Cómo hacer un bizcocho sin horno

Para preparar un bizcocho no se necesita tener un horno tradicional. Con un horno microondas también se podría conseguir un bizcocho correcto. Un ejemplo de esto son las tan de moda mug cakes o tartas en taza; es decir, una mezcla hecha dentro de una taza que se hornea en el microondas y se consume en la misma taza, evitando el paso de desmoldar y con la comodidad de que con solo un utensilio se prepara la mezcla y se cocina dentro. Además, se puede dejar el bizcocho un poco más cremoso que de costumbre y comer un esponjoso y a la vez suave bizcocho (que si habría que desmoldar, lo más seguro es que desmoronaría).

Pero si no hay ningún tipo de horno, no hay de qué preocuparse. Se puede elaborar un bizcocho de otras maneras. ¿Cómo? Cuajando la mezcla directamente sobre una sartén a fuego suave y continuado. Por lo general, queda muy rico y con un ligero sabor a tostado, ya que se cocina a fuego directo. Por eso se debe tener cuidado y evitar que coja demasiada temperatura, ya que se podría tostar en exceso por uno de los lados.

La otra forma de cocinar un bizcocho sin horno y que quede suave, tanto la superficie como el interior, es hacerlo y cuajarlo al vapor dentro de una cazuela al baño María. Queda delicioso, esponjoso y delicado.

• Hay que trocear 250 gramos de chocolate fondant y fundirlos al baño María junto con 175 gramos de mantequilla.

• En otro recipiente se baten tres huevos y se mezclan con 150 gramos de azúcar con una batidora eléctrica con varillas, para que suba un poco el volumen. Una vez que obtenida una textura homogénea, se añade poco a poco la mezcla de chocolate y mantequilla fundidos. Se mezcla todo con una cuchara de madera.

• Se coloca harina en un bol amplio y allí se vierte, poco a poco, la mezcla. Mientras se incorpora, se remueve con la cuchara. El resultado, pasados unos pocos minutos, ha de ser una masa densa, envolvente y sin grumos a la que hay que agregar unas gotitas de esencia de vainilla y 100 gramos de nueces peladas y troceadas y ligeramente enharinadas, para evitar que se vayan al fondo del brownie durante el cocinado.

• Se unta con mantequilla y se espolvorea con un poco de harina mezclada con cacao en polvo una fuente redonda que se pueda introducir dentro de otra cazuela más amplia. Se vierte la mezcla de chocolate en el molde y se tapa con papel de aluminio para que no entre vapor dentro del brownie.

• Se pone al fuego una cazuela amplia con agua en el interior. Dentro, se coloca una rejilla para que el recipiente donde está el brownie no toque el agua, se introduce el molde, se tapa la cazuela y se cuece durante una hora al vapor. El hervor debe ser continuo, por lo que hay que estar atentos a que no le falte ni agua ni vapor.

Una vez cocido el bizcocho, se deja reposar durante 10 minutos antes de desmoldar y pasar a una rejilla, donde debe terminar de enfriarse. Antes de sacar del molde, se debe comprobar que la mezcla esté cuajada con ayuda de un palillo (al pincharlo en el bizcocho, debe salir limpio, sin restos de mezcla).

• Se mezclan cinco huevos, dos yemas, 175 gramos de azúcar y la ralladura de limón o vainilla en un bol o ensaladera alta (se tendrá en cuenta que al batirlo subirá mucho).

• Hay que batir la mezcla en una batidora de varillas hasta formar una espuma tres veces más grande que el tamaño original. La mezcla estará lista cuando las estrías de la batidora queden marcadas en la crema que se ha formado. Para ello, se tiene que ir moviendo la batidora haciendo círculos por esa espuma mientras se bate.

• Hay que tamizar con un colador sobre un papel antiadherente 180 gramos de harina con 30 gramos de maicena y 10 gramos de levadura en polvo.

• Después, se añade poco a poco esta mezcla tamizada sobre la crema espumosa. Un consejo muy importante: no se debe batir la mezcla con la harina, sino mezclar de abajo arriba con una espátula o con una cuchara, no con las varillas. Si se bate con la harina, bajará el huevo y saldrá un bizcocho gomoso.

• Se unta una sartén antiadherente con mantequilla y se espolvorea con harina.
  • Se coloca a fuego bajo y se vierte la masa del bizcocho. Se tapa la sartén con una tapa sin agujeros y se cocina a fuego suave durante 20 minutos.
  • Se da vuelta con ayuda de un recipiente del mismo diámetro y, con la parte sin cocinar hacia abajo, se pone de nuevo en la sartén para seguir cocinando a fuego suave durante otros 15 minutos.
  • Para estar seguros de que el bizcocho está cocido, se hace la prueba con un palillo o una brocheta. Para ello se pincha en el centro; si el palo sale seco, está cocido; y si sale húmedo, se deja un poco más.

Una vez cocido, se saca de la sartén y se coloca encima de una rejilla para que de esta forma se enfríe lo más rápido posible.

Este tipo de bizcocho se puede rellenar con crema pastelera y nata montada y, por el exterior, darle una capa de cobertura de chocolate fundida o nata posteriormente espolvoreada de almendra en grano o laminada. ¡Delicioso!