuales 15,1 g son grasas saturadas) y 2,9 g de hidratos de carbono.
Así pues, se trata de una bebida muy calórica y rica en grasa, sobre todo saturada.
¿Son estos alimentos recomendables desde el punto de vista nutricional?
El efecto que distintos tipos de grasas pueden tener para la salud de las personas es un tema que se estudia desde hace mucho tiempo. La grasa saturada (la formada por ácidos grasos de cadenas de átomos de carbono sin ningún doble enlace entre ellos) ha sido relacionada con un aumento de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre y un incremento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
✅ Manteca y leche de coco: ¿exceso de grasas saturadas?
Aunque se investiga continuamente si distintos tipos de grasas saturadas podrían tener diferente efecto en el organismo, hasta ahora todo apunta a que la ingesta de los ácidos láurico, mirístico y palmítico eleva las concentraciones de colesterol total, LDL («colesterol malo») y HDL («colesterol bueno»); mientras que el ácido esteárico (18 átomos de carbono) parece ser que podría tener un efecto hipercolesteromiante menor.
No obstante, a falta de mayor análisis que esclarezca si algún tipo de grasa saturada es más perjudicial que otra, de momento la prudencia indica que se debe seguir recomendando excluir de la dieta los alimentos ricos en grasa saturada.
De esta manera, dada la elevada incidencia de enfermedades cardiovasculares en la sociedad, se debería, al menos como prevención, no abusar de alimentos ricos en grasa saturadas; entre los que se hallan el aceite o la manteca de coco y la leche de coco.
✅ ¿La leche y el aceite de coco de verdad adelgazan?
Sin embargo, la leche y el aceite de coco se promocionan hoy en día en distintas páginas web por su posible efecto en la reducción del peso corporal. ¿Cabe pensar que un alimento tan calórico y aterogénico debe utilizarse para perder peso? La respuesta, por lógica, es no.
Estos productos no solo no ayudan a perder peso sino que, en exceso, promueven una acumulación de colesterol en sangre. Así que disfrutar excepcionalmente de su sabor en alguna receta no debe preocupar, puesto que en dietética y salud lo malo no es el alimento, sino su frecuencia de consumo.