A diferencia de lo que ocurre con otras frutas tropicales, cuyas procedencias nos cuesta identificar, casi todos sabemos que el coco se obtiene de una palmera. Pero ¿qué más conocemos de este producto que gana presencia en nuestros mercados? Empecemos por una curiosidad nutricional: es la fruta más calórica del mundo. En apenas 100 g de peso de coco hay 354 kcal, más del doble que en un aguacate y cuatro veces más que en un plátano. Además, presenta un notable contenido de grasa (sobre todo, saturada, que aumenta los niveles de colesterol, tanto el bueno como el malo) y mucha menos cantidad de agua que la mayoría de las frutas. Por contra, su aporte de fibra dietética es superior. Conoce los usos de esta fruta y cómo disfrutarla en casa.
Gracias a sus características nutricionales, el coco se utiliza como fuente de grasas (para hacer aceite), como cosmético (para hacer cremas) y como ingrediente de repostería y otraspreparaciones gastronómicas. La famosa «leche de coco», tan popular en la cocina asiática, se hace mezclando coco rallado con agua. Y es tan deliciosa como calórica, porque en 100 ml hay 170 kcal, 17,5 g de grasa y 2,9 g de hidratos de carbono, unos valores muy parecidos a los de la nata ligera para cocinar.
En casa, podemos utilizar el coco rallado y la leche de coco para elaborar algún plato o bebida especial (ambos se venden ya preparados) o incorporar el coco fresco al frutero, como una opción más. En este caso, recuerda que abrirlo tiene truco: primero hay que perforarlo (por ejemplo, con un destornillador o unas tijeras con punta) para quitarle el agua del interior y, después, romperlo con ayuda de un martillo. La dureza de su corteza contrasta con la untuosidad de su pulpa, que puedes extraer fácilmente con un cuchillo y guardar en un táper cerrado en la nevera. Su precio ronda los 1,45 euros por unidad.