En el desayuno, en la merienda, como postre o como tentempié, el yogur es uno de los alimentos más consumidos en casa. En el mercado hay infinidad de opciones, texturas, sabores y consistencias que, muchas veces, incluyen otros elementos, como trocitos de chocolate, cereales o frutas. Pero ¿por qué no hacer los yogures en casa con fruta fresca? La elaboración es muy sencilla, permite aprovechar la fruta de temporada y ofrecer un postre exquisito hecho por nosotros mismos. En este artículo te contamos cómo hacer un buen yogur casero con frutas.
Cómo elaborar un yogur casero paso a paso
El yogur se consigue transformando la leche con ayuda de unas bacterias y un poco de calor. Esto es lo primeros que debes saber. La idea es conseguir una fermentación controlada, que permite que la leche se coagule, formando un producto cremoso, con un alto valor nutricional. Una vez formado el yogur, hay que conservarlo en la nevera, ya que la temperatura ambiente haría que siguiese fermentándose y se echase a perder.
El yogur se puede elaborar solo con leche (para obtener los llamados «yogures naturales») o es posible aromatizarlo durante su preparación, dando lugar a un sinfín de sabores y texturas según el gusto personal: desde los sabores más frescos, con frutas, hasta los más dulzones con aromas como la vainilla, con galletas o hasta con chocolate.
Ingredientes para hacer yogur
Para elaborar cuatro vasitos de yogur natural se necesitan unos 65 gramos de yogur natural y cremoso (aquí es donde están las bacterias que ayudarán a fermentar la leche), medio litro de leche (puede ser de oveja o de vaca, mejor entera o semidesnatada) y una cucharada de leche en polvo. Si quieres agregar algún aroma frutal, puedes triturar unas cuantas fresas, un plátano o frutos del bosque (como frambuesa); lo importante es que sea fruta madura y en buenas condiciones.
💡 Antes de comenzar la elaboración es recomendable tener un termómetro de cocina (los hay muy económicos por no más de 10 euros), para controlar la temperatura de la leche.
🔸 Calentar la leche
Se calienta la leche con la cucharadita de leche en polvo sin que llegue a hervir. Cuando está humeando (a unos 90 ºC), se saca del fuego, se deja templar y esperamos a que baje a una temperatura de 50 ºC, para que el calor de la leche no mate las bacterias del yogur. Si no hay termómetro, la temperatura sería la de poder tocar la leche sin quemarse.
🔸 Agregar el yogur
Se agrega el yogur natural a la leche templada y se remueve para que se integre a la perfección. Luego, se vuelca la mezcla en unos recipientes individuales de vidrio o de barro, a los que más tarde se les pueda ponerle tapa. Removemos de forma suave y tapamos con un trapo de cocina (para que no se produzca condensación) durante 4 horas.
🔸 Tapar y mantener el calor
Transcurrido este tiempo, se tapa de manera individual cada tarro con su tapa (o papel film o de aluminio). Cubrimos los botes para que guarden calor continuo de unos 25 ºC (para ello, podemos envolverlos con varios trapos de cocina) y los dejamos reposar en un lugar templado durante 6 horas.
🔸 Refrigerar en la nevera
Después de este tiempo, la leche habrá fermentado y se habrá obtenido el yogur casero. Cuando esté cuajado de forma uniforme, se introduce en el frigorífico y ya se puede consumir a lo largo de esa semana.
Yogures caseros con sabores y con frutas
Elaborar yogur es muy sencillo. Y agregarle sabor y texturas de fruta es fácil también: tan solo hay que elegir la fruta y probar a mezclar con la base de yogur.
Si quieres hacer el yogur con frutas, tienes varias opciones. Para darle sabor y aroma puedes usar mermeladas, confituras o fruta fresca madura. Algunos trucos:
- Para usar frutas frescas, se pelan, se retiran las semillas y se pasan por la licuadora o por la batidora hasta formar un ligero puré. Se agrega el puré de frutas (o la mermelada y confitura) a la mezcla del yogur cuando todavía está templada.
- Los yogures de frutas más apetecibles y que dan mejor resultado son los que contienen frutas con una pulpa carnosa, sin excesivo contenido en agua y con un alto contenido en fructosa en su madurez. Entre ellas están las fresas, el melocotón, el plátano, el kiwi y los albaricoques, además de los llamados frutos del bosque como moras, arándanos y frambuesas.
- No solo se conseguirán yogures de frutas añadiendo su pulpa triturada sino que también se pueden agregar trocitos de frutas frescas enteras, con lo que se obtendrá un yogur muy saludable y rico en fibra dietética.
- El yogur natural tiene un sabor un poquito ácido que no a todo el mundo gusta; por eso es habitual edulcorarlo con una cucharadita de azúcar. Pero, además, se le puede dar un toque goloso añadiendo un par de cucharadas de mermelada en la base de los vasitos donde se prepare el yogur. Luego se vierte sobre la mermelada elegida la mezcla tibia y, una vez cuajado el yogur, el resultado obtenido es espectacular: un yogur natural integrado con la mermelada y que se puede complementar con unos trocitos de las frutas elegidas, en fresco.