¿Vacaciones con niños y sin saber qué elaborar en la cocina, más allá de los macarrones con tomate, las frituras, las pizzas congeladas y los helados? En estas semanas de calor se disponen de más ingredientes naturales, coloridos y muy vistosos para cocinar. Y ya se sabe que los colores siempre llaman la atención de los más pequeños. Con estas premisas como fondo, en el siguiente artículo se proporcionan seis consejos para preparar los menús vacacionales de los niños y unas cuantas ideas de platos caseros muy prácticos, incluidos postres, para poder conquistarles sin pasarse mucho tiempo en la cocina.
Es muy sencillo preparar los menús de los pequeños de la casa cuando se está de vacaciones. Por supuesto, se quiere que coman sano y equilibrado y, a la vez, evitar pasar demasiado tiempo en la cocina. Para combinar ambos aspectos hay varias alternativas (y recomendaciones) que permiten conseguirlo sin desesperar en el intento.
Seis consejos para preparar los menús vacacionales de los niños
- 1. En primer lugar, hay que planificar. Eso significa sentarse -aunque solo sean 30 minutos-, hacer un cuadrante con los días de la semana y pensar que, por lo menos, se debe planificar cada comida y cena de esa semana.
- 2. Resulta una buena idea consultar los menús que utilizan durante el curso en el comedor escolar; darán unos cuantos ejemplos sobre alternancias de platos y recetas.
- 3. Es provechoso sentarse con los niños para hacer el plan semanal y dejar que ellos también participen. Es importante escucharles, atender a sus ansias de «pasta, arroz y san jacobos» y darles cabida con menús sanos y equilibrados y que además les gusten.
- 4. Sería recomendable ser capaces de hacer partícipes a los pequeños de la compra y de la elaboración de las recetas sencillas. No es difícil pero requiere de unas dosis de madurez por parte de los menores que dependerá mucho de la edad que tengan.
- 5. Se prepararán menús sencillos, algunos casi de platos únicos y los llamados «platos combinados», pero sanos y equilibrados, en los que no falten verduras frescas. Para ello se pueden hacer figuras con elementos como rodajas de tomate con forma de carita con ayuda de unos guisantes y maíz, una especie de nubes con puré de patata… ¡La imaginación al poder!
- 6. Es muy útil preparar con antelación recetas que se puedan congelar con facilidad o dejar platos hechos la noche anterior, guardar en la nevera y calentar cuando se necesiten.
Ejemplos de entrantes fáciles de preparar
Para hacer unos entrantes en los que los niños se sientan protagonistas de su propia comida, se pueden preparar estas dos recetas supersencillas:
- Tostadas de pan con formas graciosas. Hay que aplastar ligeramente el pan de molde, que los pequeños pueden ir cortando con el cortapastas, dándole formas de árboles, animales… Se unta cada rebanada con la salsa de tomate y se espolvorea un poco de queso rallado. Se colocan trocitos de calabacines, pimientos y aceitunas negras, haciendo divertidas caras o figuras con los vegetales, y se termina espolvoreando otro poco de queso. Se introducen durante 15 minutos en el horno a 180 ºC y, luego, 5 minutos más a 250 ºC. Se sirven en el momento en que se gratine la superficie.
- Canelón de jamón york con queso y mayonesa ligera. Se cortan unas lonchas de jamón por la mitad y se designa a los niños como encargados de rellenarlas con unas tiras de lechuga, unos trocitos de quesito o una cucharada de queso de untar y mayonesa. Si les gustan los espárragos, se puede agregar una punta de espárrago en cada canelón que se enrolla haciendo un cilindro. Después, hay que introducirlos en el frigorífico durante dos horas para que compacten. Y cuando se tenga intención de servirlos, se decoran con unos hilitos de mayonesa y se ralla un huevo cocido sobre ellos a modo de nieve. Se sirven fresquitos sobre una base de lechuga troceada.
Comidas rápidas que les encantarán a los niños
Cuando no se tiene tanto tiempo y se necesita dejar preparada comida para el día siguiente, se sugieren dos opciones: purés de verduras (que se deben incluir por lo menos una o dos veces a la semana) o una ensalada fría.
- En el caso de las ensaladas frías, tanto de arroz como de pasta, se puede dejar cocida la pasta o el arroz desde el día anterior. Para ello hay que dejar estos ingredientes bien escurridos y fríos, untados ligeramente con aceite de oliva para que queden sueltos y guardados en un recipiente en la nevera. En el momento de comer, se preparará el resto de la ensalada.
- Una idea: ensalada de pasta (o arroz) con frutos secos salteados. Se saca del frigorífico la pasta o el arroz previamente cocidos, se limpian unas hojas de lechuga y un tomate, se trocean y mezclan con la pasta o el arroz. En una sartén con aceite caliente se saltean unos trozos de pechuga de pollo, unas nueces y trocitos de uvas pasas con un poco de ajo picado. Cuando se haga el sofrito, ya fuera del fuego, se agrega una cucharada de vinagre de sidra y se mueve en círculos para ligar la salsa con el salteado. Se vierte la salsa con el salteado en el momento de servir la ensalada. Fácil y muy nutritivo.
- Una manera sencilla de que los niños coman más pescado puede ser rellenando unos pimientos de merluza o de bacalao fresco. Además, ellos mismos pueden ayudar con el relleno (les encantará pringarse las manos). Si se hace bastante cantidad, se congela y se va sacando según se necesite. La salsa de acompañamiento puede ser desde una salsa de tomate casera, hasta una salsa de verduras o una salsa negra de chipirón (el color les impactará un poco pero, una vez que la prueben, casi seguro que querrán repetir).
- Si hay un plato que les gusta a los pequeños son los fritos, en concreto, los nuggets de pollo. Por suerte, es posible prepararlos en casa, ya sean con pechuga de pollo o de pavo. Seguro que serán más sanos que los que se compran y, además, se pueden acompañar con lechugas variadas y tomate de ensalada troceado, todo aliñado con una vinagreta formada con mayonesa, un poco de zumo de naranja, sal y aceite de oliva.
Postres con los que conquistar a los más pequeños
¿Y de postre? ¿Qué se puede hacer? En verano no hace falta pensar mucho, pues hay múltiples opciones: fruta fresca (que hay muy buena y en cantidad), yogures y, si se quiere elaborar un postre casero, un helado encantará a los pequeños.
- Helado de chocolate hecho en casa. Hay que fundir 100 gramos de cobertura de chocolate troceado al baño María. Cuando comience a derretirse, se agregan 50 gramos de azúcar y un vaso de leche, de manera que todo ello quede formando una crema ligera. Se añaden medio vaso de nata y dos yemas de huevos. Y, con ayuda de una batidora, se mezcla todo el conjunto hasta conseguir una natilla fina. Se vierte en un molde y se introduce en el congelador durante seis horas como mínimo. Hay que remover de vez en cuando para que la mezcla no cristalice y quede un helado cremoso. Se puede servir sobre unos barquillos o sobre unas obleas de las que se utilizan para presentar los helados.