La fresa lo tiene todo. Es rica, jugosa y vistosa, además de saludable y versátil. Su intenso color siempre llama la atención y mejora el aspecto de nuestros platos, sean dulces o salados. En contrapartida, la fresa es una fruta estacional y delicada de conservar. Por ello, en estos meses de abundancia -cuando es difícil resistirse a la tentación de comprar una caja entera- es muy importante aprender a conservarlas y tener varias ideas en mente para aprovechar al máximo la fruta que hemos comprado. A continuación se explica cómo mantener unas fresas perfectas y qué platos se pueden hacer con ellas.
Fresas perfectas
Es fácil distinguir cuándo una fresa está en su punto de maduración: luce un color rojo intenso y su pedúnculo, verde, está bien fijado a la parte superior de la fruta. Lo difícil es conservarla así durante mucho tiempo, ya que la fresa es una fruta muy delicada. Por lo general, cuando compramos una caja de fresas, encontramos alguna un poco tocada, un poco más blanda o, si está en el fondo, casi con seguridad habrá alguna en mal estado para el consumo. Si adquirimos las fresas maduras, el mejor consejo es tomarlas en uno o dos días. Entre tanto, un par de consejos:
- Conservación. Conviene conservar las fresas en la misma caja donde las hayamos comprado, pues, si las tocamos mucho, se ablandarán enseguida. Las almacenaremos en un lugar fresco, alejado del sol y de la humedad.
- Limpieza. Lo mejor es limpiar las fresas en el momento en que tengamos intención de utilizarlas. Primero hay que sumergirlas en un cubo con agua fría y deslavarlas con cuidado. Después, le quitamos la parte verde del tallo (el pedúnculo). Lo haremos así porque si retiramos la parte superior antes de lavar, cuando sumerjamos la fresa en el agua, esta se introducirá en el interior de la fresa y hará que pierda su sabor.
Ideas para sacarle partido a una caja de fresas
La manera más sencilla de comerlas es «al natural» o, también, lavadas, troceadas y apenas endulzadas con un poco de azúcar. Si las dejamos macerar durante unos 30 minutos antes de servirlas, los jugos de la fresa se mezclarán con el azúcar hasta crear un ligero almíbar que potenciará el perfume y el sabor de la fruta, además de ayudar a su conservación. Para aumentar un poco más la salida de los jugos de la fresa, se puede agregar unas gotas de zumo de limón o de vinagre (pero solo unas gotitas, lo justo para que el ácido propicie que el jugo salga con más facilidad).
- Las fresas maceradas pueden consumirse solas, acompañadas de unas cucharadas de nata fresca recién montada, con un yogurt natural, con un chorrito de cava, con un sorbete de limón… Posibilidades hay muchas, ya sean como postre, como merienda o como un simple tentempié a media mañana.
- La fresa es una de las frutas más importantes en la repostería y, sin lugar a dudas, es en este ámbito donde encontramos el recetario más amplio: tartas, rellenos, mousses, batidos, cremas, cupcakes…
- Si bien las fresas dan mejores resultados frescas -es decir, sin someterlas a la acción del calor-, hay algunas excepciones. Por ejemplo, las fresas salteadas con un poco de mantequilla y espolvoreadas de azúcar moreno, que bien pueden servir como relleno de unas crepes o como guarnición de un plato salado. Y es que podemos utilizar las fresas de muchas maneras, y no siempre en platos dulces.
- En el caso de las guarniciones, una ingeniosa idea es preparar unas fresas troceadas y salteadas, buscando un contrapunto de dulce y agrio, con unas gotas de vinagre, salsa de soja y un toque de pimienta, para acompañar a un magret de pato asado, o con un foie ya sea a la plancha o micuit.
- La fresa también es una excelente fruta de acompañamiento en ensaladas; marida muy bien con ahumados, salazones y quesos cremosos. Así, podemos preparar una ensalada con lechugas variadas, unas tiras de salmón ahumado y, unos daditos de queso crema, y aliñar todo ello con una vinagreta en la que marinamos unas fresas troceadas. Y si queremos conseguir un refrescante inicio de comida, podemos utilizar como entrante una simple tostada untada con una loncha de queso brie, una anchoa en conserva y unos trocitos de fresa. Esto nos hará quedar de maravilla con nuestros comensales.
- El recetario con fresas es amplio y da mucho juego. Entre nuestras ricas recetas hay muchas más ideas para sacarles partido en nuestra mesa.