Los ingredientes más habituales de los queso azul, u otro más curado, como el de oveja.
Los distintos quesos aportan toques diferentes de sabor y textura. Aunque el aspecto exterior sea muy parecido una vez fritos, debe distinguirse entre san jacobo tradicional, de pollo, de ternera o de lomo de cerdo. La variante más laboriosa acompaña esta preparación con una salsa bechamel, bien para el interior con el queso o como complemento para el exterior. En este último caso, la bechamel deberá enfriarse y endurecer antes de empanar el san jacobo y freírlo.
Por su alto contenido en proteínas y grasas, tanto en su composición como en la técnica que se emplea (fritura), es recomendable acompañar este plato con una guarnición de verduras, ya sea en forma de ensalada o en panaché de verduras cocidas y después salteadas con un poco de aceite de oliva y aromatizado con ajo o hierbas aromáticas.